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Conexión con Barcelona

Miércoles, 10 de enero 2024, 06:32

Con motivo de la primera exposición retrospectiva de Eduardo Chillida celebrada en la Fundación Miró, a principios de1986, el Ayuntamiento de Barcelona decidió adquirir una obra de Chillida y ofrecerle la posibilidad de elegir el lugar más adecuado para su emplazamiento en la ciudad.

Chillida decidió instalar su escultura 'Topos V' en la plaza del Rei, uno de los más bellos -y, sin duda, el más noble- de los vacíos urbanos de la ciudad histórica. Se accede a este espacio por una esquina, en la cota inferior de la plaza, y una ligera pendiente conduce hasta la gran escalinata de acceso al Saló del Tinell y a la capilla de Santa Àgata, en la esquina opuesta. Chillida coloca su escultura precisamente en la esquina por la que se accede, pero ligeramente desplazada hacia la capilla, de modo que no resulta visible para quien llega desde la calle del Veguer hasta prácticamente entrar en la plaza. El diedro formado por los dos planos verticales de la pieza contiene el espacio y define un nuevo límite de la plaza, estableciendo un rico diálogo de contrastes con la otra esquina, ocupada por la escalinata de peldaños de piedra en cuarto de círculo: la concavidad frente a la convexidad, la recta frente a la curva, el acero frente a la piedra. Su estratégica posición le permite a 'Topos V' crear un nuevo límite y redefinir la articulación de la plaza con el espacio urbano que la rodea. Toda una lección del difícil arte de estructurar el espacio. La escultura 'Elogio del agua' -una pieza de hormigón de 54 toneladas suspendida sobre una lámina de agua- específicamente concebida para el parque de la Creueta del Coll, y el mural 'Barcelona', de 1998, emplazado junto al Museo de Arte Contemporáneo, completan la lista de obra pública de Chillida en Barcelona.

Las tres obras que dejó en el espacio público de la ciudad son muy distintas entre sí, pero comparten una forma de relacionarse con los lugares para los que fueron creadas o en los que fueron colocadas. Una forma basada en el diálogo, en una cierta resonancia entre obra y lugar. Tanto si el diálogo había sido iniciado por la escultura ('Topos V') como si lo había sido por el lugar (Creueta del Coll o MACBA), Chillida procuró siempre una forma de negociación entre obra y lugar de la que ambos salieran reforzados. La obra de Chillida fue siempre una propuesta de diálogo, y su obra pública un deseo de extender ese diálogo al mayor número posible de personas.

Eduardo Chillida ha dejado en nuestro espacio público una extraordinaria colección de lugares de encuentro.

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