«La función de los músicos es que el público disfrute igual que nosotros»

– ¿Qué le llevó a fundar La Ritirata?

– Yo había terminado mi carrera como cellista 'moderno', estaba en Holanda haciendo un máster y entré en la academia de la Royal Concertgebouw con posibilidades de quedarme en la orquesta. En esta situación empecé a estudiar el cello barroco, que ya me llevaba mucho tiempo interesando como autodidacta. Me admitieron como primer cello en la European Union Baroque Orchestra, y vi que este mundo me llenaba mucho más, así que dejé casi todo lo relacionado con el cello moderno y decidí formar mi propio grupo para poder realizar libremente mis ideas musicales.

– ¿Diría que se han cumplido los objetivos que se marcó cuando creó el conjunto?

– Estoy muy contento. Hemos seguido trabajando y creciendo, sin prisa pero sin pausa. Tuvimos un momento de más crecimiento internacional que se ha visto menguado tras la pandemia, pero por otro lado hemos disfrutado mucho de las giras de km.0. En los próximos años deseo seguir descubriendo nuevas músicas y nuevos escenarios, pero sin prisa ni estrés. Y ahora estoy también muy centrado en mis recitales a solo, tras el muy reciente lanzamiento del CD 'CelloEvolution'.

– La Ritirata es un ensemble con un número variable de componentes. Esta vez se presentan como sexteto. ¿Es distinto el trabajo cuando el número de componentes es mayor?

– Siempre cambia un poco. Cuantos menos músicos hay en el escenario se puede hacer un trabajo más democrático.Cuando vas sumando gente te vas acercando a una orquesta que necesita más una figura de liderazgo, si bien a mí me gusta ser siempre muy abierto y escuchar y valorar las opiniones de todos. El sexteto es un grupo reducido y por eso la actuación de hoy sigue siendo, en todos los aspectos, música de cámara. Eso sí, estaremos más apretados.

– Rememoran el 350 nacimiento del compositor napolitano Francesco Mancini.

– Es un compositor que siempre ha llamado mucho nuestra atención. Este año es como si se hubieran alineado los astros porque ha coincidido nuestro interés por el compositor, su aniversario, y la necesidad de enviar un programa nuevo a FestClasica. Todo ha encajado.

– ¿Diría que esta combinación de obras es atractiva para todo tipo de público?

– Sin duda. Es un programa, por un lado, de música desconocida que será de gran interés para el público melómano y por otro, con sonoridades muy variadas que atraerán incluso a quien se acerque por primera vez a este tipo de música.

– ¿Qué opina del claustro del Museo San Telmo como escenario?

– Me encanta. Sinceramente me parece un escenario inmejorable. Tenía mucho cariño al Convento Santa Teresa, donde tuve ocasión de actuar varias veces, pero desde que se cambió al claustro, me he enamorado desde el primer momento de este espacio.

– ¿Diría que el lugar donde se toca influye en la manera de hacerlo? ¿Y en el caso del público?

– Muchísimo, ambas cosas afectan muchísimo. Una buena acústica motiva desde el primer instante, en todos los aspectos. Todo suena mejor, más redondo, la comunicación y el diálogo entre los diferentes intérpretes es mucho más natural e incluso los aplausos del público suenan con más vitalidad. Y un público entregado, como suele ser en Donosti, nos motiva aún más si cabe a dar lo mejor de nosotros en la actuación.

– Se dice que la Ritirata ofrece interpretaciones extrovertidas y refinadas. ¿Es algo deseado?

– Me parece un comentario muy positivo y creo que sí. Las dos cosas me parecen importantes en un concierto. Respecto al refinamiento, poner atención al detalle, cuidar las interpretaciones, e intentar ser lo más perfeccionista posible. Y respecto a ser extrovertidos, los músicos actuamos para la gente y se trata de que el público disfrute de cada uno de los conciertos igual que nosotros disfrutamos cuando interpretamos música.

– ¿Qué le proporcionan sus colaboraciones con otros músicos?

– Siempre es un placer cambiar un poco de ambiente y todo este tipo de colaboraciones me resultan siempre constructivas, conocer a gente nueva, maneras nuevas de plantear la música, es muy interesante.

– ¿Cómo ha vivido este tiempo de pandemia?

– Los primeros meses fueron muy difíciles. Me costó sobre todo parar el ritmo y asumir que los conciertos se iban cancelando. Fue el momento que metí más horas de oficina en toda mi vida. Pero luego llegó el verano de 2020 y se empezó a recuperar, y cada concierto que se llevaba a cabo era una fiesta.