El evangelio de la serpiente
El estadounidense Serpentwithfeet debuta con un álbum que reinterpreta el gospel y el R&B en clave vanguardista: «Llamé a todos tus exnovios y les pedí un beso...»
Si uno ve fotografías de Serpentwithfeet antes de escuchar sus canciones, puede dedicar un rato a un pasatiempo interesante: tratar de adivinar qué tipo de música hace ese individuo de apariencia tan espléndida. Con el enorme 'septum' en la nariz, los tatuajes en la cabeza y en la cara ('heaven', 'suicide' y un pentáculo invertido) y esa ropa de fantasía que suele dejar el pecho al aire, el bueno de Josiah Wise es una criatura difícil de encasillar, porque ha logrado evadirse de los clichés estéticos que dominan la música popular. En realidad, también sus composiciones son escurridizas y superan ese difícil reto de evitar las etiquetas facilonas: el asombro inicial ante las pintas de Josiah va a más cuando se escucha su música, una recreación del gospel y el R&B que bebe sin prejuicios de fuentes inesperadas como la música de vanguardia o la clásica.
La suya es una de esas recetas osadas que pueden acabar fácilmente en catástrofe, pero Serpentwithfeet cuenta con las herramientas necesarias para no estrellarse. En primer lugar, una voz portentosa, de esas que impactan desde el primer verso, con un vibrato que hace pensar en Anohni y una consistencia casi líquida, que le permite fluir sin esfuerzo aparente hacia agudos cegadores y graves inquietantes. En segundo lugar, una formación musical rigurosa, que arranca en la iglesia pentecostal -su madre, antigua directora de coro, le obligaba a ensayar mucho más de lo que él habría deseado- y pasa por la Universidad de las Artes en Filadelfia, donde aspiraba a convertirse en cantante de ópera. En tercer lugar, están los colaboradores: su álbum de debut, 'Soil', funde los enfoques del rap y la experimentación en las personas de Clams Casino y Katie Gately, además de enrolar a Paul Epworth (colaborador de Adele) y el bostoniano mmph. Claro que lo más importante, aunque lo hayamos dejado para el final, es la consistencia artística de su propuesta, que podría parecer absurda en otros (¿un 'sample' de Berlioz?) pero entronca sin fisuras con la biografía y la personalidad de Serpentwithfeet.
Sexo y muerte
Josiah Wise, que el mes que viene cumplirá los 30, procede de la ciudad estadounidense de Baltimore. Allí creció en el seno de una familia profundamente religiosa (su padre, de hecho, regentaba una librería cristiana) en la que no acababa de encajar: la música no era un problema, porque le encantaba formar parte del coro, pero desde niño experimentó una morbosa fascinación por la muerte y, lo que es más importante, se vio obligado a ocultar a su entorno su condición de gay. En cierto modo, el proyecto de Serpentwithfeet nace cuando Josiah adquiere conciencia de que los distintos fragmentos que componen su identidad pueden ensamblarse de una manera creativa: ahí surge lo que él mismo bautizó en su momento como 'gospel pagano', una variante en la que el arrebato devocional se reorienta hacia otros aspectos de la vida, entre los que predomina el amor físico. «Un montón de canciones gospel son muy eróticas. Es una música romántica y decadente acerca de ser poseído por un hombre. Cuando empecé a tener citas, me di cuenta de que no conocía la diferencia entre el tío que me interesaba y Jesús», ha declarado a 'The Guardian'.
Esta trayectoria emocional ha desembocado en 'Soil', un disco ambicioso editado a medias entre un sello predominantemente indie (Secretly Canadian) y otro abiertamente experimental (Tri Angle). A lo largo del disco, Josiah entrelaza lo sagrado y lo profano hasta volverlos indistinguibles, multiplicando su voz sobre bases electrónicas que en ocasiones se acercan a lo industrial. Unas veces suena acariciador y otras doliente, pero siempre sensual, embargado por una pasión acuciante que se manifiesta en letras fervientemente físicas: «Llamé a todos tus exnovios y les pedí un beso, / necesitaba saber si todavía llevaban tu perfume. / Cariño, mientras sus bocas devoraban la mía, / sus labios eran dulces como los tuyos, espero que mi sabor conserve el tuyo», canta en 'Fragrant'. La propia nota de prensa invoca referencias tan diversas como Anohni, Terence Trent D'Arby, Brandy, Dvorak o Björk. La islandesa, por cierto, ha vuelto a poner a prueba su magnífico radar para detectar nuevos talento y ya ha colaborado con Serpentwithfeet.
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