Crítica del concierto de Euskadiko Orkestra: Grandes clásicos

La primera parte contó con dos piezas breves y el 'Concierto nº 5' para violín de Mozart. La obertura de 'La flauta mágica', con Zukerman como director y una lectura dentro de los cánones más académicos, permitió a la orquesta mostrar su alta calidad en las cuerdas, algo que mantuvo en 'Kol Nidrei', una pieza romántica e ideal para que la violonchelista pudiera compartir con el auditorio su amplio vibrato y su poderoso sonido.

Zukerman dejó la batuta y cogió su violín para ocupar el rol de solista y ofrecer un Mozart que fue de menos a más. Sorprendieron su imprecisa afinación en algunos pasajes del 'Allegro aperto', si bien hizo gala de principio a fin de un increíble dominio de arco, un sonido brillante y lírico a la vez, así como muchos recursos que le permitieron consolidar una lectura más que notable. Su 'Adagio' fue una delicia y el 'Rondo: Tempo di minuetto' final una demostración de complicidad con una orquesta que le habló de igual a igual. Zukerman volvió al podio para dirigir una 'Segunda' de Beethoven clara, bien articulada y respetuosa en estilo.