El abrazo de Valencia: vascos en la Malvarrosa
La estupenda expo sobre Oteiza y Chillida (y su impresionante carta de 1962 en defensa de Ibarrola) y las 'estrellas' de Gipuzkoa: todo el mundo tiene dentro un inspector Michelin
Llegué a Valencia y se hizo la luz. Sé que es un tópico hablar de 'la luz mediterránea', del pintor Sorolla y ... de todo eso, pero para un donostiarra que venía del diluvio universal resulta balsámico asomarse a la luz de la Malvarrosa en diciembre, más hermosa y matizada que la de agosto. Vengo de Valencia, pero aquello estaba llenos de vascos: artistas de la escultura y artistas de la cocina.
El objetivo del viaje era la gala Michelin, pero antes de llegar al 'glamour' de los fogones había oportunidad para alimentar el alma: la estupenda exposición que recoge la evolución paralela de Eduardo Chillida y Jorge Oteiza durante los años 60. Es en la fundación Bancaja, y su comisario, Javier González de Durana, ha realizado un inteligente y elegante repaso a los años iniciales de los dos grandes de nuestra escultura, sin morbo y con valiosa presencia de sus obras. Resulta curioso que sea en Valencia donde haya luz para este 'abrazo de Zabalaga' retrospectivo, tan lejos del sitio donde nacieron y murieron. Entre los materiales recogidos hay una impresionante carta firmada por los dos, Chillida y Oteiza, en la que piden ayuda al ministro Castiella para Agustín Ibarrola, recién encarcelado entonces.
Pero hablábamos de la Michelin. La guía, con la complicidad entusiasta de las instituciones valencianas, montó una espectacular gala en el 'palau' cultural creado por Santiago Calatrava a su mayor gloria. Ahí estaban nuestros artistas gastronómicos recogiendo sus parabienes. Pedro Subijana, que conserva las tres estrellas de Akelarre un año más, es ahora el patriarca de todos: los jóvenes talentos se le acercan con devoción. El otro patriarca, Juan Mari Arzak, sigue al pie del cañón cada mediodía en el Alto de Miracruz, pero viaja poco. Su hija Elena Arzak, que lleva ahora los mandos, fue quien se enfundó la chaquetilla de tres estrellas en el escenario valenciano. Martín Berasategui no solo mantiene sus doce estrellas: le dieron un premio especial como 'maestro' de tantos cocineros.
Por ahí andaba Andoni Luis Aduriz, que no suele ir a estas galas michelinescas pero esta vez sí acudió. Sigue con las dos estrellas para Mugaritz, y aunque todo el sector continúa pensando que merece la tercera, la guía no le asciende. Casi mejor: el papel heterodoxo de este 'Oteiza' de la cocina queda más redondo 'castigado' por la biblia de tapas rojas.
La noticia ya la contamos: Paulo Airaudo, el argentino que eligió Donostia para vivir, recibe la segunda para su Amelia en La Concha. Y Michelin sigue marginando con una sola estrella al Zuberoa de los Arbelaitz, considerado por muchos el 'templo'. Ya se sabe que, al igual que todo el mundo tiene una seleccionador nacional dentro, también muchos encierran en su interior un inspector de la Michelin.
EN VOZ BAJA
Aterriza (y cocina) como puedas
Parecía un vuelo charter solo para gastrónomos, pero era el viaje regular de Valencia a Bilbao. Miércoles, cuatro de la tarde: buena parte de la cocina vasca viajaba en ese pequeño avión cargado de estrellas. Pedro Subijana con su hija Oihana (directora del hotel Akelarre), Martín Berasategui con su hija Ane (su responsable de comunicación) y David de Jorge, Andoni Luis Aduriz, Elena Arzak,Eneko Atxa, el nuevo estrellado de Bizkaia Julen Baz, del Garena, Mayre Modrego de Eurotoques, tribuletes varios... Ese vuelo daba para un 'aterriza como puedas' con delantal. Y luego, la mayoría, en coche hacia el este del Edén: o sea, Gipuzkoa. «¿No hay aviones directos de Valencia a San Sebastián?», preguntaban algunos en el aeropuerto. Qué ingenuos. No nos quejemos: ahora volamos a Gran Canaria y Mallorca. Somos más potencia gastronómica que aérea.
Pilas para otra Navidad difícil
El año pasado soñamos que esta sería una Navidad mejor, pero llegamos con el virus disparado otra vez, sin santotomas, con mascarillas y casi sin energías. Quienes asistimos el jueves al concierto de Navidad de DV cargamos al menos baterías de espíritu navideño, bajo la batuta del gran Juanjo Ocón. Qué bien suena el Orfeón incluso cantando a Abba. Fue un placer presentarlo con mi compañera Itziar Altuna. Felices fiestas.
mezquiaga@diariovasco.com
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