Alfonso Santiago: «Solo resistirán los festivales que puedan endeudarse»

– ¿Duele aplazar semanas antes de que todo esté preparado?

– Te duele, eso seguro. Después de haber salido bien de algunas situaciones, llegas a un punto en que, por algo fuera de tu capacidad de intervención, te echa a perder todo el trabajo. Hemos tratado de aguantar hasta el último momento. Hablábamos con gente de China y de otros lugares. A veces teníamos esperanzas, o sentíamos la necesidad de tenerlas, y otras no tanto. Leías muchas cosas pero no dabas con una interpretación de los hechos que te pudiera orientar, y las autoridades tampoco te ayudaban en este sentido. Seguro que no era fácil.

– ¿Tenían una fecha límite?

– Te juegas mucho dinero y está por medio el trabajo de mucha gente. Hacia el 15 o el 20 de abril ya se veía que iba a ser muy complicado. Habíamos vendido entradas del Bilbao BBK Live en más de noventa países. Luego hay que sumar a todos los trabajadores que mueve un evento de ese alcance, a los artistas, a sus asistentes. Como resultado, te salen decenas de miles de personas entrando y saliendo de Bilbao.

– ¿Y a partir de ahora?

– Lo primero, resistir, Este año estaba siendo muy bueno para nosotros. Hemos cancelado 250 conciertos y nos quedan unos cuantos más. Resistes, pero los golpes son muy fuertes. Hemos perdido más del 80% de la facturación. Estábamos preparando una cosa muy interesante con la Fura dels Baus. Gestionamos el WiZink Center de Madrid y llevamos sin actividad desde el 15 de marzo.

– Será difícil sobrevivir.

– La única forma de resistir es vía deuda, pero empresas menores que la nuestra lo tienen muy difícil para acceder a ella. Los festivales que no la consigan podrían desaparecer. La financiación de crédito ICO se aprobó en marzo y nosotros en abril sí tuvimos acceso a algo, pero el resto de festivales con los que hablamos, no. En mi opinión, el Ministerio de Cultura no está respondiendo satisfactoriamente en este aspecto. No se acaba de entender la importancia en la generación de riqueza de las industrias culturales, al contrario que en Francia, Alemania, Reino Unido u Holanda. Son países en los que la cultura representa un 7% del PIB, mientras que en España sólo llegamos al 3%.

– La mayor parte de los artistas contratados en 2020, también los cabezas de cartel, repetirán en 2021 tanto en el Azkena como en el Bilbao BBK Live. ¿Cómo lo han hecho?

– En la crisis financiera de 2008, parecía que los problemas sólo son eran de algunos. En esta hemos visto que eran de todos. Los artistas se han dado cuenta de que los promotores iban a sufrir mucho y que ese sufrimiento les implicaba, también a las estrellas. Luego están los músicos de otros niveles a los que un año sin actuaciones sí les perjudica mucho y que quieren tener la seguridad de poder actuar al año siguiente.

– ¿Se resisten Kendrick Lamar y John Fogerty para volver a Kobetamendi y a Mendizabala, respectivamente?

– Bueno, esperamos que puedan venir. En el caso de Kendrick, está rearmando la salida de su disco, del que ya había lanzado tres adelantos, y está muy implicado ahora con lo que está pasando en Estados Unidos. Y luego tiene que ver qué conciertos puede dar en Europa. Su gira de 2020 paraba en Hyde Park de Londres, que es muy importante, y para 2021 no está nada claro que pueda incluirlo. Pero eso no significa que lo anule. Y con Fogerty pasa algo parecido. Pensamos que vendrá.

– Anunciaron a Iggy Pop para el Azkena el mismo día que lo aplazaron. ¿Lo tenían preparado?

– Lo teníamos desde enero porque en 2021 se cumple el 20 aniversario del festival y las actuaciones anteriores de Iggy han sido importantes para nosotros y para los asistentes. Llevamos trabajando en esa edición desde el verano del año pasado para que sea algo especial.

– ¿Algo positivo de la pandemia?

– La experimentación con modelos. Ahora vamos a hacer unos conciertos en WiZink con el 10% de aforo, es decir 1.7000 entradas, más la retransmisión de pago por streaming. No están basados en la rentabilidad, sino en tratar de recuperar la normalidad y de dibujar futuro. En la mayoría de los casos empiezas a ganar a partir de haber vendido el 75% del aforo. Pero nos sirve para afinar protocolos. Como tenemos los datos de la gente que ha comprado entradas siempre le puedes mandar una encuesta para ver qué le ha parecido, si tuvieron alguna molestia, e incluso puedes controlarlo si hubiera un brote. Hay que ir haciendo cosas para que la gente vaya ganando confianza.

– ¿Qué van a hacer en WiZink?

– En principio, bandas nacionales como Amaral. En Barcelona ya hay programados para este verano más de 200 conciertos. Nosotros estamos en Viva la Vida, una iniciativa de varios promotores en España con más de 500 conciertos en pequeño formato –todavía ninguno cerrado en el País Vasco– para generar actividad cultural y trabajo. Los más perjudicados por esta situación son los técnicos. Muchos me dicen que van a cambiar de profesión, y es una pérdida muy grande porque son especialistas con años de experiencia, irremplazables a corto plazo.

– ¿Se celebrarán el Donostia Festibala en septiembre y el BIME en el BEC a finales de octubre?

-En principio, sí. De momento no tenemos ninguna indicación de que no los podamos celebrar. Por lo tanto, seguimos adelante.