Xabi Zabaleta: «El Molinón y una cita pendiente: hoy será especial»
Director de Proyectos de la productora Pausoka y seguidor de Springsteen desde niño, el productor donostiarra escribe este artículo en primera persona sobre el músico, al que ha visto en directo 25 veces.
DV
Sábado, 21 de junio 2025, 09:07
Navidades de 1985. Yo tenía 8 años y un regalo por abrir en casa de mis aitonas. Como somos una familia muy grande, nos 'agrupaban' ... por edades y a mí me solían regalar lo mismo que a mis primos, un par de años mayores. Esas Navidades nos tocó algo que me marcó para siempre: 'Born in the USA', mi primer vinilo. Unas rayas horizontales rojas y blancas y el culo de un tío en vaqueros. Eso era todo. No tenía ni idea de inglés y tampoco sabía quién era Bruce Springsteen.
Cuando conseguí que el disco sonara por primera vez en el tocadiscos seguía sin entender ni una palabra de lo que decía, pero aquello me impactó. No sé explicar la razón –he leído a muchos contar lo mismo– pero de pronto, sentía que Bruce y su banda me cantaban a mí. Vale, no entendía nada, pero me encantaba.

Tuve suerte. Podía haber sentido lo mismo con un cantante cuyas letras fueran horribles o tuvieran un mensaje opuesto a mis ideas, pero no. Poco a poco fui consiguiendo libros con traducciones, mi inglés fue mejorando, conseguí otros discos y montones de libros. Fui descubriendo con alivio, y cierto orgullo, que ese cantante que tanto me gustaba, defendía valores con los que me identificaba. No solo eso, además, era capaz de ir al cine y cuando un fan le reconocía, irse a casa de éste a cenar en la cocina de la madre.
Así que discutí muchas veces con amigos y compañeros de clase mientras les contaba que 'Born in the USA' no es una canción patriótica que glorifica los Estados Unidos, sino que es una crítica a su país, ese que abandona a los que no tienen suerte en la vida. Lo reconozco, he sido muy pesado con todos los que me rodean. Perdón a todos vosotros, pero tenía razón.
Porque Bruce ha sido una referencia, me atrevería a decir que vital, para mí. Arconada era mi superhéroe favorito cuando era niño. Bruce, su equivalente adulto. Así que mi primer concierto de Bruce no podía ser en otro lugar que no fuera el estadio de El Molinón. Año 1993. Aquella vez conseguí dos cosas que siempre recordaré: vi a Bruce en directo y conseguí que mi ama me hiciera un justificante falso para perder clase y poder ir al concierto con mi primo mayor y sus amigos. Eskerrik asko ama eta David.

Desde entonces, he visto a Bruce con la E Street Band, en acústico o con otros músicos acompañantes, 25 veces. He viajado a diferentes lugares, muchas veces solo, para volver a sentir esa conexión especial que parece que sentimos muchos otros. Esta vez en Donosti volverá a ser especial por otro motivo: he invitado a mis aitas. De esta forma, saldaré una deuda que ellos contrajeron conmigo en 1989.
Aquel año, Bruce Springsteen estaba en plena gira 'Tunnel of love' y llegó a Barcelona y Madrid. El día anterior al concierto mis aitas nos dijeron que se iban a Madrid. A mí me extrañó y pregunté si, por casualidad, no estarían pensando en ir al concierto de Springsteen (al que conocían gracias a mí, por supuesto). Me dijeron que no. Un par de días después volvieron a casa con dos pósters de la gira y una entrada rota de recuerdo.
Desde entonces recordamos muchas veces aquella mentira y esa cita pendiente que tenemos. Este sábado, en Anoeta, los tres veremos a Bruce juntos por primera vez.
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