«Es tan contraproducente la pretensión de agradar al público como la de incomodarlo»
Tras el estreno absoluto de 'Ametsak 3', la música del creador bilbaíno volverá a sonar en el Ciclo de Contemporánea con 'Swirls', el miércoles 24
El creador bilbaíno es este año uno de los grandes protagonistas de la Quincena. Su música se ha podido escuchar en la jornada inaugural y está presente en tres de los cuatro conciertos del Ciclo de Música Contemporánea. Gracias a ello el público puede acercarse a la música de cámara del último Premio Nacional de Música en la categoría de Composición.
– ¿Qué destacaría de 'Ametsak 3' y de las piezas precedentes?
– 'Ametsak 3' pone el foco en un mayor protagonismo del violín y el violonchelo, algo que en cierto modo complementa a los números anteriores. 'Ametsak 1', escrita en 2013 explora superposiciones de tiempos musicales distintos y tiene una sonoridad difuminada, en la que el piano ofrece una especie de colchón sonoro. 'Ametsak 2', de 2019, en cambio es más visceral, como si fuera un sueño agitado en el que los extremos de registro del piccolo y el clarinete bajo tensan y distorsionan la realidad. En cambio, 'Ametsak 3' es por momentos más vertiginosa, pero de pronto hace que el tiempo se detenga mediante repeticiones obsesivas, algo que es un elemento común a las tres obras y que en cierto modo las unifica.
– Sigma Project cerrará el ciclo el día 24 con su obra 'Swirls'. ¿Cómo es?
– 'Swirls' es un cuarteto de saxofones que se estrenó en 2018, y tengo muchísima curiosidad por escuchar la versión de Sigma Project, que es una de las agrupaciones más renombradas a nivel europeo. Como su título indica de manera gráfica, la obra es un remolino de elementos giratorios que adquieren diferentes velocidades en la emisión del aire, pero es también un torbellino emocional, con secciones muy contrastantes.
– El público tiene este año la oportunidad de acercarse en varias ocasiones a su música. ¿Hasta qué punto es importante el público para un compositor?
– La idea de lo que puede esperar el público al escuchar una obra nueva es muy difícil de predecir y es mejor que no nos obsesione. Lo importante es escribir la música en la que uno cree honestamente; por eso pienso que es tan contraproducente pretender agradar al público como buscar incomodarlo.
«Como creador es vital saber hasta qué punto has podido trasladar tus ideas al papel y ver cómo el intérprete las desentraña»
– Muchos intérpretes destacan que es un lujo poder trabajar las obras que interpretan con sus creadores. Como compositor, ¿qué le aporta poder hacerlo?
– La colaboración con el intérprete es algo fundamental para un compositor. Como creador es vital saber hasta que punto has podido trasladar tus ideas al papel, y la mejor forma de comprobarlo es viendo como los intérpretes son capaces de desentrañar los elementos de una obra. Aún así, siempre hay detalles que matizar o incluso sugerencias que incorporar por ambas partes.
– ¿Qué es lo que más valora en los intérpretes?
– Para mí, el intérprete ideal es aquel que no está especializado únicamente en música contemporánea, sino que es capaz de moverse con versatilidad en diferentes tipos de repertorio. La excelencia técnica es importante pero la musicalidad lo es aún más.
– Es Premio Nacional de Música 2021 en la categoría de Composición. ¿Cómo lo ha vivido?
– Me sentí muy honrado de recibirlo, tanto a nivel personal como profesional, y muy feliz por lo que significa para mi vida de compositor. Desde luego que es una satisfacción que te premien por la trayectoria artística realizada pero, sobre todo, lo viví como un gran impulso y una motivación enorme para seguir adelante creando música.
– Cuenta, además, con otros muchos galardones. ¿En qué medida influye en un compositor ser reconocido?
– No influye mucho la verdad o al menos no debería hacerlo. La composición es una carrera de fondo, y creo que uno debe seguir su camino creativo y su propia evolución estética independientemente del reconocimiento que reciba.
«El intérprete ideal es aquel que no está especializado únicamente en contemporánea, sino que es más versátil»
– A la hora de componer, ¿qué es lo que más le inspira?
– Mi música es el reflejo de distintos intereses y motivaciones que por lo general se vinculan a la naturaleza y a la necesidad de preservarla. Aunque también me he inspirado en varias ocasiones en la música tradicional y folclórica de diversa procedencia, que utilizo como pretexto para la experimentación. Otra inquietud recurrente es la exploración de la mente y su comportamiento, que suelo aplicar a aspectos formales de mis obras, con la intención de alterar la percepción del tiempo musical, que es algo que me fascina.
– Usted se formó en el País Vasco y en Londres. ¿Le ha marcado en algo a la hora de componer?
– Primero me formé en el País Vasco: en Bilbao con Juan Cordero y en Vitoria con Carmelo Bernaola. Después me fui a Londres a ampliar horizontes con Michael Finnissy y allí mi música se transformó incorporando un interés creciente por los procesos. Quiero creer que evoluciona hacia una mayor profundidad y adquiere un contenido más elaborado y rico en referencias veladas de todo tipo, estableciendo paralelismos con otras artes. En realidad, creo que todo lo que es aplicable a la vida lo es también a la música, y es la actitud de ir en busca de nuevas experiencias la que la va enriqueciendo.
– Cuando escribe una obra por encargo, ¿lo hace de igual manera que cuando crea de forma libre?
– Procuro que el encargo no me condicione más allá de las limitaciones que plantea en cuanto a instrumentación y duración. En realidad, cada encargo lo vivo como un reto con el que aprender cosas nuevas. Por ejemplo, cuando recibí el encargo para el 10º aniversario del Museo Guggenheim de Bilbao, tuve que idear en mi obra 'Hamar' un planteamiento que permitiera a los músicos coordinarse a grandes distancias, ya que en ocasiones no se veían o incluso no se escuchaban entre sí. O con el encargo para Kalakan y la Orquesta Nacional de España. Para 'Zuhaitz' diseñé una partitura que permitiera convivir a músicos provenientes de la tradición oral mediante indicaciones gráficas, con los músicos de la orquesta para los que la música estaba escrita hasta el último detalle.
– ¿Qué momento diría que vive la composición en España y en Europa?
– La composición hoy en día vive un momento de diversificación y riqueza enormes. Ya no existen los dogmas que se dieron en algunos momentos del siglo XX. Actualmente uno se puede encontrar obras de nueva creación de estéticas muy variadas al asistir a un concierto, que pueden ir desde músicas que referencian lo ya conocido, pero yendo en busca de nuevos contextos sonoros, a otras que exploran las técnicas extendidas más avanzadas de los instrumentos. Se podría decir que hay una apertura que nos viene dada por el mundo interconectado en el que vivimos, que nos enriquece y nos aliena a partes iguales; y por ello sigue siendo tan necesario el arte, que tanto nos humaniza.