Una travesía artística en la 'casa común' de Berastegi

«Somos felices en Berastegi y todo esto sirve para que demos las gracias a nuestros vecinos y se acerquen al pueblo gentes interesadas en el arte», explica Mariano Arsuaga. «Mi ama era de aquí, aquí pasé muchos veranos de mi infancia y aquí elegimos vivir hace treinta años María y yo», agrega. Arsuaga posee una larga carrera como artista y él destaca especialmente sus años en Arteleku, donde coordinó las tres bienales de gráfica Okupgraf.

En la casa Txankane, edificio que también celebra cumpleaños (nada menos que tres siglos) se instaló Arsuaga hace tres décadas con María Cueto, que estudió Farmacia en Santiago, técnicas textiles en Cataluña y desarrolló diseño gráfico en Arteleku, donde su vida se cruzó con la de Arsuaga. Berastegi inspiró su arte, con notable presencia de la naturaleza en sus livianas y sutiles esculturas y trabajos.

Tras la renovación del edificio municipal el Ayuntamiento contactó con Arsuaga. «Pensamos hacer una gran exposición colectiva... pero llegó la pandemia y lo paró todo». Al final desde el propio municipio se planteó que la celebración artística llegara de manos de sus dos vecinos, y así surgió esta 'travesía'.

«Lo de 'travesía', o 'Zeharkaldia', lo pensamos cuando subimos a la ganbara del edificio», relatan los artistas. «Su impresionante estructura de madera nos trajo a la mente de inmediato la imagen de un barco, el barco en el que navegamos todos los vecinos juntos en nuestra travesía vital. Los visitantes de la muestra pueden visitar la casa común del pueblo, conocer de primera mano las reformas realizadas y las diferentes salas reconvertidas en centro de salud, biblioteca, oficinas, salas de reunión y de actividades diversas».

Pero en esa vuelta los ciudadanos contemplan decenas de obras representativas de la trayectoria de los dos artistas, «porque hablan sobre nosotros y nuestra manera de entender la vida. Y expresan también nuestro agradecimiento por la acogida de nuestros vecinos, por la magia de la naturaleza que nos rodea y por el tiempo reposado de Berastegi, elementos que han ayudado a nuestra creatividad».

Los artistas decidieron concentrar la obra de María en la ganbara «por su carácter recogido», y concentrar los cuadros de Arsuaga, algunos de gran formato, en la sala multiusos de la planta baja «por los techos altos y la amplitud del espacio». «Y dado el carácter y tamaño del Salón de Plenos, decidimos situar en él la pieza de formato más espectacular de María, y rodearla de pinturas que en conjunto fueran como nuestro manifiesto: declarar la admiración y el milagro, del que todos deberíamos ser conscientes, de estar vivos y de disfrutar de algo aparentemente tan sencillo como respirar».

Por el recorrido el visitante encuentra las obras, que invitan a reflexiones más profundas, como los 'laberintos' de Arsuaga. «En cierta ocasión oí que el laberinto es la patria de los que dudan. Simplificando: cuando estamos en uno de ellos debemos decidir ¿iré por aquí o por allí? Pintando uno se enfrenta a infinitas dudas y preguntas, pero a las que hay que responder continuamente. Por ello la pintura se convierte, con esta toma de decisiones permanente, en un ejercicio de libertad».

También hay obras que hacen referencia al encierro de la pandemia. «La imaginación nos ha servido para viajar tanto hacia lo desconocido como hacia lo conocido, y a pesar de encierros y dificultades, transitar por paisajes imaginarios, mares, montañas y por constelaciones lejanas».

La travesía se puede completar con el paseo hasta la iglesia, en cuyo pórtico se puede contemplar la escultura 'Abalos'. Los sábados 15 y 22 de abril, por la mañana, se abrirá la iglesia de San Martín y Juan Ignacio Elosegi hará de guía sobre el retablo de Ambrosio de Bengoechea. La muestra en la Casa Consistorial sigue hasta el 29 de abril. Berastegi siempre merece visita.