De la multicopista a la grapadora
El paso del taller a la oficina. El Museo de la Industria Armera muestra objetos y productos surgidos de la reconversión de la industria eibarresa
Máquinas de escribir, pisapapeles, escuadras, estuches de dibujo de alta precisión, grapadoras, afilalápices, multicopistas, archivadores... La producción de material de oficina ocupó –y ocupa–, durante ... el siglo pasado a un importante sector del tejido industrial en Eibar.
El final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sumió en una profunda crisis a la industria armera, que había vivido unos años de esplendor en los momentos de mayor demanda. El tejido productivo optó entonces por diversificarse y así surgieron de aquella singular reconversión industrial firmas dedicadas a la fabricación de bicicletas como Gárate, Anitua y Cía (G.A.C.), Beistegui Hermanos y Orbea Hermanos; las máquinas de coser, como Alfa, y otras que optaron por el material de oficina y escritorio, un espacio que estaba adquiriendo un creciente protagonismo en las fábricas.
El Museo de la Industria Armera traza un itinerario histórico sobre esa adaptación productiva a los nuevos tiempos en la exposición 'Del taller a la oficina: los productos eibarreses', un muestrario de objetos de oficina con label eibarrés que diseñaron y fabricaron firmas históricas como Manufacturas El Casco, Agra, Simes, Serveta, Laster, Imperial Española S.A., BOJ y Orozco&Echeverría.
Marina Barrena, técnica responsable del museo eibarrés, explica que, en los tiempos de modernización de las fábricas y talleres, donde aún perduraban procesos y técnicas de trabajo casi artesanales, «algunas empresas eibarresas se lanzaron hacia los nuevos objetos que las oficinas demandaban, mientras que otras supieron detectar en las oficinas y en sus nuevas necesidades una importante posibilidad de diversificar su producción».
Objetos de escritorio, máquinas de escribir, mesas de dibujo, armarios, archivadores... Y en aquella etapa de transición prosperaron firmas, algunas de las cuales siguen activas más de un siglo después.
La tortuga pisapapeles de BOJ
Esta firma creada en 1905 con el acrónimo de sus fundadores Manuel Barrenechea, Bernardo Olañeta y Vicente Juaristi –para la estampación de grabados en medallas, hebillas, insignias y llaveros–, se orientó en los años 20 del siglo pasado a nuevos productos, como máquinas de afeitar, cerraduras, los primeros abrelatas, sacacorchos y objetos de escritorio, el más conocido de ellos, la tortuga pisapapeles. En la década de los cincuenta amplió su gama con otros productos, como rompenueces, afilacuchillos y el sacacorcho automático, que patentó en el año 1955. Popularizado como 'sacacorchos búho', hoy está presente en las cocinas de medio mundo y también en museos como el de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio y La Cité du Vin de Burdeos.
La actividad de BOJ se centra en la actualidad en la elaboración de todo tipo de equipos para la cocina, utensilios relacionados con el vino y el menaje y pequeños electrodomésticos.
Datos
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Exposición 'Del taller a la oficina: los productos eibarreses' es una muestra del Museo de la Industria Armera que rinde homenaje a empresarios y trabajadores de firmas que crearon productos y herramientas de oficina y escritorio, en algunos casos convertidos en hitos de su tiempo, como la grapadora 'El Casco', la multicopista 'Triunfo' o la máquina de escribir 'Amaia'.
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Label eibarrés La exposición reúne objetos de firmas históricas y muy recordadas como son Manufacturas El Casco, Agra, Simes, Serveta, Laster, Imperial Española S.A., BOJ y Orozco & Echeverría.
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Lugar Museo de la Industria Armera, en Eibar, hasta el 1 de septiembre. Horario: de miércoles a viernes, de 16 a 20 horas.
Imesa, «joya mecanográfica»
Imperial Española SA comenzó a fabricar máquinas de escribir 'Patria' en 1945 bajo licencia de la marca suiza que la había creado en 1936. «La tecnología y experiencia española y suiza unidas han producido para usted esta joya del arte mecanográfico», rezaba su lema publicitario. Hacia 1962 el modelo comenzó a denominarse 'Amaya' y en 1965 la empresa adquirió nueva identidad como Industrial Mecanográfica SA (Imesa).
Los responsables del museo armero precisan que «Imesa patentó un diseño que podía escribir en superficies planas, similar a Gritzner, pero no disponemos de información que haga referencia a su producción». Fabricaron máquinas con diferentes variantes en sus colores y carcasas, así como con pequeñas variaciones en cuanto al mecanismo de funcionamiento. También llegaron a montar algunas máquinas electrónicas de IBM.
Para el dibujo técnico: Laster
La empresa Laster surge en la década de los años 50 del siglo pasado para el diseño y la fabricación de materiales de oficina: escuadras, cartabones, estuches de dibujo, compases, tiralíneas... Su crecimiento empresarial le permitió diversificar su catálogo en los años 70 con la creación de masa para dibujo técnico y tecnígrafos. Durante la década siguiente, con más de un centenar de trabajadores en plantilla, amplió su radio de producción al material informático y al mobiliario de oficina.
En 2011 fue adquirida por la empresa de muebles Azcue (Azpeitia). En la exposición se pueden ver varias cajas de compases de diferentes épocas.
Grapadoras de acero 'El Casco'
Si hay un material de oficina representativo de este sector en Eibar ese es la grapadora 'El Casco', un caso de éxito que perdura con toda su vigencia casi un siglo después de su invención.
Olave, Solozabal y Cía fue fundada tras la Primera Guerra Mundial, en 1920, para la fabricación de revólveres tipo 'Smith & Wesson', pero una vez finalizada la Guerra Civil, reorientó su actividad hacia el diseño y producción de accesorios de escritorio, ya con la marca El Casco: grapadoras, taladradoras, afilalápices...
Las primera grapadoras se habían puesto a la venta en 1935. Diseñadas en acero, en su proceso de fabricación se incluyó el escariado, fresado, rectificación, torneado, pulido a mano y finalmente un baño de cobre, níquel y cromo. Hoy, pese a que el papel va desapareciendo de las mesas de oficina, sigue siendo un icono y su mercado se orienta hacia el de lujo.
La exposición en el Museo Armero también muestra el afilalápiz ideado por Ignacio Urresti en 1945. El primer modelo pesaba casi un kilo y medio y su diseño era un híbrido entre un molinillo de café y una cámara fotográfica de visor vertical. La manivela hace girar las cuchillas, con un sistema para regular la cantidad de punta deseada.
El 'Triunfo' de la multicopista
Otra firma eibarresa con un notable éxito comercial fue Orozco & Echeverria con sus multicopistas y archivadores, vendidas bajo la marca 'Triunfo Dex'. Una de ellas, del año 1930, se expone en la muestra.
La multicopista o ciclostil, que se popularizó tras la Gran Guerra (1914-1918), sobre todo como máquinas editoras de propaganda (folletos, octavillas...) y para el ya por entonces pujante sector de la publicidad, que requería herramientas que fueran más baratas que la imprenta y más rápidas que las copias mecanografiadas.
Según la publicidad del distribuidor de 'Triunfo', esta multicopista podía sacar 30 copias por minuto y su límite se acercaba a las 5.000 copias de cada cliché.
La empresa se trasladó a Mallabia y en el año 2000 a Vitoria-Gasteiz. En la exposición 'Del taller a la oficina' se muestra una multicopista manual y un fichero metálico 'Triunfo Dex' fabricado en 1935.
Muebles con aroma de asfalto
Lambretta Locomociones, fundada por Florencio Irigoyen Berrondo en 1953 fabricó principalmente, motocicletas bajo licencia de la casa italiana Lambretta, pero amplió sus actividades a mediados de los años sesenta cuando acordó con Honda la fabricación e importación de ciclomotores. Sin embargo, la empresa no sólo se dedicó al sector del motor, sino que también lo hizo como fabricante de mobiliario de oficina, en concreto muebles metálicos.
Simes, material de escritorio
Simes es el acrónimo de Suministros de Imprenta y Material de Escritorio, empresa en la que se embarcó en 1946 el industrial Mateo Careaga para la fabricación de numeradores de oficina, en un principio y después grapadoras y grapas. Eran años muy difíciles, de posguerra inclemente, pero tras varias alianzas financieras se hizo realidad la sociedad Simes-Careaga, Treviño y Cía en 1951. En 1966, por falta de suelo industrial para proyectar su ampliación de instalaciones, se trasladó a Egüés (Navarra), donde hoy mantiene su actividad como una firma de referencia en fijación industrial profesional especializada en grapado, clavado, anillado y encolado.
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