Por qué la Rioja es siempre una terapia
Una inmersión feliz en Ezcaray y en el Echaurren, un disfrute en Haro y en Muga y un café ante el Ebro desde el mirador del Tondón: la vida es bella
Son días de actualidad 'agitada', así que conviene una buena terapia. Por ejemplo, una escapada por La Rioja. La Rioja es siempre una buena idea, ... y el Rioja, también. Vengo de una inmersión por Haro y Ezcaray y he vuelto a confirmarlo. Lo bueno de noviembre es, además, que hay menos guipuzcoanos y vizcaínos: las camisetas txuri urdin y rojiblancas florecen allí sobre todo en verano. Para un vasco la única pega que tiene La Rioja es que está llena de vascos: cuando uno sale de casa prefiere ver caras nuevas y no encontrarse con el vecino.
Hace unos meses viví otra deliciosa experiencia riojana recorriendo a golpe de zapatilla todo el tramo del camino de Santiago por la región, desde Viana hasta casi Burgos. Qué maravilla: viñas, piedras con historia, estupenda gastronomía verité en cada final de etapa y sobre todo la gente. No conozco a nadie que hable mal de «los riojanos» como colectivo.
Presumo siempre de mi procedencia de Tolosa (reivindicar mi tolosarrarismo es una forma de neutralizar a quienes me acusan de ñoñostiarrismo) pero estoy también orgulloso de mis antepasados riojanos. Todo vasco tiene un riojano en su árbol genealógico, aunque en este caso sería más preciso hablar de 'vid' genealógica.
Pues eso. Empezamos el pasado fin de semana por Ezcaray: no pisaba ese pueblo desde los tiempos en que lo visité de niño con mis padres, cuando la vida era aún en blanco y negro. Había olvidado su encanto, ese cruce entre enclave alpino con chuletillas de cordero y poso histórico modernizado con tiendas 'cool', sus cálidas mantas y un entorno para los caminantes (habrá que volver cuando el clima mejore). Y en su corazón, el restaurante hotel Echaurren, tan vinculado a Donostia por tantas cosas y que celebra su 125 aniversario por todo lo alto... aunque me cuentan los hermanos Paniego que siguen apareciendo papeles que sitúan el origen del negocio aún más lejos en el tiempo.
Si una 'business school' de Boston hubiese realizado un costoso estudio sobre qué hacer en el Echaurren habría aconsejado lo que los Paniego han hecho intuitivamente: mantener lo mejor de su tradición y actualizarlo con talento. Así han hecho con el hotel y así mantienen sus restaurantes: el Portal del Echaurren es el 'gastronómico' con sus dos estrellas Michelin y el Echaurren Tradición el clásico, de sus míticas croquetas a sus platos de cuchara. Tuvimos la suerte de que Francis Paniego nos colara a la cocina en pleno servicio y es un espectáculo ver cómo salen los platos en las dos direcciones, hacia la modernidad y hacia el clasicismo, en una suerte de feliz esquizofrenia organizada.
Pero Ezcaray es más, desde la maravillosa barra del Casa Masip hasta las copas del Troika. En fin, no se trata de hacer una guía, sino de contar una escapada que siguió en Haro, con unos pasos por La Herradura o un paseo hasta el Barrio de la Estación y sus bodegas. Un aperitivo en Muga es una forma de reconciliarse con el mundo. Y un café en Briñas, en la terraza del hotel Tondón, asomado al Ebro, completan la terapia. Ya puedes regresar a casa y volver a abrir el periódico. Lo sabes: el mundo está mal pero la vida está bien.
En voz baja
Kerido diario:Tallón, Chillida, Gioconda y Urzay
Lunes. Vuelves de La Rioja y toca trabajar. Juan Tallón recoge su Euskadi de Plata en Hontza y por la tarde conversamos ante el público que llena San Telmo. El gallego es gran escritor y estupendo conversador. Después de cenar le acompaño al Niza en una noche lluviosa y hermosa. Cuelga en las redes una foto con el premio, en el balcón su habitación, que parece de 'La gran belleza'.
Martes. Se presenta Literaktum, el festival que arranca mañana con Gioconda Belli e intensa programación. Este martes me toca conversar con Máximo/Maxim Huerta en Tomasene-Casares. Están invitados.
Miércoles. Arranca el centenario de Chillida con un gran acto en Miramar repleto de 'fuerzas de la cultura'. Se anuncian muchas actividades y aún llegarán más. Qué bueno el título: 'Lugar de encuentro'. Eso fue Chillida y lo sigue siendo.
Jueves. Darío Urzay inaugura su espectacular exposición en la sala Kubo Kutxa. El pintor bilbaíno sigue siendo para muchos el artista que hizo la mítica camiseta ketchup del Athletic (y que a mí, con perdón, me gusta mucho) pero es uno de los grandes, como se ve en la muesta. Habla con energía y un punto de provocación. Todo un personaje.
Viernes. Más Chillida: me sumo a las peticiones para que Remiro vista un día de enero la camiseta 'vintage' de la Real en homenaje al escultor, que fue portero txuri urdin. Me dicen que la iniciativa va por buen camino.
mezquiaga@diariovasco.com
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