El Picasso más oculto aparece en el Guggenheim: de la cabeza de su amante Fernande a la 'Mujer en el jardín'
El museo reúne 54 esculturas del artista, una faceta que ha tenido menos visibilidad que su pintura o sus grabados
Iñaki Esteban
Jueves, 28 de septiembre 2023, 16:11
Cuando Picasso realizó su primera escultura, una cabeza de su amante Fernande Olivier en 1909, se quedó con la duda de si debía seguir por ... ahí o dejarlo para más adelante. No vio entusiasmo alrededor de su experimento, con una parte de la cara de la mujer de apariencia realista precisosa y la otra más en sintónía con el cubismo que estaba practicando en la pintura, y que tanto éxito estaba teniendo en ese momento.
El hecho es que no se conocen más esculturas picassianas hasta 1928, cuando se alía con su amigo Julio González, que le enseña el arte de la soldadura. Con él inicia sus obras en metal, de lo mejor de toda producción escultórica, menos conocida que su pintura, sus grabados o incluso que su cerámica.
Tanto la cabeza de Fernande, adquirida por un particular el año pasado por un módico precio de 48,48 millones de dólares para una obra del malagueño, como una representación de las piezas en metal, con protagonismo para la 'Mujer en el jardín', están ahora en el Guggenheim.
El museo dedica a la escultura de Picasso relacionada con el cuerpo humano su primera exposición de otoño. En 54 obras, que ocupan toda la segunda planta, las comisarias Carmen Giménez y Lucía Agirre proponen un recorrido por la producción en tres dimensiones del artista.
Palanca de cambios y tenedores
Una práctica que venía de los dadaístas y que aún sigue vigente desvela una vez más la radical modernidad del creador: la inclusión de objetos cotidianos en sus piezas, desde una palanca de cambios de coche, con que la representa una pierna, a una caja de cerillas, que hace las veces de cabeza.
Giménez contó una anécdota al respecto. En el castillo normando de Boisgeloup, donde el artista tenía su taller, la cocinera se extrañaba de que desaparecieran cucharas, tenedores y otros utensilios... que ya habían pasado a formar parte de alguna de las esculturas. El episodio revela la voracidad creativa del autor, su placer por el proceso como juego y experimentación.
La exposición comienza con 'La dama oferente', que por deseo expreso de Picasso estuvo con el 'Guernica' en el pabellón español-republicano de la Exposición Universal de París de 1937. Ocupa toda una sala y pone de manifiesto la premisa de la exposición: la monumentalidad de la escultura del artista, hiciera lo que hiciera y en las dimensiones en que lo hiciera. Por eso cada pieza merece un espacio amplio para resaltar su indiscutible grandeza. Una idea que se basa en el mito del genio y la majestad del creador, en su infalibilidad.
Además de las comisarias, en la presentación estuvieron también el director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte; el nieto del artista, Bernard Ruiz-Picasso; y Carlos Alberdi, comisionado de la Celebración Picasso, que conmemora el 50 aniversario de la muerte del artista. A este marco pertenece la muestra del museo, que procede de Málaga y que estará en Bilbao hasta el 14 de enero de 2024.
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