El sonido convertido en orquesta
Bajo la dirección de su nuevo titular, Alain Altinoglu, el conjunto sinfónico mostró todo su poder sonoro ante una batuta atenta, apasionada, clara y muy expresiva
Todos los ingredientes que se pueden esperar en un concierto estuvieron presentes ayer en el de la Orquesta de la Radio de Frankfurt. Bajo la ... dirección de su nuevo titular, Alain Altinoglu, el conjunto sinfónico mostró todo su poder sonoro ante una batuta atenta, apasionada, clara y muy expresiva. El podio y la orquesta disfrutaron y todos pudimos compartir su amor por la música con un repertorio, además, muy atractivo.
Se nota que Altinoglu dirige habitualmente ópera y su conocimiento del género fue, posiblemente, una de las principales causantes de que recibiéramos una obertura de 'La forza del destino' con mil dinámicas y colores. Tampoco hubiera sido posible una versión como la que escuchamos, llena de vida, sin un instrumento tan rico como la Orquesta de Radio Frankfurt, equilibrado en todas sus secciones y de un timbre hermosísimo.
El 'Concierto para violín y orquesta' de Sibelius es la única obra para instrumento solista y orquesta que compuso y si bien fue de difusión tardía, es una de las piezas que más se escuchan en la actualidad en directo. La coreana Bomsori Kim supo transmitir toda la emoción que tiene. Abordó el tema que da inicio al 'Allegro moderato' inicial con una importante presencia escénica y un sonido hermoso, fruto de un adecuado uso del vibrato. Gracias a un maestro atento y respetuoso, la solista pudo lucirse a pesar de no tener un sonido muy grande y demostrar su dominio técnico en la endiablada cadencia, sólo apta para grandes virtuosos. Notable también el 'Adagio di molto' central. Kim estuvo algo más insegura en el 'Allegro ma non tanto' final y justa de sonido en los pasajes más necesitados de brío y energía, pero su expresividad y carácter convencieron y fue muy aplaudida.
Gran trabajo el de Vocalia Taldea en su difícil intervención en el tercer 'Nocturno' de Debussy, el titulado 'Sirènes'. Buen empaste, gran trabajo de las dinámicas y clara emisión, incluso en los pasajes más 'piano'. La orquesta volvió a desplegar todo su potencial sonoro en una gama increíble de matices dentro de un tempo flexible y expresivo. La festiva 'Suite para orquesta' de Weinberg, con impecables solistas de viento, coronó un encuentro magnífico para disfrutar.
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