«En las redes muchos sacan el inquisidor que llevan dentro en plan psicópata»

-¿A qué atribuye el llenazo?

-Supongo que es porque hace muchísimo que no voy a Donostia, una ciudad con la que he tenido siempre una relación muy especial. Durante años viajé mucho a vuestra ciudad porque fui parte de los artistas de Get In: no sólo fueron una familia para mí, sino que trabajaron muy duro para hacer crecer mi carrera en solitario.

- ¿Por qué ha titulado el disco con la palabra «Revolución» entre interrogantes?

- Los interrogantes son los signos que más abierto pueden dejar el sentido de una palabra, es una forma enigmática de formular un concepto. Supongo que hay una voluntad irónica en la pregunta porque creo que no es posible hacer una revolución. El término está en boca de todos, pero más en la forma que en el fondo. Soy un poco escéptico.

-El 15-M fue una especie de revolución, y en nueve años, algunos de quienes la inspiraron comparten gobierno con el partido al que criticaban y viven en un chalet de 600.000 euros…

- Bueno, igual soy ingenuo, pero yo veo cierta esperanza y a mí no me cabrea que Podemos esté ahí. El espíritu de aquel movimiento era que no hubiera líderes ni partidos, pero ya entonces se veía que eso sería imposible de traducir en un cambio real si no se transformaba en un partido político. De momento, yo me alegro y no creo que se hayan vendido, aunque tengo muchas dudas: el poder es perverso y fagocitará cualquier intento de cambio real. Bueno, si lo hacen mal, siempre podemos echarle la culpa al PSOE. (Risas)

- 'Sólo queda música' suena casi a consuelo: «Música para bailar y romper la barrera». Le ha quedado un disco muy bailable, algo que también puede ser revolucionario.

- Tampoco hay que buscarle las vueltas al concepto. Yo lo planteo como algo lúdico y creo que llevo muchos años influenciado por la música disco y el baile. En Los Ronaldos hicimos temas como 'Idiota' o 'Sabor salado' que eran puro funk, y los directos tenían más de Prince o James Brown que de los Stones o Dylan. Igual en este disco llama más la atención porque pasé un tiempo más nostálgico o centrado en una música más de autor, pero el baile siempre ha estado ahí y en este disco hay un tema, 'Un lazo rojo, un agujero', en el que hemos calcado todos los tópicos del sonido Philadelphia. Inspirado por el descubrimiento del disco 'Random Access Memories' (2013), de Daft Punk, pensé en hacer un álbum entero de música disco, pero al coger la guitarra, vi que unas funcionaban y otras no: carecía de sentido sacrificar buenas canciones por mantener la idea de un disco funky.

- Al final, '¿Revolución?' es variadísimo: de rapear junto a Kase. O en esa canción salta a un minimusical ('América') con suntuosos arreglos de orquesta que recuerdan a Rufus Wainwright…

- Toda la vida he escuchado a gente que hace discos muy eclécticos y abarca muchos tipos de música. Un ejemplo es Rufus, otro descubrimiento de los últimos años, o The Divine Comedy. Adoro a los artistas eclécticos y, por tanto, mi música también lo es. Los arreglos de orquesta son obra de mi hermano Miguel, con quien de niño veía musicales de Gene Kelly, Fred Astaire… Esa música estaba ahí antes que los Stones, Bowie o Dylan. Queríamos hacer canciones con arreglos sinfónicos y llevarlos a un terreno muy serio con rigor, y no hacer el típico disco de pop en el que metes unas cuerdecitas.

- ¿En 'Extraterrestre' reivindica el derecho a la diferencia?

-Es más bien una fantasía sobre la persona que me gustaría ser, alguien tan puro y auténtico que no le afecta la mala onda que muchas veces se percibe en las redes sociales, donde muchos sacan el inquisidor que llevan dentro como si fueran psicópatas. Las redes podrían haber sido un instrumento maravilloso para desestabilizar un montón de cosas, pero nos han convertido en pequeños centros de poder que ejercemos contra nuestros propios vecinos.

- Haciendo a menudo de tiranos y acusadores…

-Absolutamente. No quiero ser agorero ni tremendista pero tengo poca confianza en nosotros mismos. Creo que todo esto va a calar más hondo de lo que creemos y generará un clima que nuestros hijos sufrirán, con un ambiente muy heavy de falta de libertad de expresión.

- «Me has molestado, me has ofendido / Muerte al humor / Somos tu enemigo», ironiza.

- Sí, está bastante claro de qué hablo, es literal. Es una forma de poner un espejo frente a esa gente y decirles: «Es muy feo lo que hacéis. Os ponéis en evidencia vosotros mismos». Me flipa que algunos no se den cuenta de que escribiendo determinadas cosas de forma pública están mostrando de un lado muy chungo. Joder, que lo van a leer tus amigos, tus novias o tus hijos, córtate un poco y no eches tanta espuma por la boca…

- En 1987, cuando debutó con los Ronaldos, no había Twitter, pero recibieron quejas y denuncias de asambleas de mujeres por la letra de 'Sí, sí', que decía aquello de «Tendria que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte, hasta que digas sí». ¿Cómo lo ve 33 años después?

- Como siempre: el terreno de la ficción debe ser absolutamente libre y salvaje, porque es ficción y no hace daño a nadie. Es absolutamente ridículo, inútil y absurdo censurar obras artísticas por su significado porque éste es poliédrico, contradictorio, y caótico… A veces, ni el propio autor conoce el sentido último de su obra. Estamos hablando del terreno de la imaginación, de algo que en sí mismo es abstracto, por lo que no puede ofender a nadie. El arte puede generar emociones, provocar pensamientos o despertar contradicciones, pero no ofender por muy explícito que sea. La censura es estúpida y también lo es entender de modo literal una canción o una película. Precisamente, el arte es lo contrario de lo literal.

- Pero esa canción ya no figura en sus directos aunque toca otras de Los Ronaldos.

- No la incluyo, pero no por una cuestión de autocensura, que eso me parecería ya el colmo, sino porque en este momento no me interesa artística ni musicalmente cantar esa canción. Ahora no me cuadra, pero quién sabe, a lo mejor un día me da por tocarla.