Kukai adelanta la vuelta del Bellas Artes con una sugestiva coreografía
El grupo de danza grabó su actuación por salas de la colección, en un vídeo que se puede ver en la web del centro
Los cuadros son como espejos. Sólo reflejan cuando alguien los mira. Solía decirlo un profesor de Miguel Zugaza, director del Bellas Artes de Bilbao. Y lo sacó ayer a colación porque desde el lunes, día de la reapertura, los cuadros volverán a ser espejos y también porque durante el confinamiento han tenido a unos espectadores de excepción, los miembros del grupo Kukai Dantza, dirigido por Jon Maya.
Sus componentes estudiaron el recorrido actual de colección, el 'alfabeto' propuesto por Kirmen Uribe de la sala 'a' de arte hasta la 'z' de zubi, por la que se distribuyen las obras, y montaron una coreografía que va evolucionando por todos los espacios. Se titula 'Txango bat' y desde ayer se puede ver en el canal YouTube del museo, alojado en su página web. «Hemos tratado de transmitir cómo se ve un museo cuando está vacío y qué se escucha. Es una invitación a realizar el camino de la colección por otro camino artístico, y lo hemos hecho pensando que iba a ser un proyecto audiovisual», explicó Maya.
La presentación del audiovisual, con música de Maite Larburu y Carlos Taroncher y realización de David Bernués, se celebró en la Sala BBK de la Gran Vía bilbaína.
Itinerancia por la costa
El reinicio de las actividades estará reforzado a partir del 15 de junio por una exposición itinerante, 'BBK Artearen Ibilbidea', compuesta por cuarenta reproducciones de alta calidad de otras tantas obras maestras de la colección.
La itinerancia dará comienzo en la Plaza Nueva de Bilbao y, durante todo este verano, llegará a pueblos de la costa de Bizkaia como Getxo, Portugalete, Santurtzi, Muskiz, Gorliz, Plentzia, Bakio, Bermeo, Mundaka, Elantxobe, Ispaster, Ondarroa y Lekeitio. La mayoría de las imágenes se vieron en 'La ruta del arte' que, para celebrar los 110 años del centro en 2018, se desarrolló en distintos municipios vizcaínos.
Los protocolos ya están afinados para que a partir del lunes no se produzcan aglomeraciones, ni para que las personas que salgan se crucen con las que entran. Será una imagen nueva, y algunos incluso la querrán ver como artística, la de los visitantes y guardas con mascarilla compartiendo espacio con las obras y esculturas.
Para incentivar la afluencia, la entrada costará la mitad, cinco euros, y los miembros de la Asociación de Amigos del Guggenheim tendrán un descuento adicional del 25% respecto a la rebaja con la que siempre cuentan. También se contará con un sistema para hacer aportaciones voluntarias mediante Bizum.