«Aquí queremos enseñar que los comisarios y los archivistas también son cineastas»
Las responsables de las tres áreas que imparte la Zine Eskola -Comisariado, Archivo y Creación- explican su labor en el centro
Recién abierto el plazo para seleccionar la que será su tercera promoción de alumnos, la Escuela de Cine Elías Querejeta de Tabakalera camina hacia ... su consolidación como un centro de referencia en el área la formación cinematográfica gracias a un programa dinámico en materia de Creación, Archivo y Comisariado, y a su estrecha colaboración con el Festival de Cine y la Filmoteca Vasca. Esta semana ha sido una de la escasas ocasiones en las que sus tres coordinadoras, Laida Lertxundi (Creación), Clara Sánchez-Dehesa (Archivo) y María Palacios (Comisariado) han coincidido físicamente en la propia Escuela, situada en la planta cero del Centro Internacional de Cultura Contemporánea. Responsables de en torno a sesenta profesores divididos en las tres áreas de formación y bajo la dirección de Carlos Muguiro, las coordinadoras de la Zine Eskola coinciden en destacar el carácter singular del centro. Una singularidad marcada por su carácter interdisciplinar en el que «todo es cine» y en el que además de los directores, «también son cineastas» los profesionales y alumnos de programación y de archivo o conservación.
«Es una utopía y a la vez una realidad», señala Laida Lertxundi (Bilbao, 1981), quien recuerda que «tenía ya mi vida en Los Ángeles y de no ser por este proyecto no hubiera vuelto». La responsable del área de Creación, que trabaja actualmente en la preparación del rodaje de «una mezcla de documental y ensayo fílmico» con el título provisional de 'Espacios de Libertad', reconoce que la Escuela se mueve en un equilibrio entre «ese sueño en el que aspiramos a que sea un instrumento de transformación y las realidades presupuestarias, horarias y otros condicionantes».
«Cuando en el colegio de mi hija explico a qué me dedico, los otros padres no saben lo que es Comisariado»
María Palacios, Coordinadora de Comisariado
Cruce de caminos
Clara Sánchez-Dehesa (Vitoria, 1983) considera que «su sistema de formación debería adoptarse también en otros ámbitos» académicos y, en este sentido, cita el ejemplo de la restauración artística, ámbito del que procede, y «en el que siempre nos hemos preguntado por qué no hay una clase de conservación de materiales en la carrera de Bellas Artes para que los artistas sean conscientes de que sus obras sufren ese deterioro». La coordinadora del área de Archivo destaca de la Escuela su condición de cruce de caminos entre los 45 alumnos -quince por especialidad- que cada año conforman la promoción, un aspecto en el que incide también María Palacios (Zaragoza, 1981), responsable de Comisariado.
«Hay gente que al principio igual tiene muy claro su proyecto y al terminar el curso acaba haciendo algo completamente distinto»
Laida Lertxundi, Coordinadora de Creación
«Queremos que haya mayores cruces porque antes de abrir las puertas de la Escuela imaginábamos que habría estudiantes de Archivo que, por ejemplo, luego harían asignaturas de Creación. Queremos trabajar para que no haya una división departamental tan clara por ser tres trayectorias distintas, que haya más momentos de contacto, como ya pasa entre Archivo y Comisariado». A su juicio, «la Escuela es aún un proyecto muy joven, frágil por sus dimensiones y en definición constante. Es aún muy fiel a la visión inicial de Carlos (Muguiro), pero a la vez ha ido cambiando para adaptarse a las demandas de los alumnos. De cara al futuro, buscamos formas de crear mayores sinergias entre los tres departamentos». En su opinión, «lo que hace a la Escuela tan singular es la generosidad y la intensidad, la profundidad de la experiencia, dentro de su humildad porque diría que es una Escuela consciente de su tamaño».
«Lo ideal sería que durara cuatro o cinco años para que pudieran trabajar en sus propios proyectos»
Clara Sánchez-Dehesa, Coordinadora de Archivo
La Escuela de Cine, que como proyecto cumple tres años el próximo mes de mayo, aunque no abrió sus puertas hasta septiembre de 2018, arrancó sin una titulación homologada, pero despidió a los alumnos de su segunda promoción como centro adscrito a la UPV/EHU. Sobre las expectativas de los estudiantes Sánchez-Dehesa considera que en lo que a Archivo respecta, «se cumplen, no todas, pero porque no es un área conocida, es decir, una cosa es la idea que ellos tienen de la preservación fílmica y otra, lo que es en realidad. Todos vienen con la idea de que la preservación fílmica es la de 35 milímetros y similares, así que el primer día les introduzco también en el soporte magnético y en el digital. Y entonces descubren un mundo que no conocían y les apasiona, así que más que no cumplirse sus expectativas, sucede que ignoraban dónde se metían».
También María Palacios destaca el desconocimiento general que existe en torno a la materia que coordina. «Cuando en el colegio de mi hija les intento explicar a otros padres a qué me dedico, no tienen ni idea de lo que es el Comisariado. Esta especificidad se evidencia en el hecho de que «yo misma soy comisaria y no estudié Comisariado. La mayor parte de la gente que se dedica a programar ha tenido que seguir caminos más o menos tortuosos, estudiar cine, Ciencias de la Información o Bellas Artes. Cuando empezamos con la Escuela, era un reto cómo enseñar el Comisariado y parte de mi labor ha sido inventar algo que no existía, aunque empieza a hacerlo». Sin embargo, este desconocimiento ya no es aplicable a los alumnos de esta segunda promoción y si el año pasado «venían sin saber muy bien a qué, aunque muy dispuestos a ser esponjas y a vivir quince meses intensos», con la promoción de este segundo año «todos tienen muy claro lo que es», al igual que «el perfil de la Escuela y lo que quieren hacer aquí».
En el caso del área de Creación, este aspecto aparece mucho más definido y concreto, tal y como indica Lertxundi. «Al principio hay gente que puede tener más o menos claro el proyecto personal y tras un año de trabajo con tutor, igual la persona que lo tenía más nítido acaba haciendo algo completamente distinto, mientras que otros, que parecían no saber por dónde ir , lo sacan adelante más rápido. El tutor es la persona que le ayuda a darle forma al proyecto, que al principio es un concepto».
«Buscamos tiempo porque el alumno está estresado»
Laida Lertxundi reconoce que el reto de la Escuela ahora es «equilibrar la carga del horario» porque los alumnos «están siempre bastante estresados. Estamos intentando buscar tiempo para que puedan realizar todos estos proyectos y es difícil encontrar suficiente tiempo porque el ritmo es trepidante». Señala que «mi máster en California era de tres años, mientras que aquí se hace todo en año y medio o en realidad, de septiembre a junio». En el mismo sentido se manifiesta Clara Sánchez-Dehesa, quien considera que lo ideal sería que cada curso adoptara el formato de un postgrado que durara «cuatro o cinco años para pasar más tiempo con los alumnos y también para que puedan trabajar en sus propios proyectos de investigación».
No obstante, Palacios comenta que los alumnos «salen transformados. Ahora tenemos una promoción que acaba de salir de la Escuela y lo que nos cuentan es que en estos quince meses han cambiado sus vidas. Hay que tener en cuenta que muchos de los alumnos de Comisariado ya tienen una larga trayectoria en la organización de festivales o en otras áreas de la industria del cine». Y en lo que respecta a su área, apunta que «a lo mejor pensando que van a reforzar sus conocimientos o ampliar sus horizontes, pero luego salen dándose cuenta de que no pueden volver al punto en el que estaban justo antes de iniciar el curso, sino que ha pasado algo y quieren hacer las cosas de otra forma».
Proyectos que prosperan
Laida Lertxundi destaca el carácter innovador y vanguardista de la mayor parte de los proyectos cinematográficos puestos en marcha desde la Escuela -«aunque también estamos abiertos a los formatos clásicos»-, y destaca que varios ya han prosperado, como «un cortometraje de ficción de Jaume Claret rodado en Barcelona, una pieza de Elisa Celda rodada en Portugal sobre un tipo de pesca y que se va estrenar ahora en la Casa Encendida de Madrid, en donde va a estar seis meses con una beca, y un par de cortos muy experimentales» salidos de la Escuela de Tabakalera. En cualquier caso, «la media viene ya muy formada. Hay que tener en cuenta que se presentan muchos y elegimos a personas con una trayectoria ya en el mundo del cine o del arte», afirma Lertxundi.
Las tres coordinadoras de área trabajaron en los inicios del centro con Carlos Muguiro en la confección del programa lectivo, así como en la selección del profesorado. Además, se encargan de asignar el tutor específico para cada proyecto. De este carácter singular da cuenta María Palacios, quien desde su experiencia como residente en Londres indica que «allí ya hay dos o tres centros que comienzan a enseñar Comisariado, pero de una forma completamente diferente. Aquí queremos enseñar que todo es uno, que todo es cine y que aprender Comisariado de cine o archivo es enseñar cine. Que los comisarios y los archivistas son cineastas. En cambio en Londres, por ejemplo, hay un programa sobre esta materia, pero totalmente segregado de la práctica cinematográfica y del mundo real. No tienen clases críticas o de pensamiento. Lo que pretendemos aquí es hacer una pedagogía diferente, en cuanto a que queremos enseñar cine, no dirección, montaje o cámara, dividiéndolo en oficios, tal y como se ha hecho tradicionalmente».
Se abre el plazo para solicitar una de las 45 plazas del centro el próximo curso
La Escuela de Cine Elías Querejeta abre desde hoy y hasta el 31 de marzo el primer plazo para solicitar la matriculación en el curso 2020-21. La segunda fase del proceso de selección será desde el 1 de abril hasta el 15 de mayo. El precio de la matrícula se mantiene en 3.900 euros, pero a las tres becas de 2.500 euros de la Diputación para estudiantes guipuzcoanos de menos de 31 años, se suman otras dos modalidades: seis becas de 3.100 dólares y otras cuatro de 2.850 dólares a cargo del Fondo Iberoamericano de Ayuda Ibermedia y destinadas a la movilidad y la formación continua. Además, la iniciativa Projeto Paradiso del Instituto Olga Rabinovich dará una beca a un estudiante de nacionalidad brasileña para que estudie la especialidad de Comisariado, consistente en el pago de la matrícula íntegra del curso, el coste del desplazamiento aéreo y una ayuda parcial para sufragar la estancia. El formulario para solicitar la admisión en alguna de las quince plazas correspondientes a cada una de las tres especialidades -Creación, Archivo y Comisariado- está disponible en la web zine-eskola.eus/es/admision/curso-2020-2021. El listado definitivo de alumnos admitidos se dará a conocer el próximo mes de julio.
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