Concierto de Euskal Herriko Gazte Orkestra: Buenos propósitos
El encuentro de invierno de la Euskal Herriko Gazte Orkestra tuvo ayer su puesta de largo en el Victoria Eugenia y lo hizo con las ... entradas agotadas y una propuesta que parecía seguir un objetivo claro: conectar con los jóvenes, y no sólo con los que ocupan sus atriles. Prueba de ello fue la elección de una obra que lo declara en su propio título y que no se escucha a menudo en directo, 'la Guía de orquesta para jóvenes' de Britten, y la de un actor, Kepa Errasti, que ejerció de narrador en la misma con un guion adaptado a estas fechas navideñas. La interpretación de esta pieza junto a la enérgica 'Séptima' de Beethoven permitieron conseguir el ansiado propósito en un concierto que fue a más y que culminó con un entusiasta Tchaikovsky como propina.
El concierto
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Intérpretes Euskal Herriko Gazte Orkestra (EGO); Kepa Errasti, narrador.
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Director Iker Sánchez.
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Programa 'Guía de orquesta para jóvenes, op. 34 (Variaciones y fuga sobre un tema de Henry Purcell)' de Britten y 'Sinfonía nº 7, op. 92 en la mayor' de Beethoven.
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Fecha 2-1-25.
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Lugar Teatro Victoria Eugenia.
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Asistencia Lleno.
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Propina 'Vals de las flores' de Tchaikovsky.
La velada comenzó con una sorpresa. Cinco percusionistas recibieron al público desde el escenario tocando las claves en una pieza en la que se superponían distintos ritmos sin pausa. Fue una gran idea que permitió que los asistentes fueran sentándose casi en silencio y adquiriendo un ambiente de escucha. Ya con la orquesta en escena, Kepa Errasti presentó la obra de Britten haciendo un símil con la mesa de una cena familiar de Navidad, con la amona como maestra de ceremonias, a modo de director de orquesta, y representando a cada sección de la orquesta como un miembro de la familia. Iker Sánchez lideró con seguridad la lectura de esta composición en la que, sin embargo, no funcionó la disposición de Errasti en el escenario, dando la espalda al público cuando no hablaba. La EGO, por su parte, estuvo irregular en afinación, si bien se mostró precisa y defendió con nota la fuga final.
Mucho más alto fue el nivel de la agrupación en su ejecución de la 'Sinfonía nº 7' de Beethoven, a la que dotó de una especial energía. Ya desde el 'Poco sostenuto- Vivace' inicial pareció estar sonando otro conjunto, mucho más empastado y con una mayor sonoridad, a pesar de la seca acústica del teatro. Aún tenía que llegar el 'Allegretto', perfectamente dibujado por los brazos de Iker Sánchez y tremendamente expresivo y, sobre todo, la precisión rítmica de un contagioso 'Vivace' que desembocó en el brillante 'Allegro con brío' final, con el que nos contagió de entusiasmo.
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