Pablo Alborán, en La Revuelta: «Tenemos que invertir en paz, no en guerra»

Después de un año lejos de los focos, Pablo Alborán ha regresado con fuerza al panorama mediático. Su última parada: La Revuelta, donde presentó su nuevo sencillo Clickbait y habló sin filtros de su incursión en el mundo de la actuación, su amor por el idioma español y su firme defensa de la sanidad pública.

El reencuentro con David Broncano no pasó desapercibido. «Te he echado de menos», le dijo el malagueño al presentador al comenzar la entrevista, marcando su debut en el formato desde su traslado a Televisión Española. Entre bromas, confusiones con las tazas de agua y pequeñas quejas por el desorden del plató, Alborán demostró estar en su salsa.

La conversación se tornó más seria cuando el artista explicó el verdadero motivo de su retiro temporal: acompañar a un familiar durante una dura enfermedad. «He vivido en primera persona el trabajo incansable de la sanidad pública», compartió. «Tenemos una sanidad increíble, pero no podemos permitir que se destruya. Donar médula puede salvar vidas».

Sobre Clickbait, su último tema, dejó claro que se aleja del romanticismo habitual. «Esta canción no es de amor. Me gusta explorar las palabras, lo bonito y lo feo, siempre con poesía. El castellano es el idioma más bello del mundo», afirmó con orgullo. Eso sí, advirtió que seguirá cantándole al amor, aunque con una mirada más madura y personal.

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Uno de los momentos más sorprendentes de la noche llegó cuando Broncano olvidó que el cantante ha dado el salto a la actuación. Alborán, entre risas y reproches, recordó que incluso se lo había contado por mensaje. Su papel en la segunda temporada de Respira, una serie de Televisión Española, lo tiene entusiasmado: «Soy cirujano plástico en un hospital público. Es un papel híper goloso porque le pasa de todo. Me preparé durante mucho tiempo, aunque al principio sentía el síndrome del impostor».

La charla también dejó espacio para anécdotas personales, como su primera canción escrita a los 12 años o su indignación cada vez que Broncano le pregunta por el dinero que tiene en el banco. Esta vez, en lugar de responder, ofreció una reflexión inesperada: «Ya está bien de invertir en guerra. Tenemos que invertir en paz. Y la paz es poder estar aquí hablando con libertad». Broncano, sorprendido, reconoció el ingenio de su invitado: «Se convirtió en Nelson Mandela para no contarme lo del dinero».