La agenda portátil

Aita, cuéntame otra vez...

Que baje el PNV, como partido de gobierno 'de orden' desde hace tantos años, entra en la lógica de las sociedades europeas: mucho tiempo en los despachos termina erosionando la conexión real con la gente. El ascenso de Bildu tiene en teoría la misma lógica: los más jóvenes, sobre todo, apuestan por la alternativa a lo establecido. Como en Murcia o La Rioja votarían por Podemos o similar.

La gran diferencia es que el nuestro aún no es un país normal del todo. Para quienes ya tenemos cierta edad quedan demasiadas heridas por cerrar: en el Bildu de las sonrisas de Arnaldo Otegi todavía hay gente que no ha terminado de decir con claridad, por ejemplo, que les parecía mal que mataran a su vecino por ser concejal o periodista, o porque pasaba por ahí. Por fortuna la historia va deprisa y muchos jóvenes no tienen que pasar página porque ni siquiera la han leído. Los sucesos de nuestra 'guerra y paz' les llegan como a nosotros nos sonaban las historias de la guerra civil de padres y abuelos.

Muchos jóvenes vascos podrían cantar hoy una versión de aquel 'Papá, cuéntame otra vez' con el que Ismael Serrano ironizaba en su canción con las batallas que los progres de los años 70 relataban a sus hijos. Aquí digamos que sería el 'aita, cuéntame otra vez'. Es una buena noticia que a las generaciones jóvenes les resulten lejanas las vivencias que tanto nos marcaron, pero también sabemos que no puede borrarse la memoria de tanto sufrimiento.

Son reflexiones de resaca. Como los resultados de Donostia, reflejo también de ese malestar disfuso que hay en la ciudad. La gente quiere medidas efectivas para cuestiones como la vivienda, la invasión turística o el caos del tráfico (que ya se renueva con más bríos para los próximos meses). Son males comunes a buena parte de las ciudades. Contaré a los fieles, para completar la Agenda Portátil del sábado pasado, que llegué finalmente a Santiago, no solo sano y salvo, sino feliz y pletórico, tras la semana de pereginación por tierras gallegas. ¿Saben qué encontré en la ciudad compostelana? Un intenso debate sobre cómo la masificación del turismo desnaturaliza la ciudad... y lo imposible que resulta encontrar un taxi. ¿Les suena?

Entramos en otra campaña. Comenzará con los sanfermines y cerrará en Donostia con la actuación de The Village People en la playa de La Zurriola, dentro del Jazzaldia, y con el Cirque du Soleil en Illunbe. Vaya metáfora: iremos a votar el 23 de julio a ritmo de jazz y envueltos en la magia circense contemporánea...

La actualidad donostiarra propicia culebrones que merecerían un espacio estelar en plataformas como Netflix. Recordemos viejos éxitos como 'Donostia 2016', con su precuela 'Hansel Cereza', o 'La estación de autobuses se inaugura el próximo año', que duró más temporadas que 'Goenkale'. También fue un clásico de larga duración 'Haciendo Tabakalera', aunque curiosamente desde que abrió perdió punch.

Ahora hay un par de series de máxima audiencia: 'Derribos', en el que se destruye un edificio clásico de la ciudad en cada capítulo, y 'Tráfico en Donostia', con gran aceptación porque siempre resulta inesperada. Los guionistas de esta serie dieron ayer otro genial giro: durante el verano se cerrarán más calles en un laberinto que sorprenderá a los catalanes y franceses que lleguen hasta los aparcamientos del centro.

Según se anuncia desde el Ayuntamiento es por culpa de las obras del Metro, otra serie que se está alargando. El 'crossover' o cruce de las serie 'Tráfico' y 'Metro' puede dar momentos de gloria en las próximas semana. Alguien podría pensar que estas nuevas medidas de tráfico se fueron aplazando para no coincidir con la campaña electoral, o que ya, a estas alturas, podían dejarse para después del verano. Pero esos recursos serían de guionista sin ideas.

mezquiaga@diariovasco.com