El Euskalduna acoge un montaje de 'Adriana Lecouvreur' que rinde tributo a las divas trágicas
Tiene el sello de Mario Pontiggia y un elenco liderado por Maria Agresta, Jorge de León, Silvia Tro Santafé y Carlos Álvarez con la BOS bajo la batuta de Marco Armiliato
Isabel Urrutia Cabrera
Bilbao
Martes, 18 de noviembre 2025, 01:00
La ABAO presenta este sábado en el Euskalduna un espectáculo a la vieja usanza: 'Adriana Lecouvreur', de Francesco Cilea, en una nueva coproducción con la ... Fondazione Teatro Lirico di Cagliari. Las voces son de primer nivel y el montaje no apuesta por visiones alternativas o demasiado arriesgadas. Traslada, eso sí, la acción original de 1730 a 1902, «todo se entiende a la primera, con un gran sentido de la belleza y mucha lógica», subrayaba ayer en rueda de prensa Cesidio Niño, director artístico de la ABAO.
El espectáculo se estrenó en Italia hace poco más de tres semanas y rinde homenaje a Sarah Bernhardt, célebre intérprete entre 1880 y 1913 de la obra de teatro en que se basa la ópera. En definitiva, entre divas anda el juego: Adriana Lecouvreur lo fue en el siglo XVIII y Sara Bernhardt siguió su ejemplo 150 años más tarde. ¿Fueron muy distintas sus vidas? Sí. No obstante, a juicio de Mario Pontiggia, ambas pagaron en lo personal un peaje muy alto «al igual que Marilyn Monroe y Maria Callas». Todo son especulaciones de hasta dónde llegó su sacrificio.
Más allá del siglo en que se ambiente, en la ópera de Cilea se respira una atmósfera sumamente artificiosa y teatral, a veces de cartón piedra. Los vicios, las intrigas, los celos y las ansias de venganza son el motor y la puntilla de toda la historia. Para dar vida al drama se cuenta con un elenco liderado por Maria Agresta, Jorge de León y Silvia Tro Santafé, arropados por la Orquesta Sinfónica de Bilbao, bajo la dirección de Marco Armiliato. El maestro de Génova, habitual de las temporadas de Viena, Nueva York y Milán, es un valor seguro en el podio y reconoce sentirse como en casa: «Estoy rodeado de superestrellas dispuestas a ponerse la pilas». La música, a medio camino entre el belcantismo orquestal y el sinfonismo de Strauss, tiene mucho de Puccini. Es directa y sentimental. Los hay que le cuelgan la etiqueta de 'verismo aristocrático'.
«Es un espectáculo perfecto para celebrar el décimo aniversario de la Fundación BBK. Sois uno de los agentes más relevantes de nuestra provincia y Euskadi», elogiaba Juan Carlos Matellanes, presidente de la ABAO, en presencia de Gorka Martínez, director general de la entidad. Los ensayos se están desarrollando con fluidez y los artistas han tenido tiempo de sobra para empaparse de una ópera que recrea el trágico final de la legendaria actriz Adrienne Lecouvreur (1692-1730), muerta en circunstancias muy turbias. ¿De verdad la envenenó una rival? La leyenda así lo atestigua y la fantasía de los dramaturgos ha hecho el resto.
Caruso en el estreno
El libreto de Arturo Colautti da cuenta del triángulo amoroso que la artista formaba con el conde Maurizio de Sajonia y la princesa de Bouillon. La ópera se estrenó en 1902 con Enrico Caruso en el rol del amante de Adriana y el nivel de los intérpretes no ha bajado desde entonces. Es una obra complicada. «Hemos esperado lo necesario para disponer de un elenco excepcional que le haga justicia», recalcaba Cesidio Niño, con los ojos puestos en Jorge de León (San Cristóbal de La Laguna, 1970) que abordará por primera vez el personaje en Bilbao. La temporada pasada dejó muy buena impresión como 'Otello' y ahora vuelve con un rol esencialmente romántico, aunque no exento de una dimensión heroica, propia de un hombre muy ambicioso que aspira al ducado de Curlandia (actual Letonia). El cantante isleño, consolidado como tenor lírico-spinto de referencia internacional, espera con impaciencia su debut: «Tiene momentos increíbles, con temas que se quedarán grabados en la cabeza del público».
La soprano Maria Agresta (Vallo della Lucania, 1978), que conoce en profundidad el rol principal, destaca asimismo la enjundia de su personaje, «una mujer volcada en su arte». Los sacrificios de Adriana Lecouvreur y Sarah Bernhardt no difieren de los que afrontan las intérpretes del siglo XXI. «Es una mujer que busca la verdad en los escenarios. En esta ópera hay que cantar y recitar para meterse en su piel. ¡Una maravilla!», apunta Agresta al hablar de una partitura en la que han lucido colegas del calibre de Renata Tebaldi. Mirella Freni y Montserrat Caballé.
La mezzo Silvia Tro Santafé (Valencia, 1970), que dará vida a la princesa de Bouillon, es también una cantante muy reputada. Su personaje tiene un carácter incandescente y feroz que debe reflejarse en todas sus intervenciones. Otra figura fundamental y muy distinta a las demás es Michonnet, el escenógrafo, amigo y paño de lágrimas de Adriana. Secretamente enamorado de ella, se mantendrá a su lado hasta el final y requiere una voz superlativa. Es el personaje más humano de todos. Barítonos de renombre como Ettore Bastianni, Tito Gobbi, Carlos Chausson y Joan Pons han triunfado como Michonnet y ahora será el turno de Carlos Álvarez, (Málaga, 1966). Con casi 37 años de trayectoria a sus espaldas, el cantante malagueño debuta en el rol y deja caer una reflexión de calado: «En el mundo del arte, el éxito casi siempre va acompañado de una tragedia humana». En resumidas cuentas, hoy como ayer, el precio de los aplausos es muy alto.
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