«Ahora es cuando más disfruto con la música, y quiero que la gente también se divierta»
Urko repasará este viernes sus canciones más conocidas en Tolosa, en un concierto que ofrecerá con la banda de música de la localidad
En fiestas de San Juan y con una de esas bandas de música que tanto admira. Así se presentará mañana, viernes, Josean Larrañaga 'Urko' ( ... San Sebastián, 1948) en Tolosa, una localidad con la que este donostiarra con label de la Plaza Easo, donde nació y cantó por primera vez en público en 1972, mantiene desde hace años relaciones muy estrechas. El concierto 'Urko herrikoi musika bandaz', en el que interpretará una veintena de sus temas más conocidos acompañado por la Banda de Música de Tolosa, tendrá lugar en la plaza Euskal Herria a partir de las 20:30 horas.
La idea de adaptar parte de su extenso repertorio a este formato surgió, como recuerda uno de los cantantes y compositores vascos más longevos sobre el escenario, «de mi admiración por las bandas de música. En un pueblo con banda la afición por la música está garantizada, y quería contribuir a demostrar que una banda tiene mucho que ofrecer fuera de esos kioskos en los que casi no tienen ni espacio para tocar»
El proyecto, que ya se ha materializado «en media docena de conciertos», arrancó con la Banda Municipal de Música de Bilbao, una de las escasas formaciones de nuestro entorno que, junto con las de Vitoria, Pamplona y Barakaldo, es profesional. Su subdirector, Iñaki Urkizu, realizó las adaptaciones y los arreglos necesarios para que los temas se adapten a la formación. Las partituras resultantes no solo sirven para la actuación, «sino que las bandas se las quedan en propiedad, para que si quieren puedan incorporarlas a su repertorio».
Más de un Urko
El nuevo modo de presentar sus temas de siempre también está relacionado con la decisión de Urko de «ir despidiéndome poco a poco», como afirmó con motivo del concierto que ofreció en septiembre del año pasado en San Sebastián junto con la Banda Municipal de Música de Bilbao, que dio lugar a un disco que utiliza sobre todo «para regalar, porque intentar vender discos hoy no tiene demasiado sentido».
«Después de casi treinta años viviendo de noche, jugándonos la vida en la carretera, cuando cumplí 55 años decidí empezar a bajar el ritmo en lo que respecta a las actuaciones con la banda», recuerda. Tras despedirse también de la vida laboral, hace cuatro o cinco años redujo otra marcha, y sus contactos con esos escenarios de los que, a pesar de las intenciones, no parece dispuesto a despedirse en breve, se centran en el proyecto que quiere compartir con las bandas de Euskal Herria y con 'Euskal Kantariak Jira Biran', «los bolos que hago con Gorka Knorr y Gontzal Mendibil. Nos juntamos, tuvimos un éxito enorme, y este verano volveremos a tocar».
Liberado de la presión que suponía correr de un lado para otro, y en condiciones de «hacerme un pequeño regalo a mí mismo», asegura que «ahora es cuando más estoy disfrutando con la música, y quiero que la gente también se divierta». Con ese objetivo, ha estructurado el espectáculo, que en lo que respecta al ritmo y a los caminos por los que lleva a los oyentes es más que una mera sucesión de canciones, en base a sus temas más conocidos. Esos que se saben de memoria varias generaciones de vascos. Y si algunos de los asistentes no las recuerdan, normalmente encuentran en su asiento un desplegable con todas las letras, traducciones al castellano incluidas.
La clasificación de las más cantadas, más coreadas y más aplaudidas la encabeza, como no podía ser de otra manera, 'Guk euskaraz, zuk zergatik ez', la canción que compuso «con una letra que me dio en un papel Gabriel Aresti». La balada 'Maite, maite, maitia' también despierta pasiones, o las hace recordar. Por lo general, eso que ahora llaman 'set list' no varía mucho de un lugar a otro, pero siempre hay algún guiño dirigido al público local.
A él le motivan todas las canciones, tanto las propias como las adaptadas del cancionero popular, pero no oculta que disfruta especialmente con las que interpreta con la sola compañía de su pianista de toda la vida, Javier Pérez de Azpeitia. O con sus propios temas, de los que incluye pocos -'Kaioen amordioa', es uno de ellos- en los conciertos con banda «porque son para divertirse, para generar un ambiente festivo, y muchas de mis canciones no pegan».
El Urko que está deseando tocar en Tolosa, en una de cuyas papeleras trabajo durante siete años antes de dedicarse plenamente a la música, no obstante, tiene otras inclinaciones musicales. Tamboén existe «el otro Urko». «Tengo muchas ganas de sentarme con una cerveza, un bajo y un piano y cantar», afirma. Boleros, por ejemplo. O sus «canciones tórridas». «Me apetece mucho, y lo voy a hacer», adelanta.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión