Lamento por el cierre de un museo
La agenda portátil ·
Dicen que es una «redefinición», perode momento parece un repliegue social de Kutxa en Gipuzkoa. Lo escribo yo, que crecí con la cartilla del Club JuvenilHace muchos años, cuando empezaba a hablarse de la fusión de las cajas vascas, algunos temimos que aquello fuera una absorción de la Kutxa guipuzcoana ... por parte del gigante del otro lado de los autopista. Lo escribí aquí (esta página es antigua: en unos días cumple 31 años) y un alto ejecutivo de la entidad de Gipuzkoa me telefoneó a primera hora de aquella mañana para asegurarme que eran miedos infundados. Quizás esa fusión era inevitable para la supervivencia económica (así parecen corroborarlo los datos) pero a costa de otros menesteres que no salen en los balances.
Ayer supimos que se cierran el Kutxaespacio y otras actividades sociales de Kutxa. Antes fue el 'adelgazamiento' de Onkologikoa. Se asegura que se mantendrá una amplia actividad, que es solo una redefinición para una nueva etapa y que son decisiones derivadas en parte de las normas europeas. No soy experto en nada, y menos aún en cifras y leyes financieras. Pero soy un señor mayor que sigue con atención lo que le rodea. Si no es un repliegue, lo que falla es cómo se esta contando.
Más aún: soy cliente de la antigua Caja Provincial desde niño. Fui 'socio fundador', con miles de chavales de mi generación, de aquel Club Juvenil que nos llevaba a las sucursales a completar la primera colección de escudos de pueblos de Gipuzkoa. Hubo un tiempo en que el asesor de cabecera de Kutxa (conocí a profesionales magníficos a lo largo de los años) te ayudaba de verdad a la hora de las hipotecas, las declaraciones o las cuentas.
Luego se fueron despersonalizando sucursales y asesorías (aunque sigue habiendo profesionales estupendos, claro) y los clientes mantenemos la relación, pero ya sin pasión, más como un matrimonio de convivencia. O sea, como si fuera un banco.
Es curioso que uno de los símbolos de esa nueva etapa sea el cierre del Kutxaespacio de Miramon. Hace más de veinte años un grupo de entusiastas de la ciencia defendía la idea de un museo así en Donostia, y Kutxa irrumpió de pronto con la chequera y lo hizo a su manera, con Félix Ares a la cabeza. El resultado fue bueno: es un museo por el que han pasado decenas de miles de personas, especialmente jóvenes y escolares, y que ahora quería cobrar nuevos aires. Hasta el edificio tenía su brillo, obra de mi amigo Joaquín Montero. (Al menos hasta 2023 sigue abierto ahí, dicen).
Kutxa mantiene muchos servicios en Gipuzkoa: actividades culturales de interés como sus salas de exposiciones en el Kursaal o en Tabakalera son buena muestra. Nos anuncian una nueva filosofía adaptada a los tiempos. No dudo sobre las buenas intenciones, porque conozco a algunos de los gestores de la Fundación. Pero uno echa en falta el calor de los viejos tiempos, de aquella «obra social» cercana al ciudadano.
Ahora todos los bancos nos inducen a una relación por internet o por cajero, tan cómoda y efectiva. Yo, tan viejuno, sigo prefiriendo a la gente que a los balances. Igual necesito también una redefinición.
En voz baja
Festivalear con alegría y rigor
Estos días vemos a Oliver Stone hacer turismo (¿y negocios?) por Gipuzkoa y parece que volvemos a septiembre y el Zinemaldia. La foto del director que fue portada de este periódico, con los amigos de la historia de Urgull, parecía anunciar su fichaje por la Tamborrada. Pero no: lo suyo es el cine. Aquí 'festivalear' es un verbo que se conjuga con alegría y fundamento. Tolosa recobra con fuerza su certamen de masas corales, Donostia vibra con el de Terror, la bienal Mugak nos reconcilia con la arquitectura (el viernes tengo el honor de conversar en público con el gran Óscar Tusquets) y Literaktum viene también intenso en noviembre. Festivaleemos: el rigor puede ser divertido.
El Charles Laughton del Bidasoa
Escribí que Ricardo Echepare parecía un Charles Laughton del Bidasoa, por su aire tranquilo y solemne, que recordaba al veterano actor, y cada vez que me veía bromeaba con eso. Fue un hombre de la universidad clave en la conversión de la vieja 'escuela de peritos' en centro de primer nivel, y fue el talento discreto que hizo crecer los Cursos de Verano de la UPV/EHU hasta un volumen y calidad nunca imaginados, lo que le valió, entre otras cosas, el Tambor de Oro. Ha fallecido un irunés que entendió pronto que el mundo es como la república del Bidasoa, pero más grande.
mezquiaga@diariovasco.com
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