Ángel Alonso : «En el extranjero se piensan que Elcano es un personaje de ficción»

- ¿Siente los nervios de la víspera del estreno?

- Aunque se proyecta en el Festival de Málaga, la película se estrena en una sección que no es competitiva. No soy muy de festivales ni tampoco soy demasiado mitómano, así que lo de ir a Málaga es casi una formalidad. Es evidente que tenemos cierta inquietud por ver la respuesta del público y las opiniones de los críticos, pero no es la tensión que se respira en una sección a concurso.

- 'Elcano y Magallanes. La primera vuelta al mundo' es la tercera película que dirige, pero es también la más ambiciosa.

- Somos un estudio pequeño y siempre hemos medido nuestros proyectos porque somos conscientes de nuestras limitaciones. Sabíamos que teníamos unas posibilidades presupuestarias muy ajustadas y que no podíamos embarcarnos en una superproducción al estilo de Hollywood. Nuestras películas han estado en ese sentido muy controladas. En esta ocasión, sin embargo, la vuelta al mundo nos situaba ante un proyecto de gran envergadura, una producción muy compleja que ya intentamos llevar adelante hace unos quince años. Entonces fuimos conscientes de que nos desbordaba, pero ahora hemos puesto toda la carne en el asador.

- Era un traje demasiado grande para su percha.

- Es una película que tenía fecha de caducidad: si no se hacía ahora coincidiendo con el aniversario de la vuelta al mundo no tenía sentido hacerla después. Aunque no es un documental, sino un producto de ficción, sí es cierto que solo cobra sentido en relación con la vuelta al mundo y como es ahora cuando se cumplen los 500 años o nos lanzábamos para estrenarla en el aniversario o no tenía mucho sentido hacerla más tarde.

- Hablemos de la génesis del proyecto. ¿Cuando surgió la idea?

- Hace más de quince años se hizo un primer ensayo, hicimos una primera prueba de guion, se escribieron varias versiones e incluso montamos un 'teaser' en el que se planteaba un tipo de película bastante diferente a la que ha terminado siendo. En quince años la animación ha cambiado una barbaridad. Al principio la película se parecía a lo que era el formato Disney de toda la vida, dibujada a mano y con la estética de la animación más tradicional. Pero entonces no nos veíamos capaces de afrontar semejante proyecto, había que superar muchas complicaciones técnicas y nos rajamos. No estábamos preparados. En estos quince años la tecnología ha evolucionado muchísimo y se ha democratizado la posibilidad de hacer cosas grandes. Los medios técnicos son más asequibles y eso nos animó a retomar el proyecto. Ha sido un desafío en toda regla porque nos hemos tenido que enfrentar a cosas que no habíamos hecho hasta ahora, pero creo que el resultado ha sido bastante bueno.

- ¿Como fue el proceso de documentación?

- Garbiñe Losada y Juan Antonio Vitoria, que son los guionistas, fueron los que primero se acercaron al personaje desde una perspectiva histórica haciendo acopio de toda clase de información y datos. Sin embargo, desde el principio tuvimos claro que no íbamos a hacer ni un documental ni una biografía, no queríamos que las circunstancias históricas condicionasen el guion. Necesitábamos librarnos del corsé de los hechos históricos para que la película funcionase, necesitábamos dotar a cada personaje de una evolución dramática más allá de esos hechos para poder jugar con ellos y hacer que fuese un proyecto para todos los públicos.

- Reproducir las indumentarias y los barcos de época no habrá sido fácil.

- También se ha hecho un trabajo importante de documentación en la vertiente visual y gráfica intentando ser rigurosos en lo que se refiere a cómo eran los indígenas, las ciudades en las que se movían, las vestimentas, las naos... Hay una anécdota bastante reveladora: cuando se escribió el guion se incorporó una secuencia en la que Elcano se ataba a una rueda de timón, uno de esos redondos de madera que salen en todas las películas. Luego nos dimos cuenta de que esa clase de timón no se había inventado aún, así que tuvimos que dar marcha atrás y retirar toda la secuencia. Nos documentamos y descubrimos que las naos de la expedición equipaban un tipo de timón más rudimentario, que es el que aparece en la película.

-¿Hay alguna faceta de Elcano que le haya sorprendido después de convivir tanto tiempo con el personaje?

- No soy historiador, me he limitado a construir unos personajes a partir de unos hechos históricos que nos han servido de soporte. Elcano tenía cuarentaitantos años cuando se embarcó, era un marino muy experimentado que había tenido su propio barco y que se había enfrentado a circunstancias extremas en la navegación. A nosotros nos interesaba un Elcano más joven y sin tanta experiencia porque de esa forma abríamos la puerta a su evolución como navegante a lo largo del viaje. No se trata de hacer una biografía, sino de construir un personaje con las características de un héroe de aventuras. Eso no quiere decir que no nos interese crear un aliciente para que quien sienta curiosidad por el personaje se documente, investigue en libros y acabe profundizando en su historia.

- Presentan a Magallanes como un personaje maduro, templado y con experiencia mientras que Elcano aparece como alguien más impulsivo y alocado, dos roles clásicos de las historias de aventuras.

- Claro, es impensable que Elcano sea el héroe desde el principio, eso no funcionaría. En una ficción los héroes tienen que ganárselo a pulso, sacrificarse y llegar a la meta después de haber puesto en peligro su vida para ayudar a los demás. No nos valía que fuesen dos personajes casi iguales, planos, incapaces de tener una evolución... Lo primero que te planteas en una construcción dramática es que los personajes resulten atractivos.

- De ahí licencias como dibujarle más joven o incluso adjudicarle una novia indígena.

- Exacto, aunque también es verdad que nadie sabe a ciencia cierta si llegó a tener alguna relación sentimental durante el viaje. Pero dentro de la historia nos venía bien que hubiese una línea argumental amorosa para darle más juego a la aventura.

- Los técnicos de animación coinciden en que el mar es uno de los elementos más difíciles de reproducir en una película.

- Es cierto, hasta ahora en Dibulitoon habíamos evitado el agua en todas nuestras producciones porque es bastante incontrolable. Un personaje es más o menos fácil de sujetar: cuando mueves el esqueleto interior, el personaje se mueve. Sin embargo, el mar no es así, es un fluido de partículas, son cálculos matemáticos. El control que tienes sobre el mar es bastante relativo porque hay que calcular colisiones, gravedades, velocidades... Contratamos a un especialista para que se hiciese cargo de ese apartado y nos asesorase sobre los programas que se necesitaban para cada tipo de mar. No es lo mismo trabajar con un océano en calma que trabajar con una tempestad. Todo eso supone un análisis exhaustivo de la dinámica de fluidos, que es algo matemático, bastante abstracto, pero que es lo que genera en definitiva el movimiento creíble y realista.

- Con Elcano van a competir en primera división, desembarcan en la liga de las grandes producciones de animación.

- Cuando no te alcanza el presupuesto intentas compensarlo a base de imaginación y de esfuerzo. Creo que hemos hecho un buen producto aunque la diferencia con las grandes productoras es muy grande. Nuestra película tiene un presupuesto de millón y medio frente a los más de cien millones que cuestan las últimas producciones que vienen de Estados Unidos. Hemos puesto toda la carne en el asador para que el espectador no aprecie esa diferencia cuando vea las imágenes.

- ¿Cuáles son sus películas de referencia?

- Todo el mundo piensa en Disney cuando se habla de animación. Es verdad que hay algunas películas suyas que me atraen, sobre todo 'Pesadilla antes de Navidad', pero el cine que realmente me gusta es el de Hayao Miyazaki: 'Porco rosso', 'Mi vecino Totoro'..., películas con un universo diferente, entre la fantasía y el cine más de autor. Es un director que además de contarte una historia es capaz de introducir temas trascendentes como la muerte o la enfermedad.

- La película ha empezado a moverse en los circuitos comerciales internacionales. ¿Qué sensaciones tienen?

- Bastante buenas. Es la primera vez que hemos vendido una producción antes de haberla terminado, eso no nos había ocurrido nunca. Normalmente el distribuidor va viendo secuencias y se interesa más o menos, pero no se compromete hasta que el producto está acabado. Esta vez hemos podido vender la película a varios países sin haberla terminado y teniendo prácticamente solo el capítulo piloto y unas pocas secuencias.

- Puede que ayude algo en ese sentido que la película remita a un episodio histórico.

- Lo que hemos podido comprobar es precisamente lo contrario, es decir, que nadie conoce a Elcano fuera de nuestras fronteras. Es más, cuando empezábamos a enseñar el proyecto a los productores extranjeros se pensaban que Elcano era un personaje de ficción, que nos lo habíamos inventado nosotros para la película. Era un desconocimiento tan grande que nos quedábamos perplejos. No nos entraba en la cabeza que unos alemanes o unos ingleses no hubiesen oído hablar nunca de Elcano. Si hubiese sido americano, seguro que estaríamos comiendo galletas Elcano y nos vestiríamos con camisetas de 'Victoria'.