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El Jazzaldia acude a la llamada de Bulego
Bulego deslumbra en el Keler Gunea con un directo vibrante, emocional y comunitario que conquista a miles en la Zurriola
Pablo de León
Sábado, 26 de julio 2025, 22:54
La playa de la Zurriola, desbordada de asistentes, recibió con vítores a Bulego, la banda azkoitiarra que ha hecho de la luminosidad una seña de ... identidad. Hasta el tiempo respetó. La jornada pedía cierre vibrante tras una tarde de propuestas más contemplativas, y Bulego no defraudó: concierto sólido, estructurado, intensamente emocional y, sobre todo, humano.
Desde el primer acorde de 'Zurekin', quedó claro que la comunión con el público era total. Adolescentes en zapatillas Vans, padres con niños a hombros o visitantes internacionales sin nociones de euskera: todos conectaron con una propuesta que mezcla el pop melódico, la electrónica suave y un espíritu comunitario que se siente más que se explica. Las voces no tardaron en acompañar cada estribillo, y para el tercer tema -'Egin dezagun dantza'- la playa era ya una pista de baile improvisada.
Musicalmente, el grupo demostró solvencia. Rubén Lizarralde guió las guitarras con pulso melódico y sin alardes innecesarios. Los ritmos marcados por Xabi Arrieta a la batería pasaban del mid-tempo contemplativo al baile sin transición brusca, mientras que los sintetizadores de Elba Azpillaga aportaban el carácter onírico que ha hecho reconocible el sonido de la banda.
Lizarazu supo buscar la conexión con el público haciéndole partícipe con temas como 'Hegan', animándoles a acompañarle a cantar el verso, y con 'Suzko Erroberak', donde los asistentes se encargaron de marcar el tempo con las palmas. Cabe mencionar que tras este tema, el cantante se abrió al público al realizar una reflexión sobre la evolución del grupo y cómo con esta actuación había llegado a cumplir un sueño.
En el ecuador del concierto, la banda optó por un bloque acústico que demostró madurez escénica. 'Zure begi horiek', interpretada solo al piano por Tom Lizarazu, marcó un punto de inflexión: un momento de recogimiento que contrastó con el bullicio anterior. Sin recurrir a grandes artificios, lograron un silencio emocionante entre miles de personas. Fue ese tipo de pausa que no corta el ritmo, lo ancla a la emoción.
Tras ese paréntesis íntimo, el concierto retomó la energía con temas como 'Datorrena Datorrela', 'Biok' y 'Entera Daitezela'. La banda supo administrar los crescendos: cada canción servía de escalón hacia un desenlace apoteósico, que llegó, como era de esperar, con 'Ardi Beltzak' y 'Kantu Bat'. Hubo espacio también para interpretar y sacar temas de otros artistas del territorio. Rindieron un homenaje instrumental a Mikel Laboa con una breve intro de 'Txoria Txori', y a Kenzazpi con su cover de 'Noizbait', deleitando a los más veteranos.
El sentimentalismo también estuvo presente con la interpretación de 'Ezer ez da berdina', que en esta ocasión no contó con la bilbaína Maren. Previamente, Lizarazu aprovechó para recordar que Bulego no ofrecerá conciertos el próximo año para centrarse en nuevos proyectos. El cierre, por todo lo alto, con 'Bueltan da' dejó sin aliento a la audiencia con un escalafón de energía propio de un concierto de esta magnitud.
En definitiva, no solo fue un éxito de asistencia, sino una confirmación artística.No estamos ante un fenómeno pasajero, sino ante un grupo que ha sabido canalizar el sentir colectivo de una comunidad cultural, con códigos nuevos pero con raíces firmes.
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