
Secciones
Servicios
Destacamos
Probablemente por aquel entonces hubo discos más redondos –pienso en el 'Salve' de La Polla Records–, más amargos –el del debut de Barricada ... , por poner un ejemplo–, más desesperados en sintonía con la época –cualquiera de los de Eskorbuto o Cicatriz–, alguno más combativo –el primero de Hertzainak–, más festivos e incluso con títulos algo más trabajados –en este capítulo es imbatible el algo posterior 'Hau dena aldatu nahi nuke', de la banda alavesa.
En cambio, 'Kortatu' fue la lacónica carta de presentación del grupo homónimo de Irun en su debut en formato LP. Y ningún otro disco capturó con tanta precisión la esencia del espíritu de la época. Treinta y cinco años después de su publicación, pasma el feliz malestar, o por ser más preciso, la mezcla de inconsciente euforia y festivo malestar que destilan sus surcos. Así fueron aquí los ochenta, lo cual dificulta su evocación sin apoyarse en documentos como éste.
Sería un ejercicio de reduccionismo quedarse con los temas más explícitamente políticos –es innegable que buena parte del disco es hijo putativo de aquellos Ministerios del Interior– y obviar el torturado ensimismamiento de canciones como 'Tatuado', la rabia de bandera pirata de 'Zu atrapatu arte', la falsa ligereza de 'Don Vito y la revuelta en el frenopático' o el jolgorio de 'Sarri Sarri', en donde la burla y chanza sustituye lo que hubiera sido el fácil recurso a la épica. Por cierto, quién no ha llegado a odiar esta canción por pura saturación, tal llegó a ser su omnipresencia.
Del 'Breakfast in America' de Supertramp se dijo que era un álbum que estaba en uno de cada tres domicilios españoles. Del 'Kortatu' se podría decir lo mismo respecto a los hogares vascos y elevar la cifra hasta la mitad, en el caso de los bares. En efecto: 'Kortatu' atrapa como pocas creaciones de la época el aroma de la txozna y el perfume del gaztetxe, dos poblados de aquel tiempo vivido en ese espacio que se abre entre lo festivo y la comisaría.
A día de hoy, la asamblea de majaras recoge el acta de diputado y somete a votación si mañana hará sol y buen tiempo. A este tipo de locuras ahora se las denomina «gestión de la pandemia», por poner un ejemplo actual que demuestra la imperecedera vigencia del absurdo. Por estas cosas, treinta y cinco años después, el disco sigue vivo, aunque ya no lo estén ni todos sus autores, ni todos sus oyentes. Brindemos por los unos y por los otros.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Todos los conciertos y festivales de este verano en Cantabria
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.