La ajetreada resaca de los Goya

Son nuevas sensaciones. Los galardonados técnicos de sonido experimentan estos días la sensación de hablar ante las cámaras. «Y preferimos estar detrás», bromean Xanti Salvador e Iñaki Díez. Los dos contaron las vivencias de su Goya ayer en el plató de 'Keridos monstruos', en Teledonosti, y luego posaron para el fotógrafo en las instalaciones de DV. «Estamos encantados con el premio, pero con ganas de trabajar en el próximo proyecto», dicen. Y los dos tienen ya película en ciernes.

La tercera guipuzcoana de ese equipo premiado por el sonido de 'La trinchera infinita', la zarauztarra Alazne Ameztoy, ni siquiera ha tenido tiempo para celebraciones. Este martes estaba por Urbasa y otros enclaves 'localizando' para la siguiente película en la que trabaja. «Por fortuna cada vez hay más proyectos en los que los técnicos de sonido participan también en las localizaciones del rodaje», explica Xanti Salvador. «A veces el director o el responsable de fotografía dan por bueno un escenario pero su acústica o condiciones no son las adecuadas y pueden buscarse alternativas».

Los directores de 'La trinchera' volvían satisfechos de sus reuniones madrileñas. «Descartamos que vayamos a rodar algo este mismo año, pero quizás sí vayamos ultimando un proyecto», advertían enigmáticamente. Este fin de semana sí habrá relajación y el oñatiarra Aitor Arregi ha invitado a Goenaga y Garaño y sus familias a excursión por Arantzazu y Urbia. «También nos va a hacer un cordero, que dice que le salen bien», bromea Garaño.

Más tranquilos están, por ahora, Salvador y Díez, aunque en febrero empiezan a trabajar en nuevas películas. Xanti Salvador seguía escuchando las bromas sobre su larga intervención en el agradecimiento del premio. «Era una ocasión única para dar las gracias al equipo y a las personas que quiero», se excusaba.

Salvador es bilbaíno afincado en Donostia. Trabajó en cuestiones de electrónica y música antes de matricularse, con 29 años, en la Escuela de Andoain. «Un día un profesor nos invitó a un rodaje. Era un corto en el que trabajaban Alazne Ameztoy e Iñaki Díez. ¿Quién iba a decirnos que años después compartiríamos un Goya?».

Xanti Salvador dedicó su premio a 'La niña de Maracaibo', película que rodamos en Venezuela y en la que conocí a mi mujer. Para ella y para nuestras hijas fue el Goya», explica ahora, tras ver por primera vez su intervención en la gala.

Iñaki Díez, pasaitarra de San Pedro, también fue de vocación tardía. «Trabajé como mecánico tornero en un taller y ya mayor me matriculé en la escuela de Sarobe para estudiar sonido. Ahí coincidí con los de Moriarti y con ellos he realizado todas sus películas, incluidos los cortos de la etapa de Larrotxene que casi nadie ha visto». Díez ha trabajado en más de sesenta películas. Por ejemplo, en las de Iciar Bollain o de Jaime Rosales.

Los directores de 'La trinchera' repiten que se alegran especialmente de este premio «porque hace dos años, con 'Handia', el de sonido fue una de las categorías no galardonadas y teníamos esa deuda pendiente». En aquella ocasión les ganó el sonido de 'Verónica', pero esta vez se han resarcido.

El sonido de 'La trinchera' no era fácil. En la parte del rodaje en Andalucía, por ejemplo, hubo momentos complicados. «Las primeras secuencias, con los diálogos en andaluz cerrado y carreras por el pueblo, me daba la sensación de que no se entendía bien, que aquello estaba un poco crítico», confesaba ayer Iñaki Díez. «Mandábamos el sonido al laboratorio de Xanti y éste nos decía que tranquilos». Y Xanti explica que «aunque no se entienda todo se comprende por el contexto, y es un sonido en parte 'sucio' pero lleno de veracidad, en la línea de la película, redondeado luego por Nacho Royo-Vilanova. Llegamos a 'doblar' alguna secuencia con las voces de Belén Cuesta y Antonio de la Torre pero lo que se ganaba en nitidez se perdía en autenticidad, así que se mantuvo el sonido directo».

La actriz Belén Cuesta fue la otra Goya 'guipuzcoana' de 'La trinchera', que el equipo del filme también celebra. Y el otro donostiarra premiado fue el compositor Alberto Iglesias por su música para 'Dolor y gloria'. Era su undécimo Goya, así que para él lo del premio es ya un hábito, aunque esta vez lo dedicó a sus hermanos. Su resaca también es trabajar en los nuevos proyectos.