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'Retrato del conde de Campo Alegre', pintado hacia 1892 por Zuloaga.

El marqués de Zuloaga fue conde

La investigación para la muestra del pintor en el Bellas Artes descubre la verdadera identidad de uno de los retratados en un cuadro evacuado a Francia en la Guerra Civil

Iñaki Esteban

SAN SEBASTIÁN.

Lunes, 23 de septiembre 2019, 06:44

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Miembro del equipo asesor del Bellas Artes, Manuel Llano Gorostiza llamó la atención en una reunión de 1979, restaurada la democracia, de las obras que aún tenían procedentes de la Junta de Incautaciones Políticas que se puso en marcha al terminar la Guerra Civil. Entre ellas se encontraba un retrato del hijo de la marquesa de Isasi, de Eibar, pintado por Ignacio Zuloaga.

El director del museo en aquellos años, Javier Bengoechea, propuso que se expusiera por si algún heredero quería reclamarlo. Pero nadie lo hizo y el siguiente director del museo, Jorge Barandiarán, lo registró en marzo de 1995 mediante prescripción adquisitiva, es decir, porque había pasado -de largo- el tiempo establecido para la reclamación.

  • Hasta el 20 de octubre Compuesta por 95 obras, ' Zuloaga 1870-1945' es la primera gran exposición antológica sobre el artista eibarrés. Arranca con un nutrido, y apenas conocido, grupo de obras de juventud que Zuloaga pintó en París en la década de 1890.

Desde entonces figura en la colección del Bellas Artes esta pintura extraña para Zuloaga, de 1892, demasiado luminosa para su estilo e influida por la obra del postimpresionista Emile Bernard, amigo del pintor y su valedor durante su estancia en París. Un obra también peculiar porque se acaba de descubrir quién es el retratado, el conde Campo Alegre y no el marqués de Villamaciel, como se suponía hasta ahora.

El descubrimiento se produjo cuando el catálogo de la exposición 'Zuloaga 1870-1945', que se celebra en el museo hasta el 20 de octubre, estaba a punto de entrar en imprenta. Los comisarios de la muestra, Javier Novo y Mikel Lertxundi, descubrieron un artículo de diciembre de 1937, firmado por Juan de Irigoyen, en el que se hablaba de qué había ocurrido con ese obra durante la Guerra Civil.

«Diez mil duros»

El texto estaba referenciado en la biografía de Lafuente Ferrari sobre Zuloaga pero nada se sabía de su contenido. Novo lo halló en el archivo Jon Bilbao de la Universidad de Nevada en Reno. El contenido no tiene desperdicio. Se refiere a los cuatro cuadros que pintó Zuloaga para el Santuario de Arrate para que la Virgen sanara a su hija de unas fiebres tifoideas, que efectivamente sanó.

Ante la ofensiva de las tropas franquistas, las obras y la imagen de la Virgen se depositaron en el hospital de guerra de la localidad armera. Posteriormente el Gobierno Vasco las evacuó a Bilbao y de ahí a La Rochelle y al Banco de Francia en Limoges. A esas cuatro obras se sumaba un retrato titulado 'Marqués de Isasi', entregado por un grupo antiáereo.

Con un retórica que descubre al segundo de lectura su alineamiento con los sublevados, Irigoyen aporta datos que apuntan a que el personaje retratado no era el citado marqués, sino el de Campo Alegre. Según el periodista, «unos desarrapados de la FAI eibarresa» se habían quedado con ese retrato, lo habían sacado del bastidor y trataron de venderlo. Les había llegado una oferta desde Bilbao de «diez mil duros». Pero al parecer no terminaron la operación porque la obra fue a Francia en uno de los envíos del Gobierno de Euzkadi. De ese modo aparece una foto recogida en el libro de Francisco Javier Muñoz Fernández 'El museo ausente', junto a lienzos de Jenaro Urrutia, Arredondo y otro sin identificar y cuyo estilo tiene un gran parecido con el de Adolfo Guiard.

«Se nota que Irigaray estaba en el terreno y hay que concederle credibilidad. Además su relato coincide con el de otros y añade detalles», argumenta Novo. Según sus investigaciones, el señor que aparece en el cuadro no es el marqués de Campo Alegre porque no existe ese marquesado, pero sí el condado, cuyo titular en la época de Zuloaga era José Francisco Chacón, hijo de la Marquesa de Isasi. Se creía por error que el retratado era el yerno de esta, el conde de Villamaciel. De hecho, Novo trabajó con el exdirector del museo, Javier Viar, para establecer la identidad del personaje de cara a la exposición 'De Goya a Gauguin' de 2008 y llegaron a esa conclusión.

Todo queda en familia, en la de los Isasi de Eibar, pero el cuadro que nadie reclamó después de la guerra ha viajado mucho más de lo que seguramente pensó Zuloaga. Y también ha tenido una vida agitada, tanto que no se ha encontrado a sí misma hasta que Novo y Lertxundi leyeron el artículo de Irigoyen y empezaron a tirar del hilo.

Los dos dibujos quemados en el Palacio de Liria

Una de las consecuencias de la Guerra Civil fue las pérdidas y daños del patrimonio. En lo que respecta a Zuloaga, «se sabe que dos dibujos de la colección Alba que representaban a Sancho Panza y a otro personaje del 'Retablo del maese Pedro' perecieron pasto de las llamas en el bombardeo del Palacio de Liria», escribe Javier Novo en el catálogo de la exposición sobre Zuloaga que se desarrolla en el Bellas Artes. El retrato que el artista hizo a Salvador de Madariaga fue sustraído del domicilio de este, que nunca lo recuperó. La gran colección del político catalán Francesc Cambó fue confiscada, luego enviada a Suiza y por fin recuperada en parte primero por el Museo de la Generalitat y luego, desde 1940, por el Museo del Prado. Contenía dos retratos de Zuloaga a Cambó. «Están maltratados, muy maltratados. Se han hecho cortes horizontales y verticales en los cuadrod, y en la tela que quedaba se prodigaron en puñaladas que estaban dirigidas hacia mí», escribió el fundador de la Liga Regionalista.

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