Jeff Touissant | Hipnotista
«Para ser hipnotizado da igual que creas o no: solo hay que dejarse llevar»Conocido por su trabajo en teatros y televisión, mañana trae al Victoria Eugenia un espectáculo que reúne lo mejor de sus diferentes trabajos basados en el hipnotismo
Verdad o mentira, truco o terapia, espectáculo o algo más. El hipnotista francés residente en España Jeff Touissant prefiere hablar de abrir la mente y ... de creatividad unida a humor y diversión. Los que suban al escenario en la función de mañana a las siete y media en el Victoria Eugenia lo probarán de primera mano. Y los que no, como apunta Touissant, «se van a quedar con las ganas».
– ¿Lo primero en su espectáculo es ganarse la confianza del público?
– Lo principal es explicar lo que es la hipnosis. Hay una mala información generada por películas y programas de televisión que ha provocado que desde hace muchos años se crea que la hipnosis es un señor diciendo 'duérmete' y alguien del público haciendo de gallina. Por eso hay que decir realmente lo que es la hipnosis y lo que no es.
– ¿Qué es?
– Es un estado disociativo de la mente. Todos entramos en este estado cada cuarenta y cinco o noventa minutos durante todo el día. Unos dicen 'se me fue la olla', o 'repíteme eso último'. Otros lo llaman distracción. El subconsciente maneja 2.300.000 procesos, mientras que la parte consciente maneja solo ocho o nueve procesos a la vez. Cuando vemos una película que nos transporta o nos motiva, da igual que estemos en casa o rodeados de gente, que haya ruido o no, disociamos y nos centramos en la película. Disociar es centrarse en algo totalmente a pesar de lo que te rodea y eso es lo que hacemos en el espectáculo. Logramos que la persona se olvide de sus problemas, de si es verdad o si es mentira, de la política, de las noticias, etc. Lo que hacemos es canalizar la información para que la persona se deje llevar.
«En mi show los que mejor se lo van a pasar son los que suben al escenario como voluntarios. Los demás se arrepienten»
– Apuntan que este espectáculo es recomendado para mayores de 15 años. ¿No practica la hipnosis con niños menores de esa edad?
– Para participar es mejor que tengan como mínimo 12 años. Pero para ver el espectáculo se puede desde los seis años, creo que lo van a entender y disfrutar sin ningún problema porque es un espectáculo familiar. Pero para participar mejor desde los 12 años siempre que haya un tutor que de permiso. Pero no hay ningún peligro, excepto con la hipnosis regresiva, que se usa en terapia y que hasta los cinco años no se le debe aplicar ya que no han terminado de desarrollar el córtex cerebral. No es recomendable salvo que haya un motivo de salud y que lo haga un profesional, obviamente.
Los datos
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Lugar Teatro VictoriaEugenia.
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Fecha y hora Mañana sábado, a las 19.30 horas.
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Precios 30, 25 y 20 euros.
– ¿Qué sienten más los espectadores en su espectáculo: curiosidad o incluso miedo?
– Estamos en el siglo XXI y la gente no cree ya en la magia. Lo que sientes es más bien incredulidad porque no imaginan que se puedan hacer cosas en contra de su voluntad. Y es verdad, porque no se hacen cosas en contra de su voluntad. En realidad les apetece hacer lo que se les dice y no lo pueden evitar porque les apetece. También es cierto que hay un mínimo porcentaje de gente que tiene miedo a perder el control, pero de hecho nunca se pierde. La hipnosis es una herramienta cognitiva que todos tenemos y sirve también para aumentar el autocontrol, no para perderlo. La persona que trabaje la hipnosis en el espectáculo, después, lo primero que notara es que va a dormir muy bien los próximos treinta días porque se regulariza de forma automática el sueño reparador y se fomenta el autocontrol, ya que aumenta su capacidad analítica y se enfoca mejor en sus actividades de ocio o profesionales.
– ¿Es cierto que no se puede hipnotizar a quien no quiera ser hipnotizado?
– Es verdad. La hipnosis requiere imaginación, inteligencia y también colaboración. Da igual que se crea o no, lo importante es que se dejen llevar. Los que suben al escenario o los que van a una consulta y se nieguen, no van a conseguir nada. Hay técnicas agresivas que pueden obligar, pero son muy poco eficaces y, obviamente, no se puede obligar, lo que se hace es motivar,
– ¿Hay algún tipo de predisposición del público?
– Todo el que viene a ver un show como este lo hace con una idea fija: no voy a subir al escenario y no me lo creo. Pero el hipnotizador tiene que motivar y comunicar. Hay que ser un gran comunicador para lograr que las personas se decidan a probarlo. Además el que sube nunca pierde el control, en el momento en que no quiera seguir me lo dice y puede bajar sin problema. Y el que no quiera subir que no lo haga y disfrute del espectáculo. Pero el 90% viene porque no se lo cree y quieren saber si lo que vieron en televisión es verdad o no.
«No hay que fiarse de quienes practican la hipnosis como espectáculo y después también como terapia personalizada»
– ¿Tiene barreras éticas? Porque en ocasiones vemos hacer el ridículo a personas supuestamente hipnotizadas.
– Podemos entretener y hacer un espectáculo divertido, pero sin ridiculizar a nadie. Los que mejor se lo van a pasar serán los voluntarios que suban al escenario. Y muchos se arrepentirán de no haberlo hecho porque verán que nadie ha hecho el ridículo. El trato que yo hago con mi público es el siguiente: aunque no te lo creas déjate llevar pues vas a obtener un beneficio. Dejo preparada la mente creativa para que ellos mismos, una vez que vayan a casa, puedan aplicar esos cambios.
– ¿Avisa que no nos debemos fiar de quien haga hipnosis como espectáculo y como terapia a la vez?
– No hago terapia, primero porque no quiero hacer intrusismo, aunque tengo titulación. Creo que no se puede servir a ambos lados de la balanza. En mi caso he escogido el espectáculo porque me gusta más eso que centrarme en ayudar a la gente, porque para eso hay otros profesionales. Pero no puedes hacer algo serio y ayudar a las personas una por una y por otro lado hacer lo contrario. Yo recomiendo que si alguien quiere terapia vaya a tratarse con un terapeuta o con un psicólogo, y que use la hipnosis como herramienta, pero que nunca vaya a ver a un hipnotista de espectáculo para conseguir una terapia. Yo abro las puertas de una mente creativa, y al final del espectáculo a la gente se le dan unas herramientas para que ellos mismos puedan reprogramarse.
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