«En la interpretación hay que estar entrenando todo el rato o te vas a la mierda»
Encarna a uno de los seis personajes de la obra 'Comedia sexual de una noche de verano', que se representa desde este miércoles en el Victoria Eugenia
Junto al actor donostiarra Ismael Fritschi y Fernando Soto, Iris Díaz, Mingo Ruano y Raquel Arroyo dan vida a la versión teatral de la película que Woody Allen filmó en 1982. La comedia narra las aventuras de tres parejas de amigos envueltas en diversos enredos amorosos. Todo sucede en una casa de campo cerca de Nueva York, en 1920. Las representaciones, a las ocho de la tarde, empiezan este miércoles en el Victoria Eugenia y finalizan el domingo.
– ¿Estamos sobre todo ante una comedia de enredo?
– Sí. Y además se habla sobre la sexualidad en 1920, que por cierto no ha cambiado mucho hasta ahora, fíjate qué sorprendente. La obra habla de traiciones, de enredo desde el sexo con otros, incluso del no sexo, que también existe y que es el que vive mi personaje. Es una comedia de enredos pero Woody Allen hace las cosas de otra forma, desde la verdad, desde algo muy cotidiano y eso es lo que queremos mostrar también en la función.
– ¿Es fiel a la película?
– La película me enloquece. Hay mucho en ella de Shakespeare, de espíritus, de misterio, de las cosas que no se dicen.
– ¿Se puede decir que son seis personajes en busca del amor?
– Creo que se buscan más a ellos mismos a través de las relaciones y de romper los mitos establecidos. Mi personaje y el que hace Ismael Fritschi son una pareja que lleva seis meses sin hacer el amor y todo es tabú. Ella quiere a su marido, pero también tiene claro que ya no le pone y se siente muy culpable por el secreto. Hasta que lo cuenta.
«Habla de traiciones, de enredo desde el sexo, incluso del no sexo, que es lo que le ocurre a mi personaje»
– Hay un intenso juego de personajes y de relaciones.
– Así es. Hay mucho misterio y mucho enredo porque todos tienen algo que ocultar y todos tienen algo que callarse y todos pueden acusar al otro de alguna forma. Eso hace que la obra de teatro esté muy viva. El público sale contento. No es una función que te vaya a cambiar la vida, pero anima la reflexión, a pensar qué pasa con la persona que tengo al lado y qué ocurre con ese deseo que tengo hacia el otro y que está absolutamente castrado. No es una obra de carcajada, es más de sonrisa. Estamos muy contentos con la respuesta de los espectadores, la gente tiene ganas de reír, de que le cuenten historias y también de abstraerse de alguna forma de todo lo que hemos estado viviendo.
– Los personajes lo pasan mal.
– Y eso es fantástico para la comedia, cuanto peor lo pasan resulta más divertido.
– Fuera de la función, se incorpora a la nueva temporada de la serie 'Amar es para siempre'.
– Empezamos a grabar el próximo lunes y estoy feliz porque hago el personaje de una villana muy villana. Y Jorge Bosch hace de mi marido, un actor brutal. Los compañeros y el equipo nos han recibido a los nuevos con los brazos abiertos. Todo funciona muy bien, he flipado porque nunca había hecho una serie diaria. Llevan diecisiete años, pero no han caído en la rutina. Están frescos y eso me enloquece.
«El público sale muy contento de esta comedia, la gente tiene ganas de reír, de que le cuenten historias y de abstraerse»
– Trabajar en una serie diaria es muy duro.
– El tema de estudiar los guiones es 'heavy'. Estos días en San Sebastián voy a tener que hincar mucho los codos. No pasa nada, se estudia. Sobre todo cuando es algo que te apetece y escriben y te dirigen muy bien. No había visto la serie, solo algunos capítulos porque a esas horas de la tarde estoy de recogida de colegios con mis hijos. Pero hay grandes trabajos de actorazos y ha pasado toda la profesión por ahí. Es cierto que es un trabajo muy sacrificado y más cuando es un personaje protagonista, pero en la interpretación hay que estar entrenando todo el rato. Si no lo haces te vas a la mierda.
– Acaba de cumplir 49 años. Esto no hace tanto solía ser el principio del fin para muchas actrices. ¿Parece que algo ha cambiado, no?
– También lo creo. Y es verdad que he tenido un parón, además de por la pandemia. También tenía algo que ver con la edad y con los personajes de mujeres, que son menos. Pero cambia con las plataformas de televisión que han aparecido y con el hecho de que han entrado muchas mujeres que se están poniendo al mando y ofrecen un gran trabajo. Pero es cierto que ser mujer y estar en los cincuenta parece que te vuelve invisible.
– ¿Le ha asustado esa circunstancia?
– Me asustó en el momento en que me tuve que quedar encerrada en casa. Pero en ese tiempo he creado una serie, con Pablo Álvarez, que habla precisamente de una actriz de cincuenta años y sus circunstancias. Y también he escrito un libro.
Ismael Fritschi vuelve a su Donostia en «el papel» de Woody Allen
El actor Ismael Fritschi (San Sebastián, 1970) es junto a Melani Olivares protagonista de esta 'Comedia sexual de una noche de verano', la adaptación de la película de Woody Allen en la que el actor hace precisamente el papel que interpretaba el actor y director neoyorquino en el filme. «Me gusta actuar en casa. Aunque llevo más de 20 años en Madrid vengo a San Sebastián siempre que puedo», dice. «El director me pidió que interpretara el personaje a mi manera, sin tratar de imitar al neoyorquino», añade.