'Revancha' de Kiko Amat (Editorial Anagrama)
Violentos con el alma rota ·
La violencia anómica y la justiciera colisionan en esta novela a dos voces en la que Kiko Amat (Sant Boi de Llobregat, 1971) recrea las tropelías criminales de un grupo de hooligans neonazis en la Barcelona de los años ochenta y noventa, y los ajustes de cuentas de un exjugador de rubgy que apaliza por encargo a pederastas y conductores atropelladores en fuga. Todos pululan por el envés de la ciudad condal y su periferia, donde los hampones se reafirman por su grado de violencia en la cadena trófica del lumpen. Te saco un ojo, o la tráquea, te sierro un dedo y así gano puntos. Amat ha sondeado los fértiles caladeros de la memoria y la invención para facturar una novela que sabe a realidad cruda.
'Revancha', que incorpora expresiones de un ficticio argot que se entiende por el contexto, refleja de una forma extremadamente descarnada el derrotero de estos desarraigados sociales e intoxicados por un profundo resentimiento hacia el mundo –«en tu calle vosotros erais la familia que las otras familias de mierda 'se alegraban de no ser'»–. Crecieron con el alma rota, fueron víctimas antes que verdugos, aunque preservan rescoldos afectivos que volverán a germinar antes o después. Solo hace falta que
Amador, cuya historia conoceremos en segunda persona, es el lugarteniente de Alberto El Cid, un psicópata que dirige el grupo Lokos de ultras del Barça y está implicado en operaciones en las que no toca la mercancía. En tercera persona terminará de entrecruzarse la historia de César 'Jabalí' Beltrán, un sicario justiciero cuyo mundo afectivo está reducido a su hermana, gravemente enferma, y su sobrina. Y será esta última la que haga aflorar un resquicio para la redención compartida de unos seres en el fondo atormentados porque sus biografías habían sido cinceladas con los punzones del dolor, la pérdida y el desamor.