Mark Elder
El británico dirigió ayer a la Orquestra de la Comunitat Valenciana y hoy repite en el Kursaal con Xabier Anduaga y el Orfeón Donostiarra
El maestro británico (Hexham, Reino Unido, 1947), que asumirá la dirección musical de la Orquestra de la Comunitat Valenciana el próximo 1 de septiembre, presenta ... a la agrupación en Donostia. Responsable musical de la Orquesta Hallé de Manchester durante más de dos décadas e invitado por los mejores conjuntos del mundo, Elder se pondrá al frente de dos conciertos en la Quincena, ayer y hoy. Esta tarde, con Xabier Anduaga y el Orfeón Donostiarra.
- Ha trabajado con la Orquestra de la Comunitat Valenciana desde 2022 y acaba de ser nombrado director musical. ¿Qué opinión le merece esta orquesta?
- Es una orquesta muy buena y disfruto mucho haciendo música con ellos. El personal es una mezcla de diferentes nacionalidades: hay muchos músicos rusos, pero también muchos españoles. Es una gran mezcla y eso me gusta, porque significa que tengo un trabajo que hacer para convertir la orquesta en un todo y conseguir un solo sonido.
- ¿Qué cree que le ha llevado a esta orquesta a elegirle a usted como responsable musical para ópera y conciertos sinfónicos?
- Dirigir conciertos y óperas siempre ha sido parte de mi vida y desde joven he dirigido mucha ópera. Sin embargo, aunque adoro la ópera, no es mi primer amor, sino la música. Me invitaron a hacer algunos conciertos con la Orquestra de la Comunitat Valenciana para ver si nos llevábamos bien o no. Me impresionó su ataque y su energía, porque puedes saber lo valiente y segura que es una orquesta con un solo concierto. Me hicieron la propuesta de asumir dos óperas y dos programas sinfónicos, ampliables a tres a partir de la temporada 2026-2027, así que después de 25 años decidí dejar la dirección de la Orquesta Hallé en Manchester. Me dio mucha pena irme, pero me llegó esta invitación y pensé que era un regalo maravilloso. Valencia es un lugar maravilloso.
- ¿Aceptó el puesto por la calidad de la orquesta y el lugar?
- Es un trabajo que me permite seguir haciendo proyectos en Inglaterra y en otros países y al mismo tiempo tener una orquesta propia a la que poder conocer.
- Además de la energía que ha citado, ¿qué destacaría de la orquestra valenciana?
- Son muy generosos y acogedores. Yo estaba muy nervioso porque nunca había trabajado en España y no hablo español. Muchos de ellos entienden el inglés bastante bien. Lo importante es que todas las orquestas necesitan a alguien que las una. Cuanto mejor es una orquesta, más experiencia y carisma debe tener su líder. Al ser una orquesta de ópera, sus músicos están acostumbrados a expresar emociones fuertes. Eso me gusta mucho y estoy muy emocionado.
- ¿En qué medida marca a una orquesta haber sido fundada por un maestro de la categoría de Lorin Maazel y estar apadrinada por Zubin Mehta?
- No le marca absolutamente en nada. A mí me gusta que la compañía de ópera sea joven, que no lleve mucho tiempo en activo y que, por tanto, no haya hecho una gran variedad de óperas. Lorin y Zubin eran muy buenos directores y tenían mucha experiencia en la ópera, por lo que su legado genera expectación. Los dos establecieron un estándar y yo diría que pusieron el listón muy alto y la orquesta lo intenta mantener. Pero eso requiere un trabajo constante como en el fútbol.
- Su contrato es para dos años que pueden prorrogarse dos más. ¿Cuáles son sus objetivos?
- Convertirla en la mejor orquesta de España. Hay gente que me dice que ya lo es. Quiero que tengan confianza y que emitan el sonido más bello posible. En Valencia tocan en un buen auditorio y podemos conseguirlo.
- La orquesta valenciana se estrena aquí, pero usted ya ha dirigido a la Orquesta Hallé de Manchester hace diez años en el Kursaal.
- Lo recuerdo muy bien. Es una sala preciosa y con muy buena acústica. Trabajé con el Orfeón Donostiarra, completamente diferente a los coros ingleses, que pueden ser maravillosos. Pero el Orfeón tiene un sonido y una atmósfera diferentes.
- Ha sido durante más de veinte años (2000-2024) director musical de la Hallé y responsable de otras agrupaciones británicas. ¿Ve diferencias entre las orquestas de su país y las de otros lugares como España?
- Sí. Con la Hallé he estado tanto tiempo que el sonido que hacían era el que yo quería. Habíamos trabajado juntos el equilibrio, que en una orquesta es muy importante, porque si los metales tocan tan fuerte como pueden, no se oye a nadie más. Cuando dirijo a otras orquestas descubro puntos fuertes diferentes a los de la Hallé, y de la Orquesta en Valencia destacaría su personalidad.
- Dirige dos programas en la Quincena. El primero con dos compositores rusos, Tchaikovsky y Shostakovich.
- Es un programa de festival, tal y como corresponde. El 'Concierto para piano y orquesta' de Tchaikovsky es uno de los más queridos y conocidos del mundo. Es muy difícil para el solista, que esta vez es alguien con quien he trabajado durante muchos años, Nelson Goerner. Toca maravillosamente. En cuanto a la quinta sinfonía de Shostakovich, es la más popular y muy emocionante, debido a las circunstancias en las que fue creada, tras un periodo de gran dificultad.
- Hoy vuelve a colaborar con el Orfeón Donostiarra, en el 'Stabat Mater' de Rossini.
- Cuando recibimos la invitación de la Quincena pensé que sería genial volver a trabajar con el coro. Nunca los olvidaré. Las sopranos y las mezzos son mujeres jóvenes y los tenores y los bajos, hombres maduros. Esto afecta a su sonido, que es muy rico. Y el maestro del coro, Sani, es increíble. El 'Stabat Mater' de Rossini no es difícil y necesita cuatro solistas que sepan cantar música italiana. El coro debe tener un enorme dramatismo en su sonido y transmitir el texto en latín.
- En la primera parte interpretarán la 'Sinfonía nº 2' de Beethoven. ¿Por qué cree que es menos conocida que otras?
- Cuando me preguntan por Mahler o Sibelius siempre respondo lo mismo. Hay sinfonías de estos compositores que son muy conocidas y otras que no. Si escribes tantas sinfonías como ellos, es inevitable que algunas no se toquen tanto. Me cuesta entenderlo, porque esta es una obra maestra. En el último movimiento hay un sentido del humor, de maldad, de reírse… que me recuerda a Rossini. Me gusta que la música se sienta como champán fresco, no como una bebida rancia que lleva demasiado tiempo abierta. Me gusta que la música se sienta como champán fresco, no como una bebida rancia que lleva tiempo abierta.
- ¿Qué le diría al público de San Sebastián?
- Que si no vienen se perderán algo memorable. Sin el público no tenemos una razón para estar ahí. He intentado elegir música ante la que el público reaccione con fuerza. Quiero que los conciertos sean una celebración para la ciudad.
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