Los guiños de Bruce en el primer 'round' en Anoeta: el euskera, la ikurriña, las púas y la botella de whisky

La máquina Bruce Springsteen sigue en plena forma y en la noche del sábado, en su primer 'round' en Anoeta, volvió a hacer gala de su cercanía y los continuos guiños a sus fans y al público en general tan característicos en sus conciertos. Las tres horas de recital en Donostia dejaron un buen puñado de anécdotas que, seguramente, sus fans no pararán de comentar este domingo y que también corren por las redes sociales.

Como era de previsible, ya que viene haciéndolo durante toda la gira desde el primer concierto en Mánchester, Springsteen 'dedicó' unas palabras a Donald Trump nada más iniciar el recital, como arranque de una noche para recordar en Donostia. «Los Estados Unidos que amo, sobre los que os he cantado y que han sido un referente de esperanza y libertad durante 250 años están actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora. Esta noche pedimos a todos los que creéis en la democracia y en lo mejor de nuestro experimento norteamericano que os rebeléis con nosotros, alcéis la voz y os unáis a nosotros contra el autoritarismo. ¡Y que redoble la libertad!».

Ese mensaje se emitió subtitulado en castellano en las pantallas pero también se emitieron subtítulos en euskera, lo que fue muy bien valorado por buena parte de los presentes, en un guiño que entienden perfectamente del 'Boss' hacia Euskadi (al margen del 'Gabon Donostia'), pese a que miles de los que llenaron Anoeta venían de otras comunidades del Estado o de otros países. Algunas canciones y discursos fueron subtitulados en euskera en las pantallas gigantes.

Tampoco pasaron por alto algunos de los presentes otro de los detalles del escenario. No todos podían verlo, pero en la parte superior izquierda del mismo había colocada una ikurriña que presidió el mismo durante todo el concierto.

Pero al margen de discursos y simbología, Bruce Springsteen se dirigió directamente al público con gestos, guiños y cercanía. Bajó en repetidas ocasiones a las primeras filas. En una de ellas, para repartir púas entre los fans. Un pequeño tesoro que muchos guardarán como especial e inigualable recuerdo de la cita. Entre ellos una pequeña que encima de los hombros de su padre veía el concierto cuando el 'Boss' se acercó y le dio una de esas púas. La pequeña le respondió lanzándole un corazón dibujado con las manos.

Y otro de los gestos, este un poco más granuja, también se vivió cuando Springsteen se acercó a cantar uno de los temas con el público. Mientras entonaba 'Thunder Road', el artista de Nueva Jersey chocaba las manos con el público y como pudo captar Samuel Morán en las primeras filas, uno de los asistentes le pasó un objeto al 'Boss', que rápidamente lo miró y se lo guardó en el bolsillo de atrás.

El 'objeto' en cuestión no era otra cosa que una botellita de whisky, del tamaño de chupito que tan habituales son en las sociedades guipuzcoanas. Springsteen se guardó la botella que el bolsillo de atrás del pantalón y guiño el ojo a su complice en el público.

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