Los Reyes quieren mesa en Akelarre y el elogio del ministro a Gipuzkoa

Dice el protocolo que las conversaciones privadas con los Reyes no se deben revelar, pero buena parte de los asistentes a la recepción posterior a la entrega de las medallas en el Pompidou de Málaga pudieron escuchar cómo los monarcas mostraban a Pedro Subijana su interés por visitar «cuanto antes» el restaurante Akelarre. Y de paso, volver a San Sebastián, ciudad que han visitado en varias ocasiones, incluida su luna de miel. La protocolaria ceremonia de las medallas dejó paso luego a corrillos donde se mezclaron felicitaciones y tertulias variadas que mezclaban a toreros como El Juli con actores como José Coronado.

Subijana, que estaba acompañada de su esposa, Ada Pinter, y su hija Oihana, se relajaban después del azaroso viaje de la víspera, perjudicado por las condiciones climatológicas. «Se suspendió el vuelo desde Hondarribia, tuvimos que ir a Bilbao, y como quedaban horas hasta el despegue del avión directo a Málaga nos metimos en el cine de la Alhóndiga a ver la película 'Tres anuncios en las afueras'. Que, por cierto, nos gustó mucho», aseguraba el chef. Pero no llegó a su hotel de Málaga hasta las dos de la madrugada del lunes, así que no pudo asistir a la cena oficial con los galardonados en el museo Picasso.

Los premiados guipuzcoanos estuvieron respaldados ayer por una delegación institucional encabezada por el alcalde, Eneko Goia. «Hemos querido arropar a los donostiarras que simbolizan el peso de la cultura en nuestra ciudad y en Gipuzkoa», explicaba Goia. Se lo había comentado el propio ministro, vinculado familiarmente con el territorio guipuzcoano «y declarado admirador de nuestra cultura», según revelaba el alcalde.

«Méndez de Vigo ha mostrado ya varias veces su complicidad con Gipuzkoa y sus instituciones culturales», explicaba Goia desde Málaga antes de embarcar en el vuelo que le devolvía a San Sebastián.

Miguel Martín ha reiterado que su medalla «es en realidad para todo el Festival de Jazz» y por eso una representación de Donostia Kultura le acompañó en el desplazamiento a Málaga, además de su esposa y de su hija. El director de Donostia Kultura, Jaime Otamendi; el responsable de producción del Jazzaldia, de la Quincena y del engranaje de la cultura municipal, José Ignacio Abanda; la jefa de Donostia Festak, Mariaje Torres, y el director del área de Teatro y de DFeria, Norka Chiapusso, estuvieron en Málaga en una escenificación del carácter «coral» del galardón.

«Me ha emocionado más al ver a mis compañeros, que han hecho un largo viaje para estar aquí, que todo el protocolo oficial», confesaba ayer por la tarde Miguel Martín, ya en el periplo de vuelta a San Sebastián. De todos modos, el director del Jazzaldia confesaba que la mañana había sido pródiga en sentimientos. «El acto está diseñado para realzar la importancia de las medallas, y a la vez se apela a las emociones de la cultura y sus protagonistas. He visto cómo muchos de los distinguidos dejaban escapar una lágrima en algún momento», revelaba Martín.

Una larga lista de guipuzcoanas ya recibió esta distinción en el pasado. El Orfeón Donostiarra y su director, Antxon Ayestarán, el Festival de Cine, José Luis Rebordinos, la escultora Cristina Iglesias y su hermano, el músico Alberto, Ramón Arroyo de Los Secretos, el cocinero Juan Mari Arzak o la soprano Ainhoa Arteta son algunos de los galardonados en los últimos años.

Hace dos años la ceremonia de entrega tuvo lugar en San Sebastián, en coincidencia con la Capitalidad Cultural de 2016. El Victoria Eugenia acogió entonces el acto, «muy parecido al que hemos vivido en Málaga», según Subijana. Fue el músico Loquillo, barcelonés y donostiarra de adopción, el encargado de representar a todos los premiados en el discurso de agradecimiento. Después una recepción en el hotel María Cristina concentró a los invitados. Ayer el rito se repitió en una Málaga sorprendida por el frío pero bañada por el sol, según contaban desde allá Pedro Subijana y Miguel Martín.