El compositor donostiarra Iñaki Estrada se sumerge en las profundidades de 'Moby Dick'

Esta es la tercera ocasión en que Ciklus se sumerge en este tipo de propuestas. La primera fue con 'Gargantúa' de Rabelais y luego se aventuraron en 'El corazón de las tinieblas' de Joseph Conrad, antes de embarcarse en el ballenero Pequod en la obsesiva y autodestructiva persecución del cachalote blanco. «Buscamos novelas donde se trabaje esa parte oscura del ser humano, ese momento en que uno pierde el rumbo y cruza la línea», explica Estrada, una de las tres patas de este taller. «En la de Conrad, el personaje de Kurtz es similar al capitán Ahab de 'Moby Dick'. En el primero se presenta al prototipo de hombre europeo que va al Congo y es idolatrado por los indígenas, a pesar de ser un sanguinario; por su parte, Ahab es un viejo lobo de mar al que le preocupa su venganza personal».

Una adaptación de las palabras de la literatura a los compases del pentagrama y de estos a la puesta en escena teatral, que se trabaja en común. «Yo soy el último en llegar, trabajo a posteriori. José Miguel y Asier teatralizan la novela y graban los textos con unos actores, y ahí no intervengo», es más adelante cuando recibe los archivos de audio y el guion para, con ese material, dar forma a toda la banda de sonido y música que acompañará al trabajo dramático.

La obra, tanto en contenido como en forma, se inspira en los antiguos radiodramas de los años 20. Esas narraciones acompañadas de multitud de efectos de sonido y músicos tocando en directo, se intensifica con un gran juego de luces. Todo un conglomerado para el que se han servido de la ayuda del Departamento de Sonología del Real Conservatorio de Música de Madrid.

«Tienes que oír todo, un vaivén de cosas, esa es la gracia del radiodrama». A la flauta, el piano, la percusión, el clarinete, el acordeón, el violín y el violonchelo, «que a veces tocan y a veces no», se les suman los efectos 'foley' pregrabados y todo un despliegue tecnológico «que genera mucha intensidad a la trama». Sobre todo ello, además, debe escucharse el texto que José Miguel Baena interpreta encarnando al joven marino mercante Ismael. «En las grandes escenas de caza, cuando el cachalote choca contra el barco o durante el hundimiento, la música y los efectos electrónicos aumentan la intensidad. Mi forma de componer no distingue entre música y efectos, para mí es todo uno. Todo es música», asegura Estrada.

De esta forma, el espectáculo pasa de ser simplemente un concierto o una obra de teatro para convertirse en una dramaturgia sonora que busca «un enfoque interdisciplinar» entre estas diversas artes. Se saturan los géneros, se multiplican las voces y se retoma el carácter de los radiodramas desde un lugar más contemporáneo que desde Ciklus Ensemble definen como 'teatro del aire'.

El 'Moby Dick' que han diseñado «está pensado para gente que pueda disfrutar de la novela», aunque no descarta a públicos más jóvenes, «a pesar de que no perciban esas referencias antropológicas de lo moral». Tras su estreno en Madrid, el espectáculo pasará por el Casino de Pamplona y por Salamanca, antes de ser presentado el día 3 de diciembre en la Musika Eskola de San Sebastián.