La cineasta y artista Maddi Barber se incorpora al Museo Bikoitza de San Telmo

Barber y Hinrich han comparecido junto a la directora del museo, Susana Soto y el concejal de Cultura, Jon Insausti, para comunicar la elección.

Hinrich ha recordado que Barber en una de sus primeras obras «se adentra en las profundidades de un depósito de un museo británico. Sin embargo, lo que la predispone a explorar la colección del Museo San Telmo no es esto, sino la forma en que utiliza su cámara, el montaje y el sonido para mostrar una sensibilidad particular hacia las relaciones fundamentales. Especialmente aquellas que han sido descuidadas durante demasiado tiempo: empezando por la relación con el medio ambiente, el paisaje, la tierra hasta las profundidades de lo subcutáneo. Estoy convencido de que, con su especial atención al contexto, descubrirá tesoros ocultos y puntos ciegos en el Museo San Telmo. Esperamos con ansia su proyecto en 2024».

Los trabajos cinematográficos más recientes de Barber ('Paraiso, Gorria', 'Urpean Lurra', '592 metroz goiti') están fuertemente ligados al territorio prepirenaico donde nació. Desde la etnografía experimental, sus películas manifiestan interés en la relación entre memoria, territorio, infraestructura, ecología y ética de cuidado entre humanos y naturaleza. Forma parte del colectivo de artistas Pulpa, que ha puesto en marcha el espacio autogestionado de creación contemporánea y pensamiento crítico La zurda en Iruñea. En este momento participa en la residencia Ikusmira Berriak de Tabakalera, donde se encuentra desarrollando el largometraje 'Claros de Bosque'.

El Museo San Telmo inició el programa Museo Bikoitza en 2018 a partir de una idea de Asier Mendizabal. Es un programa de intervenciones periódicas en el museo que realiza anualmente un artista invitado, quien trabaja en conexión con el museo en la producción de un proyecto inédito. El resultado de ese trabajo forma parte del programa expositivo durante un tiempo para finalmente añadirse a la colección de arte del museo.

La metodología del proyecto plantea que cada artista contará con seis meses para la investigación y presentación del proyecto, y otro tanto para ejecutarlo. Al finalizarlo, la obra resultante se instala en el museo. El propio Asier Mendizabal fue el que invitó al primer artista, Ibon Aranberri. Erlea Maneros Zabala fue la artista que continuó con el proyecto, seguida de Jose Mari Zabala. Posteriormente participaron Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum y tras ellos, Hinrich Sachs.