«Todavía perdura el tópico de bruto o de 'morrosko', que me parece escandaloso»
Juan Joxe Unanue, 'Goenatxo II', protagoniza el nuevo número de una colección dedicada al deporte rural, editada por Xibarit y con textos del escritor Álvaro Bermejo
Cuando estaba en activo, el harri-jasotzaile Juan Joxe Unanue, Goenatxo II, aparecía con frecuencia en las páginas de deportes, porque durante años fue uno ... de los mejores levantadores de piedras -especialista en piedras grandes-, que ganó trofeos, rompió marcas y protagonizó sonados desafíos.
En esta ocasión comparece en la sección de cultura con motivo de la publicación del libro 'Juan Joxe Unanue. Goenatxo II'. Gehiena eta gorena', el sexto número de la colección Jentilak de la editorial Xibarit. Su promotor, el fotógrafo, diseñador y editor tolosarra Joseba Urretabizkaia, puso en marcha la colección para mantener viva la memoria de las grandes figuras del deporte rural y para que, mediante esos libros que tienen mucho de homenaje, no caigan en el olvido una vez finalizada su vida deportiva.
Goenatxo II ha protagonizado el sexto número de una colección que, con anterioridad, dedicó sendos volúmenes a los aizkolaris Patxi Astibia, Miguel Mindegia y Jose Ignazio Orbegozo 'Arria II', al pelotari Luciano Juaristi 'Atano X' y al harri-jasotzaile Agustin Ostolaza.
La colección es «un intento de recuperar un mundo ancestral que ya está medio perdido»
«Se jugaba mucho dinero, y sabían que levantando piedras levantaban su vida»
El libro dedicado a Goenatxo II, que al igual que los restantes destaca por su cuidadísima edición y ha tenido una primera edición numerada de 500 ejemplares que ha sido posible en gran medida gracias al apoyo de diversos patrocinadores, se presentó recientemente en Azkoitia, localidad natal del harri-jasotzaile, que ese mismo día recibió el homenaje del Ayuntamiento y de sus vecinos.
Acompañan a las magníficas fotografías del propio Urretabizkaia y las imágenes procedentes del archivo de Goenatxo II textos del escritor donostiarra Álvaro Bermejo, traducidos al euskera por Joxemi Saizar.
Juan Joxe Unanue y Álvaro Bermejo nacieron el mismo año, en 1959, en Azkoitia y San Sebastián, respectivamente. A cincuenta kilómetros el uno del otro pero, en muchos aspectos, en mundos diferentes.
«Yo era un niño urbanita que tenía noticia del deporte rural por el periódico, pero me resultaba algo muy lejano», admite Bermejo, que entiende este proyecto como «un intento de recuperar un deporte que se va marginalizando y un mundo ancestral que ya está medio perdido».
«Personas de una pieza»
La elegancia de una edición que puede calificarse de lujosa podría contrastar con el carácter rústico que se atribuye al mundo de los 'herri kirolak'. La mirada de un escritor poco familiarizado con los códigos del mundo al que se acerca también puede parecer contradictoria. «Esa era la idea», afirma Bermejo, autor también de los textos de los libros dedicados a Ostolaza y a Endañeta, este último todavía inédito. El escritor asegura que se ha acercado al «hábitat natural» de los protagonistas «con la inocencia del urbanita que lo desconocía casi todo pero tenía muchas ganas de aprender».
Y se ha encontrado con «personajes difíciles de definir, porque son arquetípicos. Personas de una pieza, extremadamente parcas en palabras, que parece que no tienen nada que decir, salvo levantar piedras, pero que te acaban dando lecciones de vida».
Once veces consecutivas campeón de Euskadi en la especialidad de piedras grandes, doce veces ganador de la Igeldoko Harria donostiarra, donde tan solo Izeta II, con nueve victorias, se aproxima a su récord, a Juan Joxe Unanue, el segundo de la saga que tomó el nombre del caserío de la familia, nadie le discute un lugar en la historia del deporte tradicional. Todos los pasos que dio en ese camino, todas sus marcas y todos sus logros están en el libro.
A través de los 18 capítulos del libro, sin embargo, se atisba mucho más, aunque las intervenciones del harri-jasotzaile, en marcado contraste con la prosa del escritor, que es quien conduce el relato, son bastante lacónicas. «Lo que más les importa a todos es que queden claras las marcas, que no cometamos errores con los datos», afirma Bermejo, que reconoce que es mucho más difícil entrar en el terreno personal o familiar». Lo que no manifiestan con palabras, sin embargo, lo transmiten a través de las fotografías de Joseba Urretabizkaia, que muestra a un Goenatxo, en solitario y el familia, muy distinto al que estábamos acostumbrados a ver.
Un tópico «escandaloso»
Goenatxo II, a pesar de su relativa juventud, pertenece a una estirpe de deportistas que Bermejo compara con «personajes de novela que tienen mucho que contar, que han rumiado el choque con la vida y que han salido adelante con mucho esfuerzo. En el deporte rural se jugaba mucho dinero, y sabían que levantando piedras levantaban su vida».
Los harri-jasotzailes más jóvenes -como su hijo Jon, Goenatxo III- podrán igualar o superar sus hazañas deportivas, pero ya no conocerán el mundo en el que se abrieron paso sus mayores. Con un poco de suerte, tampoco tendrán que cargar con prejuicios que libros como este desactivan. No obstante, según Bermejo, «todavía hoy perdura el tópico del bruto, del 'morrosko', que me parece escandaloso, porque significa que no se conoce a unas personas que, en la mayoría de los casos, tienen una gran sensibilidad».
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