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L. G.
Martes, 21 de enero 2025, 09:46
Fariba Sheikhan se convirtió en una de las protagonistas de la noche en el programa La Revuelta. Aunque ya había visitado La Resistencia, esta fue la primera vez que su entrevista se emitió en TVE, y la actriz vizcaína no dejó pasar la oportunidad de brillar en su cita con David Broncano.
Farib Sheikhan llegó al escenario cargada de sorpresas. Entre sus regalos para el presentador destacó un diccionario de euskera y un instrumento de percusión persa, símbolos de sus raíces culturales. Nacida en Gernika en 1988, la actriz se crió en la localidad vasca, pero su herencia persa paterna se refleja tanto en su nombre como en sus rasgos. La actriz compartió con el público estas influencias culturales que han marcado su vida. Así, David Broncano fue enumerando sus apellidos árabes y vascos.
Si invitáis a @FaribaSheikhan a casa y va a vuestro baño, poned un cartel de AVERIADO en el bidé #LaRevuelta pic.twitter.com/z3itDWRlUh
— La Revuelta (@LaRevuelta_TVE) January 20, 2025
A pesar de ser desconocida para una parte del público, Fariba Sheikhan cuenta con una trayectoria prometedora. Su papel más destacado hasta la fecha fue en La Unidad, donde interpretó a Najwa, una policía especializada en terrorismo islamista. También ha participado en series de ETB y en la novela de TVE El secreto de Puente Viejo. El 2024 ha sido especialmente activo para la actriz, con su participación en tres películas y la serie Matices, que se estrenará próximamente.
La entrevista estuvo cargada de momentos divertidos, especialmente cuando Broncano descubrió que palabras como «alcantarilla» y «almacén» tienen origen árabe. A partir de ahí, ambos comenzaron un juego improvisado en el que buscaban términos de raíz árabe, añadiendo risas y complicidad a la conversación.
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El momento más inesperado llegó al final, cuando Farib Sheikhan confesó que una vez rompió un bidé. Broncano, intrigado, la retuvo en el escenario para recrear la escena. En un giro cómico, Sheikhan levantó un bidé roto como si fuera un trofeo y, para rematar, se puso a bailar con él por encima de su cabeza, bautizando el momento como «bidedantza».
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