El grupo donostiarra Zirkuss aúna teatro y acrobacia en su primer espectáculo

'Sustrai' es más que un espectáculo de circo. Es teatro, es danza, es música y es «un diálogo con las artes plásticas» en el que las acrobacias y los malabares 'esculpen' su particular obra. Es circo contemporáneo, esto es: olvídense de la carpa y los leones. «La disciplina tradicional suele ser un número acrobático tras otro hilados a través del clown que no suele contar una historia. En este caso no».

Los nueve protagonistas del espectáculo trabajan sus disciplinas de manera conjunta en escena. El trapecio, la cuerda lisa, las acrobacias, el hula hoop, la rueda cyr, los malabares y las telas aéreas colaboran y se entretejen en torno a una dramaturgia «más orientada a teatros», y que ha contado con el asesoramiento de Fernando Bernués. «Contamos una historia y cada intérprete encarna a un personaje con su propia raíz, de ahí el título de la obra».

Bajo la dirección de Briones, 'Sustrai' se construye a través de las coreografías de Gill Harush y Maialen Alberro, sobre la música original compuesta por alumnos de Musikene y el trompetista Borja Antón. Pero, sin duda, una de las grandes protagonistas es la artista plástica Miren Barrena.

«La trama comienza en el interior de un taller en el que Miren tiene que crear su nueva obra. Para ello utiliza los cuerpos de los artistas como moldes de escayola con los que va conformando sus propias esculturas». Una narración por la que sobrevuela un pensamiento en torno a ese 'yo' «absorto» y el ego de la sociedad. «Ahí Miren se encuentra con situaciones que le lleva a dudar y preguntarse ¿por qué camino voy?», explica. El orden y el desorden, la ayuda, el juego, los lastres del día a día... son algunos de los temas que 'Sustrai' invita a cavilar.

Y en relación a lo estrictamente circense, el espectáculo ofrece siete disciplinas –ya de manera solista como en forma de dúos–, junto a cuatro partes coreografiadas que conforman «todas las piezas de este puzzle». Porque se trata de una producción de gran formato para cuyo montaje técnico ha habido que utilizar hilo fino. «Ha sido muy complejo estructurar todas las transiciones, dar las entradas y salidas, incorporar diferentes elementos y limpiarlo todo para que quede bonito y elegante escénicamente», y por ello reconoce que «a veces es más fácil montar el circo clásico».

Que en Donostia no existía un espacio para el circo contemporáneo bien lo sabía Lander Briones cuando se decidió a crear Zirkuss. «Era algo casi invisible». dice, «a nivel mundial la mayor referencia que existe es el Circo del Sol, que ya se quedó en el cirque nouveau de finales del XIX... El circo contemporáneo ha evolucionado».