Tres mujeres de «armas tomar» que harán lo que sea para «cumplir su sueño»

Horas antes del estreno que tuvo lugar ayer las tres actrices se mostraron muy ilusionadas con el proyecto. 'Pensionistas' será la primera vez en el Teatro Principal para Soriano y Benito, no así para Valverde que aseguró que es «un placer volver a esta tierra que quiero y admiro, es una maravilla». Encantada con sus compañeras, con las que ha creado «un tándem de lujo», alabó el texto «hecho al milímetro» y señaló que ayudará al espectador «a pasar un buen rato», algo que las tres resaltaron en varias ocasiones «necesitamos todos».

El tono impregna todo en este proyecto, desde el texto de Esparza a la escenografía elaborada por Josep Simón y Eduardo Díaz, pasando por la dirección de Mara Ortí y, sobre todo, la interpretación de las tres protagonistas. Ortí subrayó la química que han logrado las tres actrices y avanzó que ayudará a que el espectador empatice. «Se nota que sobre el escenario se divierten y el espectador va a conectar con eso, pero también con lo que les pasa. Son momentos reales de mujeres muy reales, las vemos y las sentimos».

Eso sí, no es una obra para mayores ni para pensionistas. «Mi hijo, que tiene 27 años y me ha ayudado mucho ensayando, se ha emocionado y se ha reído mucho», puso como ejemplo Benito.

Carmen (Benito), Antonia (Valverde), y Rosa (Soriano) son tres jubiladas aburridas, «sin dinero y sin nada que perder», que buscan la manera de ganar dinero para realizar el viaje soñado a Benidorm. La primera abre la puerta de su casa a sus amigas y así da comienzo a «una comedia rápida con un trasfondo dramático donde coexiste la tercera edad con las nuevas tecnologías». Para Soriano la obra recoge «el sentido trágico-cómico» de la vida, una especie de 'Sonrisas y lágrimas' que como añadió Valverde es «muy fluctuante» con «mujeres muy disparatadas, algo adornadas, llevadas al límite».

La escenografía de Simón y Díaz ha exprimido esa puerta abierta a hacerlo de forma alocada, avanzó el segundo. «Las tres llevan una vida muy aburrida, de casada tradicional sin ninguna emoción y pasan a una aventura en color». Así, la casa tiene «vestigios» de su vida anterior pero «con parches, porque les ha dado por pintar», explicó. Ese dinamismo llegará a los espectadores a través de los diálogos de un texto muy rápido, con mucho ritmo y mucha contra-respuesta o del vestuario, pues en los 75 minutos que dura la obra hay 15 cambios.

Igual de sincera que en la televisión, Benito, que se estrena en el teatro, no ocultó que «tengo miedo, estoy fatal», generando las risas de sus compañeras. Eso sí, dejó claro que «los miedos son buenos, porque te da seguridad para hacerlo lo mejor que se pueda». «Cuando me hablaron del proyecto me hizo muchísima ilusión, enseguida dije que sí. Cuando empecé a leer el guion me entró el miedo de hacer una obra, de memorizar. Me costaba muchísimo porque tengo memoria de pez. Me han ayudado mucho, sobre todo Mara porque sabía hasta dónde podía llegar», concluyó.