El libro sale al encuentro de los lectores
La Plaza de Gipuzkoa acoge hoy los stands que celebran el día de las letras. Cinco autores recuerdan en DV cómo editaron su primera obra
Mitxel Ezquiaga y Nerea Azurmendi
Martes, 23 de abril 2019, 06:55
Hoy se celebra el Día del Libro y, como cada año, las letras salen a la calle al encuentro con los lectores. En ... Donostia la Plaza de Gipuzkoa volverá a ser el epicentro de la celebración, con los stands de 16 librerías que abrirán bajo los arcos desde las 9.30 de la mañana hasa las 21.00. Otras localidades como Irun, Eibar o Tolosa acogen también diferentes actividades.
Los actos de San Sebastián están organizados por el Gremio de Libreros en colaboración con Donostia Kultura, e incluyen descuentos de un 10% en la compra de libros, así como otros alicientes. Por ejemplo, se incorpora un 'Pintxo-libro' en colaboración con los bares vecinos del Bideluze y el Mesón Martín: por cada 10 euros de compra en libros se conseguirá un vale de un euro de descuento en cualquier pintxo. Además, en los stands de las librerías se regalarán vales de 30 minutos gratis para el parking de Okendo.
El Servicio Bibliotecario de Donostia Kultura instalará un punto de información en la Feria en el que a lo largo del día se organizarán tambén diferentes actividades. A todas las personas que se acerquen al stand se les obsequiará con el marcapáginas realizado para la ocasión por la ilustradora Yolanda Mosquera, premio Euskadi de Ilustración 2018.
El público infantil tendrá un protagonismo especial. A las 12.00 del mediodía Maite Arrese ofrecerá el espectáculo 'Yogipuinak', que aúna el yoga con los cuentos. Por la tarde, a las 17.30, se representará el espectáculo 'Pupu ipuinen munduan', y durante el mismo se hará el reparto de premios a los diez lectores infantiles que más préstamos tuvieron en el año 2018 y se les entregará un bono de 30 euros para la compra de libros en las tiendas de Donostia.
En cuanto al público adulto, por la mañana, entre las 10.30-11.30 se hará la lectura en euskera del libro 'Gailur ekaitztsuak' (Cumbres borrascosas) de Emily Brontë, organizado por EIZIE (Asociación de Traductores, Correctores e Intérpretes de Lengua Vasca). Este libro obtuvo el Premio Euskadi de traducción de 2018 y en la lectura participará Irene Aldasoro, la traductora del libro.
A continuación, a las 12.00 del mediodía, Amaia García y Slawka Grabowska harán un paseo teatralizado por las calles de la ciudad con el título Donostia años 20, en el que participará la actriz Maria Alonso del Val. Seguidamente, entre las 13.00 y 14.00 horas, en el punto de información de Donostia Kultura, un grupo de escritoras y escritores leerá fragmentos de la novela 'Egunero hasten delako', de Ramon Saizarbitoria, en el 50 aniversario de su publicación. De 16.00 a 16.30 el grupo de lectura Donostia Book conmemorará a la escritora Doris Lessing en el centenario de su nacimiento con una lectura de textos en inglés de su libro de cuentos 'On Cats'.
A las 16.30 será el turno de la Lectura Fácil, con una lectura de textos del libro Peter Pan recientemente publicado. Para el cierre de la Feria se ha programado el recital en euskera 'Poesia-kaixa', de Amaia Lainon, a las 19.00 horas.
Durante toda la semana habrá también actividades relacionadas con la lectura y los libros en los centros culturales de Donostia Kultura.
Como aperitivo a esa programación DV pide cinco escritores cercanos que recuerden cómo vivieron la experiencia de publicar su primer libro. Perseverancia y suerte son los términos que más repiten los escritores consultados al explicar el proceso que desembocó en ver su obra en papel impreso. El libro sigue teniendo una carga fetichista tanto para quien escribe como para quien lee, tal como se ve en estas conversaciones y se comprobará hoy en la Plaza de Gipuzkoa.
Toti Martínez de Lezea: «Me la rechazaron varias editoriales y ya lleva más de cuarenta ediciones»
Toti Martínez de Lezea (Vitoria, 1949), una de las escritoras vascas más apreciadas y seguidas por el público, ya tenía una sólida carrera en el teatro, la televisión y la traducción cuando, por una apuesta con un amigo, se comprometió a escribir una novela. «Le llamé a los cuatro meses para que pagara la apuesta. Aquella novela la guardé, pero me puse a escribir otra, porque me pareció muy divertido». Esa segunda novela fue 'La calle de la judería', que consta en las bibliografías como el debut literario de Martínez de Lezea, en 1998. Las editoriales, sin embargo, no captaron a la primera el potencial de la obra de una escritora que, en poco más de dos décadas, ha escrito más de veinte novelas para adultos y otras tantas -bastantes más, en realidad- para el público infantil y juvenil.
«Como me pareció que había quedado bien, la envié a varias editoriales, y todas me la devolvieron», recuerda. Y puntualiza: «A editoriales pequeñas de aquí, de casa, no a grandes compañías».
Hasta que «de pronto, apareció Ttarttalo, de Elkar, que había iniciado una colección de novela histórica y no tenía autores. La publicaron hace veinte años, y hasta hoy». Hasta hoy, la historia de una familia judeocristiana en la Vitoria del siglo XV lleva más de cuarenta ediciones. También aquella primera novela que guardó en un cajón acabó por ver la luz. Era 'La abadesa', que en 2002 editó en castellano Maeva y en euskera Erein. Acumula unas cincuenta ediciones.
La prolífica escritora alavesa va «por la quinta parte» de su próxima novela, que no sabe muy bien cómo terminará, «porque nunca he planificado mi carrera, y tampoco planifico las novelas, que van evolucionando un poco por su cuenta», recomienda tenacidad y trabajo a los autores noveles.
Los modos de acceder a los lectores han cambiado bastante en veinte años, pero hay recomendaciones que no caducan: «Que no se rindan. Y que lean mucho, porque hay gente que se pone a escribir sin haber leído, y se les nota mucho. Necesitas imaginación y una buena historia, claro, pero tienes que dedicarle muchas horas a dominar la lengua hasta encontrar tu propio estilo, y eso se consigue a base de leer hasta encontrar la forma de contar como a ti te gustaría que te contaran las cosas».
Álber Vázquez: «Publicar es cuestión de perseverancia...y de suerte»
El escritor Alber Vázquez (Errenteria, 1969) no lo duda: «Publicar el primer libro es una cuestión de perseverencia... y suerte. Dolores Redondo siempre recuerda que su primera novela salió porque dio con la persona justa en el momento adecuado: si no, quizás se hubiese quedado sin descubrir».
Vázquez, autor de 'Mediohombre', una novela basada en Blas de Lezo que lleva diez ediciones y es un superventas de larga duración, recuerda cómo publicó su primer libro. «Escribí 'La conquista de Aquitania', una novela histórica. Sabía que Verbigracia, una pequeña editorial de Bilbao hoy desaparecida, buscaba originales y envié una copia. Les gustó y la editaron, y me publicaron también las dos siguientes».
Autor de larga trayectoria, Vázquez diría al novel que quiere publicar «que entienda que la literatura es un arte pero también un mercado: no sirve tener una obra que crees genial si no encuentras el editor adecuado. Hay que enviar muchas copias y ser humilde si te dicen que no». ¿Es mejor tener agente? «Yo lo tuve, lo perdí tras la crisis y hoy no lo echo de menos. Un agente ayuda, pero hay que tener cuidado: conozco agentes que solo intentan publicarte en los grandes sellos, pero a veces es mejor camino empezar con los pequeños».
Ander Izagirre: «Escribí mi viaje a Yibuti y me puse a mandar copias a los editores»
El periodista y escritor Ander Izagirre (San Sebastián, 1976) ha publicado numerosos libros, pero recuerda bien el primero. «Mi primer libro fue 'El testamento del chacal. Viaje por Yibuti', en la editorial Laertes, en 2003. En el año 2001 viajé a Yibuti, un pequeño país africano en la entrada del mar Rojo, el país más caluroso del mundo, y me fascinó».
«Aquel viaje fue la última etapa de la expedición que hicimos al punto más bajo de cada continente», recuerda Izagirre. «En Yibuti estaba el lago Assal, 156 metros por debajo del nivel del mar. Escribí la crónica de aquel viaje africano y me puse a buscar editorial a las bravas. Yo tenía 25 o 26 años. Enviaba una copia por correo a las editoriales. Recibí silencios, algún rechazo con sugerencias... Al final me respondieron de Laertes, una editorial de Barcelona que tenía una colección de literatura de viajes muy buena. Me hizo mucha ilusión publicar con ellos. Y les estoy muy agradecido: publicaron un libro de un autor joven desconocido sobre un diminuto país africano...».
Subraya Izagirre que «ese libro fue un primer paso muy importante para mí. Revistas me encargaron reportajes, editoriales se interesaron por mí... Fui encontrando el trabajo de periodismo viajero que me gustaba».
Beñat Sarasola: «Es importante elegir un sello en el que encaje lo que has escrito»
«Había ganado algunos concursos en el instituto, pero nadie sabía que escribía. Ni tan siquiera yo mismo me consideraba un escritor». Beñat Sarasola (San Sebastián, 1984), era un estudiante de poco más de veinte años cuando se planteó la posibilidad de publicar sus poemas. «Al principio fue un camino muy solitario. No sabía adónde mandarlos, ni cómo hacerlo». Llamó a la editorial Susa para informarse sobre esas cuestiones, «y tuve la suerte de encontrarme con un editor como Gorka Arrese. Quedamos, charlamos, y me dijo que le enviara lo que tenía». Lo hizo -la respuesta correcta era por email- y, aunque le dijeron que aquellos poemas no constituían un libro, «me ayudaron a hacer el camino». Los poemas se convirtieron en 2007 en 'Kaxa huts bat', al que siguió en 2009 el poemario 'Alea', editado también por Susa.
«De aquella experiencia -afirma Sarasola, que tras 10 años dedicado a otros quehaceres en el ámbito de la literatura en euskera acaba de publicar su primera novela, 'Deklaratzekorik ez'-, aprendí un par de cosas: la primera, que no hay que rendirse, que hay que dejar puertas abiertas, porque hay muchas obras interesantes que al principio pasan desapercibidas , y que es muy importante elegir una editorial en la que encaje bien lo que has escrito».
Arantza Portabales: «Los concursos ayudana dar visibilidad. Y 'autoeditar' es peligroso»
«Mi experiencia no cuenta porque todo ha ido siempre demasiado bien... Nunca me han dicho que no», bromea Arantza Portabales (San Sebastián, 1973). De familia gallega, vivió en Trintxerpe hasta los 13 años. «Regresamos entonces a Galicia pero mi hermano y su familia viven en Gipuzkoa y vine a Donostia a estudiar los tres primeros años de Derecho, así que mantengo intensamente mi relación con esta tierra». Trabaja en la Administración y a los 40 años, hace solo seis, empezó a escribir microrrelatos. Fue finalista por dos veces en el concurso convocado por el programa de Carles Francino en la Cadena Ser. «En una presentación en Santiago, donde vivo, conocí a un editor que me pidió que le enviara algunos de microrrelatos, le gustaron, y así salió mi primer libro, 'A Celeste la compré en un rastrillo'. Casi a la vez La Voz de Galicia convocó un concurso de novelas para publicar por entregas en el mes de agosto. Lo gané y, además de salir en el periódico, se convirtió en otro libro, 'Sobrevivindo', que se publicó solo quince días después del anterior».
Y la bola siguió. «Me llamó un agente y con mi libro 'Deje su mensaje después de la señal' me encontré en un despacho de Alfaguara hablando de cuándo publicarlo con su directora. Al final salió en Debate porque ella cambió a ese sello». Aquella novela será en otoño un montaje teatral de Tanttaka dirigido por Fernando Bernués y protagonizado, entre otras, por Barbara Goenaga. «Ahora publico 'Belleza roja', una novela negra, en castellano y gallego», añade.
¿Consejos para noveles? «Los concursos son una vía estupenda para lograr visibilidad. Encontrar un agente que crea en ti sirve para llegar a los grandes sellos. Y no me gusta la autoedición, porque carece de filtros: el editor te ayuda a ver tu libro con otros ojos, pero autoeditar es peligroso, publicas directamente lo que has escrito».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión