'Trigo limpio' de Juan Manuel Gil (Seix Barral)

Juan Manuel Gil (Almería, 1979) aborda en 'Trigo limpio' la tensión entre relato y realidad que anida en toda propuesta que indague en la memoria y en la construcción de la identidad. El humor desenfadado, que evoca al mejor Mendoza, un discurso metanarrativo que homenajea clásicos de cabecera y una compleja arquitectura interior sostienen las tres preguntas que atraviesan esta novela: concluirá el narrador sin nombre su novela, quién es Huáscar y qué es lo que busca Simón, el protagonista. El resultado es una historia poderosa con diferentes capas de interpretación y que tantea el género detectivesco, la reflexión sobre la importancia de cómo nos contamos las cosas y el valor refugio de la lectura.

Juan Manuel Gil obtuvo el premio Biblioteca Breve con esta novela que pulveriza las fronteras entre realidad y ficción. Escrita en primera persona, arranca con el reencuentro epistolar de un escritor con Simón, amigo de la infancia que desapareció de un día para otro y que le pide que escriba «la novela de lo que nos ocurrió», sobre todo desde la ampliación de la pista del aeropuerto que invadió su barrio de la periferia almeriense. Poco después, Simón le exige que desista de su propósito.

Sin embargo, el narrador no ceja en su empeño e irá descubriendo aspectos desapercibidos de aquellos días en los que formaban una pandilla de preadolescentes. «Recordar tiene más de creatividad que de acta notarial», insistirá el narrador, enfrascado en un duelo dialéctico vivaz con Simón y los personajes que le rodearon. Y lo que comienza siendo una remembranza socarrona de los años infantiles, vira de modo gradual hacia una quiebra del rompecabezas de identidades, y los hitos que jalonaron aquellos días adquirirán un sesgo negro que entonces pasó inadvertido. Porque, como Simón precisará, pronunciar las palabras en el orden adecuado es «una manera tan desesperada como otra de huir del dolor».