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Viaje a la nostalgia del verano sin fin
La banda capitaneada por Mike Love repasa las canciones más conocidas y soleadas del grupo para felicidad de los asistentes.
Es curioso que uno de los momentos más emocionantes de una actuación sea un vídeo. Sucedió el miércoles, en la visita de The Beach Boys ... a nuestra Donostia con motivo del Jazzaldia. No fue un vídeo cualquiera. El tema se llamó «Brian´s Back» y fue la dedicatoria audiovisual que Mike Love, único miembro original de la soleada banda californiana, le dedicó al recientemente fallecido genio de la música Brian Wilson. «El compositor más importante del mundo», apostilló Love al micrófono mientras los conmovidos espectadores le lanzaban una salva de aplausos al gran ausente muy presente. Fue como los conciertos de Los Secretos, pero a un nivel más universal.
Decimos que estuvo muy presente porque Brian Wilson fue el verdadero orfebre de esta formación. Suyos son, en mayor o menor medida, todos los éxitos de los chicos de la playa. A él se le aplaudía cuando uno se emocionaba con las armonías recreadas. Gracias a él han pasado a formar parte del templo de los más grandes en la cada vez menos agradecida labor de juntar melodías bellas. Brian dejó para la posteridad esas joyas angelicales que en la capital sonaron más directas por necesidad.
La cita guipuzcoana fue una fiesta a dedicada al surf, las chicas, los coches, la diversión hedonista y a ese sol que aún no había escuchado hablar del cambio climático. Las canciones breves, de apenas tres minutos, abundaron en una lista que pasó de la hora y media y alcanzó la médica cifra de 33 cortes. Algunas de ellas en alegre dinamismo cercano al popurrí, muy bien acompañadas por los videoclips y fotos de la historia de los Beach Boys que se proyectaron sobre la pantalla situada en el escenario.
Los músicos presentes en el Kursaal repasaron los acordes más felices de la formación californiana. Momentos bien salpicados de bastantes versiones ajenas (hasta seis contamos) y algún que otro minuto romántico. De esas melodías que conocen las tocaron todas. Desde 'Surfin USA' hasta – la ayer algo floja- 'Kokomo', pasando por el tremendo 'Good Vibrations', el soul de 'Darlin', la portentosa 'Wouldn't It Be Nice', 'Barbara Ann' con la compañía de 3 chavales del público, 'Don´t Worry Baby', la arenera 'Surfin Safari' … Hubo arrebatos rockeros ('409', 'I Get Around', 'Little Duece Coupe') y partituras para bailar pegados. Zona enamoradiza en la que destacaron una 'Surfer Girl' que encendió las linternas de los móviles, la romántica 'And I Kiss Her' y el aire 50´s de «In My Room'.
En la banda de diez ejecutantes, correcta en sus formas, brillaron varios elementos. Empezaremos por el batería Jon Bolton, quien emparentó el espíritu de Dennis Wilson con la energía de Keith Moon y John Belushi, defendiéndose de maravilla cuando le tocó cantar. Seguiremos con las voces para remarcar el fabuloso trabajo agudo del guitarrista Brian Eichenberger y la sorpresa del hijo de Mike Love, Christian, que despuntó en 'Good Vibrations' y la difícil 'God Only Knows'.
El padre y dueño de la marca queda fuera de todo análisis. Con los 80 ya bien gastados es casi un milagro que Mike Love ande girando por el mundo cantando estas tonadas de forma tan decente. No podemos olvidar la presencia del risueño actor John Stamos (Jesse Katsopolis en la teleserie «Padres forzosos»). El también guitarrista y batería buscó los focos y se esmeró en añadir dinamismo a la velada mientras se grababa con el móvil y ofrecía un 'Forever' tan bello como digno.
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