Percepción fragmentada

Pero 'El padre', con todo el reparo que pueda dar el tema cuando quien más quien menos lo vive a su alrededor día a día, muestra enseguida sus puntos de atracción. Frente a otras notables películas sobre el alzheimer o similar, que consisten en mirar lo que le ocurre al enfermo y a su entorno, en 'El padre' la narración se estructura a partir de la realidad confusa, aparentemente normal pero progresivamente fragmentada e indescifrable, del propio anciano. No es mirar a través de sus ojos, sino experimentar la realidad con ese derrumbe de las reglas de la comprensión, con esa forma en que el espacio y el tiempo se diluyen, mientras el protagonista empieza a confundir a los demás, y a sí mismo.

A pesar del origen teatral, o encontrando precisamente en las paredes y los objetos del entorno doméstico la perfecta representación de esa mente cambiante y difusa, el director del filme y autor de la obra, encuentra una forma narrativa inquietante y emotiva para describir el proceso, con un Anthony Hopkins muy controlado pero libre en esa difícil misión, y un apoyo espléndido en el resto del reparto, especialmente las dos Olivia, Colman y Williams, con el despliegue contradictorio de personalidades que cobran en la mente del anciano. Un acercamiento delicado pero sin paños calientes, intuitivo pero firme a la senil disolución de la mente.