Eider Rodríguez: «No soporto el victimismo»
- Me comentó hace unos años que la familia funciona como un Estado. Siendo así, ¿qué tipo de familia-Estado describe la novela?
- No me parece que sea una familia especial. Todas tienen sus 'constituciones' escritas y no escritas, en las que unas cosas se pueden hacer y otras, no. En esta familia, está mal vista la demostración de afectos y también trapichear con el dolor.
- ¿En qué consiste eso?
- Trapichear con el dolor sería el victimismo. Utilizar tu posible condición de víctima para quedarte varada y paralizada. Eso no existe en esa familia. Eso lo he aprendido muy bien y yo odio el victimismo, la literatura victimista y los discursos victimistas. No los soporto. Cada una venimos de una 'constitución' y nos moldea así.
- Un año después de que se publicara en euskera, ¿se arrepiente de haberla escrito?
- No.
- ¿Y de haber llegado tan lejos?
- No, no. Para nada. Escribirla fue muy placentero... A ver, que lloré, pero quiero decir que vino sola. Fue al terminarla cuando me entraron dudas: ¿esto se puede publicar? ¿Qué he hecho? El mayor momento de pánico fue el que transcurrió entre terminarla y dársela a leer a mi círculo más cercano y a la editorial. Era un material muy delicado para mí, pero lo peor de todo es que también lo era para mucha gente implicada en esta historia. Luego me ha dado mucha satisfacción que tanta gente haya venido a decirme que ha visto en el libro frases que nunca se había atrevido a decir.
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