Euskadiko Orkestra ya prepara las maletas para su regreso a Austria

Lo harán con la compañía especial del arpista francés Xavier de Maistre y de su director titular Robert Treviño, bajo cuya batuta interpretarán tres programas diferentes en el que no faltarán algunas de las firmas compositivas en las que la orquesta se ha especializado en los últimos años: Ravel y Shostakovich. «Vamos a interpretar ese repertorio por el que somos conocidos, si nos han invitado es en parte por nuestras grabaciones de Ravel», dice Treviño incidiendo en que «es genial volver a donde se nos conoce, pero también donde se nos espera».

Y dice «volver» porque la sinfónica vasca ya estuvo en ambas ciudades austriacas como parte de una gira en los años 80, además de una más reciente visita Linz en 2018. «La orquesta ha cambiado mucho desde entonces. Hemos alcanzado un alto nivel en cuanto a capacidad y destreza y este es un paso más para hacer de la Euskadiko Orkestra una de las más grandes de Europa».

Para ello contarán como invitado especial con «el mejor arpista del mundo», que para Oriol Roch, director general de la EO, no es más que el francés Xavier de Maistre. Él será el solista en dos de las piezas que presentarán en su repertorio, el 'Concierto para arpa y orquesta' de Alberto Ginastera y el homónimo de Reinhold Glière, que aparecerán en cada uno de estos tres diferentes programas. «Es un placer participar en esta gira», reconoce De Maistre. «Esta fue una de las primeras orquestas con las que toqué como solista, con la que he hecho grabaciones... y Austria es el país de la música, mi segunda casa». Porque el arpista francés llegó a ser titular de la Filarmónica de Viena, un puesto que mantuvo durante once años y que dejó para apostar por el riesgo de ser solista del resto de orquestas del mundo.

Un repertorio que se completará con 'La valse, poema coreográfico' de Ravel —entre otras piezas breves del compositor—, la 'Suite 1' de la ópera 'Carmen' de Bizet y el gran plato fuerte: la 'Décima Sinfonía' de Shostakovich. «Son tres programas densos y potentes que exigen un gran esfuerzo y planificación», recuerda Roch. «Iremos una compañía de más de cien personas y estaremos en Salzburgo (donde ofrecerán tres conciertos consecutivos), un lugar de culto y nódulo en el ámbito de la música clásica».

Si lo es, es en gran medida por ser la cuna de Mozart pero también por el prestigio que le otorga la imponente Grosses Festspielhaus. Una imponente sala de planta cuadrada, 2.179 asientos y una de las cajas escénicas más grandes del mundo con sus 100 metros de anchura que la convierten, junto a Linz, en una de las plazas importantes de la música clásica europea.

«Sueño con que cuando la gente hable de Euskadi, hable de su música», desea para sí Treviño porque como dice, «cuando llegué aquí por primera vez todos me hablaban de lo bien que se comía y de sus playas, pero yo me enamoré de Euskadi y de su cultura». La orquesta emprenderá su camino el lunes, víspera del primer concierto en Linz, para luego viajar a Salzburgo para sus tres próximas citas.