'Perséfone no habla', una invitación a viajar al origen y a mirar de otra manera
La muestra de Gentz del Valle en la Sala Menchu Gal de Irun indaga en dos cuestiones medulares en su obra: la identidad femenina y la naturaleza
Si Perséfone hablara, contaría, desvelando toda la brutalidad y la crudeza del mito, que siendo prácticamente una niña fue raptada y violada por Hades, el ... guardián de los infiernos. También podría hablar de su madre, Deméter, una de las divinidades más antiguas y veneradas, protectora de las cosechas y la fertilidad, que no se conformó con admitir el destino de su hija y removió cielo y tierra hasta encontrarla.
En la exposición de Gentz del Valle (Lekeitio, 1957), que entra en su recta final y puede verse en la sala Menchu Gal de Irun hasta el próximo domingo, 8 de septiembre, «Perséfone no habla, es». Su mito y, como recuerda la artista, «la evocación de un mito anterior, previo a las culturas patriarcales que convirtieron en negativos los valores positivos vinculados a la feminidad poderosa», son la puerta de entrada a un espacio en el que del Valle vuelve a indagar en dos cuestiones medulares en su obra: la identidad femenina y la naturaleza, íntimamente ligadas.
Y también ninguneadas, devaluadas por determinadas maneras de ver el mundo y las relaciones entre sus ocupantes, que la artista cuestiona en 'Perséfone no habla'. Gentz del Valle ha partido del mito para acercarse a temas muy actuales -la percepción devaluada de lo femenino y sus conecuencias; el maltrato a la naturaleza...- «porque, aunque pensemos que son cosas del pasado, los mitos han dado lugar a patrones que hemos heredado y siguen condicionando nuestra forma de pensar, de ver y hacer las cosas».
Un viaje al origen
La exposición, concebida para las peculiares características de la sala de exposiciones que el Ayuntamiento de Irun dedicó a la pintora irunesa Menchu Gal (1919-2008), cuyo centenario se está conmemorando con diversas actividades, es en realidad una gran instalación integrada por fotografías, esculturas, dibujos e instalaciones menores. Del Valle, profesora titular de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU, artista y ensayista de larga trayectoria, afirma que «el arte que yo hago se expresa en imágenes, en el sentido de que cada imagen es una idea. Sobre esa base, concibo una instalación como una gran imagen que, a su vez, contiene muchas imágenes que se interrelacionan, como se interrelacionan las ideas».
Por lo tanto, aunque las obras son autónomas y admiten la observación individual, para sumirse en la propuesta de la artista es conveniente dejar los prejuicios en la especie de biombo que constituye una de las primeras piezas (de manera figurada, obviamente) y emprender el viaje, con el instinto y el texto que del Valle ha preparado para la exposición como guías. Y, siguiendo el consejo de la artista, «viendo las imágenes como las de un sueño, en el que cada imagen tiene una textura emocional que le da sentido».
Datos
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Lugar: Sala Menchu Gal (Plaza Urdanibia 5, Irun)
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Fechas: Hasta el 8 de septiembre.
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Horario: Miércoles a sábado, de 18.00 a 21.00. Domingo, 11.30 a 13.30.
No es un viaje de salida, sino de entrada. Comienza en una sala en la que, con el 'Abismo' como fondo, se muestran algunos 'Vehículos' que ayudan a avanzar: una máscara que la artista ha embellecido, una pieza de connotaciones chamánicas que sugiere formas de mirar que están más allá de la razón... «La razón parece ser el valor máximo de nuestra civilización, aunque nos ha hecho olvidar una gran parte de lo que somos, como el hecho que formamos parte de la naturaleza. Ese olvido nos está trayendo los graves problemas que todos conocemos», afirma la artista. El final del viaje, el destino, se encuentra en una sala más recogida, rosada, íntima y casi orgánica, donde predominan esa «raíz de lo femenino» y la naturaleza, ambas «dañadas y devaluadas».
Una vez completado el viaje, es preciso desandar el camino en sentido inverso, y emerger a la realidad con lo que cada visitante haya recogido en un trayecto de ida y vuelta que es, básicamente, una invitación a viajar al origen y a mirar de otra manera -más atenta y profunda, «con ojos nuevos»-, tanto a nosotros mismos como a nuestro entorno.
«Si he conseguido conectar con la persona, es que la obra funciona», afirma en relación con la respuesta que espera de los visitantes a una exposición muy relacionada con sus trabajos anteriores y con su visión de la creación, el mundo del arte y la sociedad en general. Una visión que no siempre coincide con el discurso más popular o mejor visto.
Mujer y creación
A Gentz del Valle no solo no le incomoda exponer en una sala que, dentro del centenario de Menchu Gal, el consistorio irunés ha decidido dedicar únicamente a exposiciones de mujeres durante 2019. «Teniendo en cuenta lo escasísima que es nuestra presencia y los problemas de visibilidad que tenemos, me parece muy bien que esta sala tenga un interés especial por el arte hecho por mujeres. Puesto que la tendencia balizada es antifemenina, es necesario que la visión feminista, el cuestionamiento de la sociedad que tenemos, que es muy patriarcal, llegue al nivel institucional».
Tiene claro que «por ser mujer, percibo el mundo desde el marco que me ha tocado. El arte es una forma de expresión personal, una manera de plantear cuestiones, y ser hombre o mujer te puede dar un sesgo, pero no se si debe ser forzosamente determinante. Las mujeres hacemos arte de todo tipo, como los hombres. Yo soy mujer y feminista, pero no me adscribo a una forma de trabajar que esté basada en una ideología».
Su visión se manifiesta a través de las piezas de 'Perséfone no habla'. Tampoco se contiene a la hora de expresar su opinión acerca del mundo del arte contemporáneo, abducido en gran medida «por la industria del entretenimiento, que todo lo tiene que convertir en dinero, y se basa en clichés, y promueve y vende clichés porque hay que atraer a la gente. La idea de que el arte es un negocio y de que todo tiene que convertirse en industria es, desde mi punto de vista, de una ceguera total».
En la recóndita plaza Urdanibia de Irun parecen muy lejanos los grandes museos, «enormes afirmaciones de poder», que rivalizan por batir récords de visitantes. Son, en opinión del Gentz del Valle, «parques temáticos en los que hay obras muy interesantes que consumimos con si fueran un producto». Porque, a causa de la situación de «ruina total en la que se encuentra la educación artística» -una de sus procupaciones-, tampoco hemos aprendido a mirar de otra manera. Y, como consecuencia, «todo el mundo parece tener una opinión basada en nada, en el capricho del momento», lamenta.
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