«Soy fan declarado del Orfeón Donostiarra por su vocación y calidad»
El popular maestro protagoniza mañana el concierto homenaje al 125 aniversario del Orfeón Donostiarra que acogerá el Kursaal
Nunca antes había subido al estrado para situarse frente al que considera «el mejor coro del mundo», y eso que Luis Cobos (Campo de Criptana, ... 1948) ha cogido la batuta de importantes orquestas como la Royal Philharmonic de Londres, la sinfónica de Los Ángeles o la Kansai Philarmonic de Japón. El Kursaal acogerá mañana (20 horas) de un nuevo homenaje al Orfeón Donostiarra por su 125 aniversario, protagonizado por el propio coro y por la Orquesta Sinfónica de Europa, dirigida por el maestro de Ciudad Real.
– Dice que el Orfeón Donostiarra es el mejor coro del mundo. ¿En qué sentido?
– Cuando uno vive en un lugar en el que hay un artista, una orquesta o un conjunto coral como este, puede parecerle sorprendente que pueda ser el número uno en el mundo, pero a mí no me sorprende. Estamos hablando de personas que tienen la formación y la calidad de un coro profesional, que están todos los días ensayando, pero que tienen la impronta y la ilusión de un coro amateur, de alguien que se dedica por gusto a ello y no simplemente por una remuneración.
– Es decir, ofrece un resultado profesional partiendo de la modestia.
– En todo este tiempo han elaborado un sistema con el que han conseguido mantener el mismo nivel musical, sin perder esa vocación. Y eso es algo que cautiva a las orquestas, a los directores y al público. El Orfeón reúne dos condiciones muy difíciles de obtener en los coros profesionales, que no es solo la calidad, sino la vocación y ha quedado demostrado en 125 años que no es por casualidad. Los considero el mejor coro porque soy fan declarado del Orfeón Donostiarra, no porque les deba ningún favor.
– Es la primera vez que colaboran juntos, ¿por qué han tardado tanto?
– Bueno, he grabado con el coro del Covent Garden de Londres, he dirigido al coro del Liceo de Barcelona y a otros coros y grandes orquestas. Pero en la vida las cosas van sucediendo en su momento, se combinan los elementos y se da esa circunstancia. Pero ha sido ahora cuando ha venido el 125 aniversario a darnos la idea de juntarnos, hubo un par de conatos antes que no cuajaron, aunque ya nos teníamos aprecio.
«El Orfeón reúne dos condiciones muy difíciles de obtener en los coros profesionales: mantener la calidad musical, sin perder la vocación»
– ¿Qué es y quiénes forman esta Orquesta Sinfónica de Europa?
– Es un compendio de personas, con muchos solistas extranjeros, gente joven y parte de los mejores músicos de grandes orquestas, como la Sinfónica de Madrid. Es una orquesta con la que suelo hacer conciertos, cuando no voy con una que ya esté afincada, y es una representación de músicos de Europa.
– 'Música alrededor del mundo', así han titulado un concierto que, imagino, tendrá un poco de todo.
– Será muy especial porque es un recorrido por diferentes estilos y músicas de todo el mundo, desde la ópera, la zarzuela, la música sacra, canciones populares... Eso me permite trabajar y divertirnos en la que será una buena noche.
– ¿También va a tocar?
– Haremos un tema mío que compuse en 1992 y que se titula 'Viento del sur', dedicado a todos los músicos que se han tenido que exiliar. Lo tocaré con el saxo para darle un respiro al Orfeón porque, aunque parezca mentira, un coro se cansa mucho más haciendo temas cortos en diferentes estilos que haciendo una obra larga en la que no cantan en todos los movimientos.
– Y estrenará una composición con la que denuncia la situación en Ucrania: 'Alas a la esperanza'.
– Mi inspiró la indignación por esta invasión tan cruel y tan absurda de un sátrapa como es Putin. Y como dura tanto tiempo, quería poner mi granito de arena para manifestar que esta situación no puede cronificarse. Al hacerse crónica, la guerra empieza a ocupar el último lugar en las noticias, y esta obra pretende recordar que la gente está sufriendo y que hay diez millones de desplazados que supone el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial. Es mi manera de apoyar a la población y a los artistas ucranianos frente a esta masacre que no tiene explicación posible. No entiendo cómo la comunidad internacional no ha paralizado ya una situación que es injusta a todas luces, y que está a merced de un tipo que además maneja toda la energía. He querido relatar el sufrimiento y hacer un canto a la esperanza de que un día esto se pueda arreglar.
«En aquella época de los 80, las discográficas y los artistas me empezaron a pedir que colaborase con ellos, no tanto porque yo me quisiera meter ahí»
– La cita tiene otra cara solidaria en beneficio de Salvamúsica, ¿qué hay detrás de esta asociación?
– En las bibliotecas nacionales va quedando huella y registro de las grabaciones comerciales que se van haciendo, no de todos los discos pero sí de muchos de ellos. Pero no existe un patrimonio catalogado de la música grabada, más allá de las listas de éxitos. Hay muchísimos más temas instrumentales, corales, folclóricos y de solistas que no entran en esas listas y que son el 90% del patrimonio grabado. Esta asociación sin ánimo de lucro quiere ir recopilando todo eso para que quede una historia que se pueda consultar sin tener que pagar.
– ¿El proyecto ya está en marcha?
– Salvamúsica está fundada y están comenzando a estructurar e identificar archivos, pero este concierto está siendo la forma de darse a conocer y de poner en el ánimo de todos esa necesidad. Cristalizará cuando el movimiento cuente también con colaboración pública, lógicamente. Ojalá todas las bibliotecas y archivos se puedan unificar para crear un acceso directo y compilado a todo nuestro patrimonio cultural grabado.
– Cuando echa la vista atrás ya observa una trayectoria larga...
– ¡Menos larga que la del Orfeón! (ríe).
– Desde la Movida madrileña hasta Taburete. Tan pronto coge la batuta de la Sinfónica de Viena como arregla temas de la Orquesta Mondragon.
– Me encanta trabajar con gente acomodada, profesional y que sabe lo que hace, pero también con la gente nueva porque aporta otra savia. En aquella época de los 80, las discográficas y los artistas me empezaron a pedir que colaborase con ellos, no tanto porque yo me quisiera meter ahí. Lo que hacía era ordenar las ideas musicales de otros, arreglarlas y orquestarlas hasta convertirlas en canciones que tuvieran lo que se necesita para llegar al público y, a ser posible, ser un éxito. Me he ido moviendo en diferentes estilos pero siempre partiendo de la instrumentación. Desde que tocaba con 18 años en el grupo Conexión, he sido un compositor e intérprete al que los demás le hicieron instrumentador y director.
«No pretendo ser el primero en cada género, ni siquiera compito. Los puristas me imagino que son los que fuman puros, o algo así»
– ¿Y no son mundos demasiado lejanos?
– El origen de la música sinfónica y sacra está basada muy frecuentemente en temas folclóricos, así que no hay tanta diferencia. Hay músicos que no han estudiado y no están familiarizados con el lenguaje musical que, sin embargo, son grandes compositores y talentos. Soy, como se dice, un músico ecléctico que ha tenido una gran formación musical, pero al que también le atrae la música popular como el soul.
– ¿Quizá ese eclecticismo ha podido ser despreciado por los puristas de la música clásica?
– No pretendo ser el primero en cada género, ni siquiera compito. Los puristas me imagino que son los que fuman puros, o algo así. Siempre he intentado hacer con dignidad y calidad mi trabajo abordando diferentes estilos y hay cosas que me han salido mejor, otras regular y algunas, de hecho, bien. Pero no tengo ninguna intención de causar buena impresión. Yo hago lo que he estudiado y lo que estudio y eso me ha llevado a dirigir a las grandes formaciones del mundo. Cuando el maestro está en la tarima ahí no hay puristas. Creo que la condición más importante para un artista es ser feliz siendo parte de un todo.
EL CONCIERTO
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Cartel 'Homenaje de Luis Cobos al Orfeón Donostiarra por su 125 aniversario'. Orquesta Sinfónica de Europa, dirigida por Luis Cobos; y el Orfeón Donostiarra, dirigido por José Antonio Sáinz Alfaro.
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Lugar Auditorio Kursaal.
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Día y hora Martes 8 de noviembre, a las 20 horas.
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Entradas Entre 45 y 65 euros.
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– Cuando hice mi disco por México, tocamos muchos conciertos de sinfónica y mariachi, y procuraba decirles a los violinistas que trataran de imitar la forma de tocar menos técnica de los mariachis, pero tienen esa vibración maravillosa que te traslada al lugar donde te quieren llevar. Ahí está el secreto. El oficio de un director no es marcar bien ni tener una batuta fina, sino transmitir la emoción de las obras al público. Así que me pueden calificar como quieran.
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