Los primeros carpinteros de ribera de Albaola
Oficio recuperado ·
La factoría de Pasaia licencia a la promoción de alumnos que estrenó la escuela Aprendiztegi tras tres años de formación en la fabricación de barcos de maderaRémi Fennebresque es un marsellés de 27 años que se desenvuelve con desparpajo en castellano después de haber pasado los tres últimos años en Pasaia. « ... Con el español y el inglés que he aprendido durante este tiempo en Albaola estoy en condiciones de buscar trabajo en cualquier puerto del mundo», proclama satisfecho. Fennebresque es uno de los tres alumnos de la escuela de carpintería de ribera de Albaola que acaban de completar este año su formación. Se trata de la primera promoción de profesionales que alumbra el centro Aprendiztegi que puso en marcha hace tres años la factoría marítima de Pasaia.
La de Albaola es la primera escuela de carpinteros de ribera que existe en España. Se trata de un oficio que se extinguió casi por completo en el litoral peninsular a medida de que los barcos de madera fueron desplazados por nuevos materiales como el metal y la fibra. En Gipuzkoa, que durante siglos fue uno de los principales centros de fabricación de embarcaciones de Europa, es prácticamente imposible dar con un profesional de la carpintería de ribera. Los pocos que quedan hace ya décadas que se retiraron, así que la reparación de la más simple avería en una nave de madera se convierte en una tarea titánica.
La escuela Aprendiztegi nació en 2017 con el propósito de recuperar el oficio. El centro tiene su origen en la fascinación que desde niño sintió el donostiarra Xabier Agote, presidente de Albaola, por las embarcaciones de madera. Agote se marchó muy joven a Estados Unidos para aprender las técnicas de construcción de una escuela que Lance Lee había fundado en un museo marítimo de Maine. El responsable de Albaola se inspiró en aquel centro a la hora de sentar las bases de la escuela que puso en marcha en 2017 en la sede de la factoría marítima pasaitarra. «Lance Lee -explica Agote- solía decir que no son las personas las que construyen los barcos, sino que son los barcos los que terminan construyendo a las personas y eso es lo que desde el principio hemos intentado hacer aquí».
Aprendiztegi, cuya denominación completa es Escuela Internacional de Carpintería de Ribera Lance Lee, echó andar en septiembre de 2017 con tres alumnos, un vizcaíno, un belga y el marsellés Fennebresque. «Siempre me había atraído el mundo de las embarcaciones de madera y me matriculé en una escuela de carpintería de ribera que hay en Marsella, mi ciudad natal», cuenta este último. «Cuando llegó la hora de hacer unas prácticas estuve indagando y me topé con Albaola. Me pareció un modelo de aprendizaje interesante y me vine a Pasaia con la idea de pasar unas semanas cogiendo experiencia en el astillero. Lo que en principio iba a ser un mes se ha terminado convirtiendo en tres años», sonríe el flamante carpintero de r ibera francés.
Teoría y práctica
Lo que diferencia a Albaola del resto de las escuelas de carpintería que funcionan en Europa es que el aprendizaje es fundamentalmente práctico. «Desde el primer día estás trabajando con las herramientas en las embarcaciones. En la escuela de Marsella -apunta Fennebresque- la enseñanza tenía un componente teórico muy importante, lo contrario de lo que pasa en Albaola, donde se trabaja desde el principio en los barcos y cuando surgen dudas o tienes necesidad de ampliar tus conocimientos preguntas a los profesores o recurres a publicaciones especializadas».
El recién licenciado sostiene que el modelo pedagógico de Albaola procura una competencia profesional superior a la del resto de las escuelas. «Con la formación que he adquirido en estos tres años estoy seguro de que no tardaría en encontrar trabajo en mi país», dice con convicción Fennebresque, que no obstante ha preferido de momento aceptar la oferta que le ha hecho la escuela Aprendiztegi para que se quede unos meses más en Pasaia en calidad de profesor. «Cuanto más aprendes más cuenta te das de todo lo que te falta por aprender, así que me voy a quedar un tiempo en Albaola para compartir mis conocimientos con los nuevos alumnos y también para perfeccionar y asimilar nuevas técnicas».
La graduación de los tres primeros carpinteros de ribera de Albaola ha coincidido con la llegada a la escuela de seis nuevos aprendices procedentes de lugares tan dispares como Irlanda, California, Anglet, Girona o Madrid. El cosmopolitismo del alumnado es una de las señas de identidad de Aprendiztegi. Xabier Agote sostiene que «tenemos vocación cosmopolita porque en el mundo de la mar nunca ha habido fronteras. Hay alumnos de todos los puntos del planeta y el uso de varios idiomas redunda en beneficio de los aprendices, que además de aprender el oficio tienen también la oportunidad de familiarizarse con otras lenguas».
La enseñanza tiene carácter gratuito en la medida en que los alumnos contribuyen con su trabajo a la materialización de los pedidos de embarcaciones que recibe Albaola, que sufraga parte de sus gastos con esos encargos. Fennebresque, por ejemplo, ha tenido oportunidad de participar al menos en cinco proyectos de barcos. «En cada uno de ellos se aplicaban técnicas de construcción naval diferentes, algo que es muy enriquecedor desde el punto de vista profesional», observa.
Los seis nuevos aprendices que se han incorporado este curso pasarán unas semanas de prueba en Pasaia antes de formalizar su inscripción en la escuela. Es un requisito que deben cumplir todos los recién llegados con el propósito de verificar su capacidad de adaptación y su auténtica motivación. «La premisa fundamental para seleccionar a los alumnos no es su experiencia, sino la motivación. Lo que de verdad buscamos -resume Agote- es gente que sienta pasión por aprender a construir barcos de madera».
«El escalón más alto en el trabajo de la madera»
Pocos especialistas son capaces de trabajar la madera con la destreza de los carpinteros de ribera. La construcción de barcos exige el dominio de técnicas complejas que solo están al alcance de quienes se han familiarizado previamente con ellas. «La carpintería de ribera -observa Xabier Agote- es el escalón más alto en el trabajo de la madera, una vez que te muestras capaz de construir un barco puedes enfrentarte a cualquier otro reto profesional con garantías de éxito». El responsable de Albaola se muestra demás convencido de que Aprendiztegi «es la mejor escuela de carpintería de ribera del mundo porque son tres cursos en vez de los dos que hay en otras escuelas y porque aquí se trabaja con toda clase de embarcaciones».
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