Una vuelta a la vida inteligente y deseada
Quincena Musical ·
Esta edición se recordará, sin duda, por ser la que ha hecho renacer el festival. Después de dos años extraños, la Quincena ha vuelto a ... recuperar su esplendor pasado, los saludos, los abrazos, y la agradable sensación de reunir a más de millar y medio de personas en las citas del Kursaal. Además, la nueva situación ha permitido volver a recibir artistas internacionales de gran calado, si bien, quizá por prudencia, ha faltado alguna otra gran orquesta y algún solista conocido por el gran público.
La limitación de estrellas, sin embargo, ha traído consigo otras virtudes, como el hecho de descubrir a artistas como el pianista Vikingur Olafsson, tener como protagonistas de la ópera y la zarzuela a los grandes valores de casa en el Kursaal -Miren Urbieta, Xabier Anduaga o Elena Sancho-Pereg- y en otros ciclos como el de Música de Cámara, con un magnífico recital del acordeonista Iñaki Alberdi, o el de Contemporánea, con el bien diseñado concierto de Sigma Project. El protagonismo del Barroco con la presencia de Gardiner en la jornada inaugural, el soberbio concierto de la Orquesta y el Collegium Vocale 1704 o las muy interesantes veladas de Música Antigua han aportado, sin duda, variedad y calidad a la edición.
El público ha respondido con su entusiasta presencia a la oferta musical. Es cierto que la Quincena no ha llegado a agotar entradas en su apuesta más fuerte, la del Kursaal, pero si bien la herencia de la pandemia ha tenido sus consecuencias, tampoco se pueden olvidar los cambios de consumo cultural evidentes en la sociedad actual que afectan a no pocos espectáculos. Por eso, habrá que esperar que el festival, que siempre ha sabido adaptarse y reinventarse, juegue bien sus bazas para que esta vuelta a la vida sea una realidad consolidada.
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