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Sentir la grandiosidad de la danza española era el objetivo de Antonio Najarro (Madrid, 1975) cuando creó 'Querencia' hace dos años. El Victoria Eugenia acoge ... mañana el debut en los escenarios donostiarras de la Compañía Antonio Najarro, fundada en 2002 y que vive una segunda etapa tras el paso del madrileño por la dirección del Ballet Nacional de España. Quedan pocas localidades a la venta.
– ¿Con qué sentimientos se enfrenta al debut de su compañía en el Victoria Eugenia?
– Es la primera vez que la Compañía Antonio Najarro actúa en San Sebastián y en el Victoria Eugenia, aunque cuando fundé la compañía, el primer espectáculo en 2002 fue en el Teatro Nacional de Bayona, en el País Vasco francés. El Victoria Eugenia es un teatro emblemático y con mucha historia detrás. 'Querencia' es un espectáculo muy generoso y cuidado. Los bailarines se dejan la piel en cada una de las funciones. Mi deseo es que el alma de la danza española llegue al público donostiarra.
– ¿Qué es 'Querencia'?
– La palabra querencia hace referencia a la inclinación de los animales a volver a su lugar de origen cuando los dejas en libertad. 'Querencia' refleja mi deseo de crear un espectáculo cuyos cimientos fueran nuestra tradición. También 'Querencia' busca recordar el legado de los grandes maestros como Granero, Mariemma, Antonio Gades o Alberto Lorca, y transmitirlo con mi personal estilo coreográfico.
– ¿De dónde surgió la idea para crear este espectáculo?
– Surge de querer rendir un homenaje a los grandes maestros de la danza española y es también toda una declaración de intenciones porque desde el sector privado también se puede defender una propuesta de gran formato con catorce bailarines en escena, se puede arriesgar y encargar una música sinfónica – compuesta por el pianista Moisés Sánchez y grabada por la Orquesta de Extremadura– se pueden sacar a escena más de doscientas piezas de vestuario con una calidad y variedad en tejidos como lo hacemos. Desde el sector privado, con riesgo, mucho amor y con toda la excelencia, se pueden poner en escena espectáculos de esta envergadura y categoría.
– ¿Existe un hilo argumental que una los once cuadros escénicos?
– Son números independientes entre sí. No hay un hilo argumental de principio a fin, pero sí una construcción muy meditada del orden de todos los números, de las combinaciones de vestuario e iluminación. Y creo que hemos conseguido sumergir al espectador en un mundo de emociones a través de la técnica y de la expresión artística de la danza española.
– ¿Qué estilos de danza española aborda 'Querencia'?
– La Escuela Bolera está representada en dos números: una escena grupal y un maravilloso paso a dos, muy técnico, complejo y virtuoso. Tenemos el folclore a través de una danza tradicional castellana, que defienden tres parejas con castañuelas de pulgar y vestuario de capa española y la recuperación de tres faldas de Lagartera. El flamenco está presente en el espectáculo, con una zambra, pero también en bulerías, seguiriyas y una guajira flamenca. La danza estilizada, que es el estilo que más me caracteriza, aparece con la base técnica del ballet clásico y la castañuela. A nivel de vestuario, hay mantones de Manila, bata de cola, capa española o sombrero cordobés. Están presentes los cuatro estilos que definen la danza española.
– ¿Cuál es la dificultad de la Escuela Bolera?
– Los buenos bailarines de Escuela Bolera tienen un grandísimo dominio del ballet clásico, en contenido, giros y saltos de batería, y todo ello hay que coordinarlo con el toque de castañuelas, que, hoy día, es muy complejo y virtuoso. A eso hay que añadirle el carácter de la Escuela Bolera: los quiebros de cintura, los movimientos de hombro, la expresión y todo el fuego y pasión que desprende la bolera.
– ¿Cómo se actualiza el folclore?
– El gran problema que tiene el folclore es el desconocimiento. A no ser que pertenezcas a un pueblo o a una sociedad con una tradición muy arraigada, en general, los jóvenes desconocen el folclore. Hay que pensar muy bien la estrategia para atraer a todo tipo de público y para actualizarlo, hay que plantearse cómo hacerlo, cómo comunicarlo, qué estilismo darle, etcétera. Cuando voy a un partido de cesta punta o pelota vasca, se me caen las lágrimas de emoción cuando veo bailar un aurresku. En mi caso, es mi profesión, mi pasión y me encanta. Hay que saber trasladárselo a un joven. También es importante en una compañía privada, tener una cabeza muy comercial en el sentido de que tú tienes que llenar un teatro con un espectáculo y, por tanto, el público de cualquier lugar del mundo debe comprenderlo para querer consumir ese espectáculo.
– ¿Qué es la danza estilizada?
– La danza estilizada, también llamada clásico español, surgió cuando se empezaron a crear los grandes ballets argumentales. Se generó un estilo en el que los bailarines con base de ballet clásico podían desarrollar piruetas, dibujos de piernas y posiciones corporales fundamentadas en el clásico, mientras empezaron a interpretar personajes dentro de esas obras argumentales. La danza estilizada se puede bailar con zapatilla de media punta o con zapato, y puede ir acompañada de castañuelas u otros complementos.
– ¿No cree que el flamenco ha fagocitado al resto de ramas de la danza española?
– Lo creo desde siempre y de hecho, desde que creé mi compañía, mi idea era romper los cánones de que la danza española era sólo el flamenco, tanto para el público nacional como para el internacional. En la primera etapa de mi compañía, para crear espectáculos comerciales siempre tenía que poner la palabra flamenco en los títulos de mis obras para que el público acudiera. Tú no puedes amar aquello que no conoces, por eso como director siempre he dado una gran prioridad a la comunicación. En el sector de la danza española es muy importante saber comunicar y crear iniciativas que lleguen al máximo del público nacional e internacional. No podemos quedarnos en la queja de que sólo se oye hablar del flamenco, hay que implicarse en crear actividad en pro de la difusión de la danza española, como yo he hecho con la moda, la fotografía, la natación sincronizada o el patinaje artístico sobre hielo. Según mi experiencia, lo que más visibilidad nos ha dado son los programas de televisión.
– Por último, ¿qué es la danza para usted?
– La danza fue el medio de expresión que hizo transformarse a un niño introvertido, muy tímido, incapaz de mirar a los ojos a otras personas por la vergüenza, llamado Toñín en familia. Gracias a la danza, me he convertido en una persona desinhibida, abierta, capaz de expresar mis emociones y sensibilidad a través del movimiento. La danza me ha convertido en la persona que yo quería ser, pero que no me atrevía antes de conocerla.
La precocidad es la seña de identidad de su carrera. Debutó como bailarín con apenas quince años en el Ballet Español de Rafael Aguilar. Con 26 primaveras fundó su propia compañía, pero lo que más ha marcado a Antonio Najarro es su etapa como director del Ballet Nacional de España (BNE), entre 2011 y 2019. Un cóctel de disciplina, trabajo e impaciencia que promete nuevas sorpresas.
– ¿Qué balance hace de su etapa al frente del Ballet Nacional de España?
– Fue una vorágine. El 90% de mi vida era el Ballet Nacional de España, intentando abrir las puertas de la compañía, conseguir nuevos públicos y un circuito donde presentar los espectáculos, que nos posicionara en la liga de las grandes compañías internacionales de danza. También busqué unir el BNE a diferentes disciplinas artísticas e impulsé la actividad pedagógica. Todo ello con la forma y la excelencia que yo pienso que debe tener la compañía nacional de un país. Tengo un recuerdo muy positivo. Ahora con la Compañía Antonio Najarro intento seguir la estela del camino realizado en mi etapa al frente del BNE, porque casi no hay compañías de danza española de gran formato en este país.
– ¿Cuál es la lección más importante que aprendió durante su dirección?
– Aprendí muchísimas cosas, pero, sobre todo, a tener paciencia. Soy una persona muy polvorilla y muy activa, que me gusta tener las cosas para anteayer. Con el BNE aprendí a tener paciencia porque estás lidiando con un equipo de más de cien personas, con visiones y situaciones totalmente diferentes, desde el funcionariado, a la contratación esporádica o a los artistas invitados. ¿Cómo motivarles para que todo funcione? Estoy muy orgulloso de haber conseguido posicionar a grandes bailarines bajo mi periodo, que, actualmente, son referentes de la interpretación de la danza española.
– ¿Cuáles son sus próximos retos?
– Lo único que pido es que no me falte la ilusión para seguir creando, comunicando y viajando. Lo que me queda por hacer es seguir promoviendo la danza española, dándole visibilidad y presentando espectáculos por todo el mundo. Ojalá pueda continuar formando parte de proyectos apasionantes en el mundo de la danza hasta que tenga fuerzas y energía.
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